se hace camino al andar

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12 julio, 2009

ESTADOS UNIDOS LE DIO LA ESPALDA A MICHAEL JACKSON


Por: Jesús Silva R.

Nacido en el país que vende sueños y falsas esperanzas, un niño pobre y negro de un barrio norteamericano, logró un sueño imposible: Convertirse en el artista más famoso de su tiempo.

Aunque no quepa duda de que su imagen siempre fue un producto del negocio del entretenimiento, ello no desdice que su arte prodigioso lo condujo a ser el único afroamericano en penetrar la industria musical con éxito universal. Sin embargo desde el inicio de su vida, enfrentó el martirio y el estrellato, pues desde los cinco años de edad, Jackson era para sus progenitores y sus nueve hermanos la única posibilidad de escapar de la pobreza. En manos de su padre, el niño prodigio sufrió brutal explotación infantil en el trabajo artístico, maltrato emocional y menosprecio a su raza.

Jamás pudo ir a una escuela común ni convivir con otros niños en un ambiente adecuado para el normal desarrollo de su personalidad, Jackson pagó con dolor irremediable el precio de su infancia perdida. En un país de consumismo y de exclusión social y racial, fue transformado en un ser solitario, sometido a una imagen pública según la cual mientras más “extraño” él fuese, más dinero generaría; mientras tanto, el hombre de carne y hueso hallaba refugio en las historias infelices de Jhon Merrick (el hombre elefante) y Peter Pan (el niño que nunca creció) en un intento idealista por sanar su aislamiento y sus fantasmas.

En aquellas décadas de éxitos sin precedentes, fue la industria capitalista de los blancos quien mayor provecho obtuvo de Jackson y de los billones de dólares creados por sus giras, discos, publicidad, películas y artículos de merchandising. En la cúspide de su impresionante carrera, el personificó el ficticio sueño americano, una historia de triunfo “Made in U.S.A.”, que contagiaba las almas de millones de seguidores alrededor del mundo, rompiendo barreras de raza, idioma y nacionalidad.

Tristemente, hay un enorme sadismo en las sociedades capitalistas (especialmente la yankee) que se expresa a través de un goce desenfrenado y enfermizo ante el derrumbe de quienes alguna vez alcanzaron la gloria y este hombre fue víctima de ello: Quien permanece como el más exitoso artista de la historia, pues hasta el día de su muerte ya había vendido más de 750 millones de discos (por encima de Los Beatles y Elvis Presley), conoció el declive. Fue así como en la última década, sus extravagancias, el vitiligo, sus cambios faciales y un escándalo sexual no comprobado, coparon las noticias de la misma industria que en el pasado se lucró de su baile, su canto y de la excentricidad que le fue impuesta.

Desde entonces, la opinión pública del país que lo vio nacer hizo leña del árbol caído mediante la burla, la constante difamación mediática y la condena sin juicio. Nadie recordó sus obras humanitarias. Para Jackson no hubo derecho a la presunción de inocencia, su reputación fue acribillada durante años y quienes le manifestaron fidelidad lo abandonaron; la prejuiciosa sociedad gringa desconoce que ser extraño no implica ser también un criminal.

De quienes se enriquecieron con su trabajo o gozaron con su talento, ninguno fue capaz de rescatarlo de su presunta vida autodestructiva, ni rehabilitarlo contra la fármacodependencia ni advertirle de la inconveniencia de permanecer con niños que no eran sus hijos. Aunque en 2005 fue declarado inocente de cualquier conducta criminal por un tribunal de California, la prensa jamás se retractó de haberlo sentenciado culpable. Hoy cualquier homenaje de la sociedad gringa es hipócrita y extemporáneo, el hombre que le brindó todo a su país, ha muerto solo. Estados Unidos le dio la espalda a Michael Jackson.

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http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?28553

06 julio, 2009

NOS JUGAMOS EL PRESTIGIO EN HONDURAS



Por: Jesús Silva R.

En la crisis política de Honduras está en juego algo más trascendental que el retorno al poder de un presidente, es precisamente la consolidación del modelo de democracia popular, soberana e independiente en América Latina lo que en esencia se debate. Durante las últimas dos décadas, la burguesía transnacional promovió la falsa idea de que una nueva doctrina de institucionalidad democrática se había desarrollado en nuestro subcontinente, trayendo consigo garantías de paz y estabilidad política para la felicidad de toda la región. Tal patraña sobrevivió en tiempos donde el Imperialismo Yankee nos controlaba mediante una mayoría de gobiernos antinacionales entregados a su servicio, por lo cual bastó la llegada de la Revolución Bolivariana para que modernas conspiraciones, ahora más multifacéticas y mediáticas, propiciaran el regreso de los golpes de Estado a nuestra vida política.

Sendos ataques golpistas dirigidos desde Washington contra nuestra democracia en el año 2002, marcaron el reinicio de feroces agresiones burguesas contra la esperanza popular como advertencia de que la Casa Blanca y sus cobardes secuaces no tolerarían fácilmente a regímenes que sean desobedientes al imperio. En efecto, a medida que Venezuela ha aglomerado a países hermanos con sus principios de soberanía popular e independencia nacional, se ha desatado una nueva etapa de asaltos neocolonialistas como en los casos de Bolivia, Ecuador y ahora Honduras. En la actualidad, el nuevo bloque progresista latinoamericano encara su mayor desafío: Demostrar la viabilidad del proyecto popular antiimperialista derrotando el primer golpe de Estado consumado contra uno de sus colaboradores.

Presenciamos un escenario inédito en el cual nuestra patria bolivariana encabeza una heroica campaña de solidaridad en defensa del pueblo de Honduras, que junto a los Estados miembros del ALBA, ha obtenido un respaldo unánime de la comunidad internacional (especialmente la OEA y la Unión Europea) en rechazo al golpe de Estado y por la inmediata restitución de la democracia en ese país. La actual coyuntura política revela que la estabilidad de los gobiernos permanece sujeta a los intereses de clase y no a ficticias doctrinas institucionalistas desprovistas de contenido ideológico y queda claro que la falsa paz que se nos vendió en décadas pasadas era sostenible mientras la burguesía pudiera saquear a nuestras naciones.

En el presente, la nueva correlación de fuerzas favorable al bloque progresista latinoamericano persuade al presidente Obama y la élite europea a jugar con prudencia su ajedrez político para no contradecir los vientos mayoritariamente democráticos y antifascistas que hoy condenan y aíslan internacionalmente a la repugnante secta de gorilas civiles y militares que se ha instalado por la fuerza en tierra centroamericana. Nuestra lucha revolucionaria por establecer sistemas democráticos que prioricen la consulta a los ciudadanos, el protagonismo popular y la inclusión social esta representada en esta histórica campaña internacionalista; el mundo entero nos observa y no cabe duda de que el desenlace de esta lucha será determinante en el prestigio de la Alianza Bolivariana y en el porvenir del movimiento antiimperialista a escala global.

01 julio, 2009

LA OIT Y LA NECESIDAD DE GLOBALIZAR EL SOCIALISMO


Por: Jesús Silva R.

La crisis mundial ha demostrado que los pronunciamientos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y sus instrumentos jurídicos fundamentales sobre libertad sindical, negociación colectiva y por la abolición del trabajo forzoso, trabajo infantil y discriminación en el empleo y en la ocupación son insuficientes para superar los conflictos laborales del mundo actual. Sin embargo, la historia se repite ya que este año, al igual que los anteriores, numerosas delegaciones asistieron a la célebre conferencia de la OIT solo para defenderse de las calumnias preparadas por las élites de los países ricos, sin que surgiera del movimiento proletario (especialmente del tercer mundo) ningún atrevimiento ideológico capaz de romper el predominio tradicional de los factores burgueses en los debates de esa tribuna.

El pueblo venezolano demanda mayor vigorosidad clasista y eficacia política en su dirigencia sindical dentro y fuera de nuestras fronteras, por estar nuestro país a la vanguardia de los procesos de independencia y soberanía a escala global. De allí que resulte especialmente inquietante que en aquel glamoroso escenario de Ginebra (conocido por seducir a sindicalistas vacilantes y hacerlos pactar con fuerzas reformistas), no se ventilaran protestas rotundas contra las leyes xenofóbicas diseñadas en EEUU y Europa para criminalizar la inmigración de nuestros hermanos trabajadores del África, Asia y América Latina, a quienes se les trata como vulgares extranjeros indocumentados bajo la amenaza de represalias penales, a la vez que su fuerza de trabajo es explotada ilegalmente. En futuros escenarios internacionales, necesariamente deberemos denunciar la traición del Gobierno yanqui contra la clase obrera estadounidense, pues la estatización de bancos e industrias ha sido aplicada como política favorable a la burguesía, a espaldas de las desamparadas mayorías. Notoria ha sido la reinserción de los oligarcas gringos en las juntas públicas que hoy administran las empresas quebradas, resultando predecible que el desorden económico persistirá ahora con más dinero de los ciudadanos.

Urge reflexionar de forma autocrítica que toda vanguardia obrera que actúe seriamente tiene que desarrollar una identidad propia y permanecer autónoma frente al empresariado y al gobierno. Desde la fábrica, debe procurar que la infame experiencia gringa no sea reproducida en nuestra patria, ya que la estatización de los medios de producción no significa implícitamente la socialización. Véase que estatizar consiste en reemplazar a los dueños privados por burócratas públicos (Capitalismo de Estado), mientras que socializar implica hacer valer los derechos de los trabajadores como legítimos productores e implantar la justicia social en las relaciones de producción y trabajo dentro de la empresa; de modo que los obreros dejen de ser los eternos esclavos asalariados y asuman el control colectivo del proceso productivo así como la distribución equitativa de las riquezas para beneficio de toda la sociedad. Luchamos por construir una dirección obrera revolucionaria que le haga saber al mundo que las viejas ideas de la OIT sobre democratizar la globalización han fracasado y que la única vía para erradicar la miseria es: Globalizar el Socialismo.

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http://www.aporrea.org/trabajadores/a80727.html

11 junio, 2009

ESTADO SOCIAL VERSUS ESTADO LIBERAL



Por: Jesús Silva R.

Dos modelos de Estado, profundamente antagónicos entre si, han entrado en confrontación final en el siglo XXI y del resultado de esta disputa dependerá que un modelo de sociedad humanista se imponga en el planeta para garantizar la supervivencia digna de nuestra especie. Grandes sucesos globales revelan que el viejo Estado liberal, ése que prioriza la generación de riqueza material por encima del bienestar humano, ha entrado en crisis.

La idea de igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos sin atención a sus diferencias socioeconómicas y la instauración de regímenes de libre mercado con mínima intervención del poder público han causado la ruina absoluta de los pueblos. Ha muerto la falsa creencia de que toda administración privada es más eficiente que la pública y un rotundo ejemplo de ello es el creciente desastre financiero e industrial que sufren los estadounidenses a consecuencia de la explotación, especulación y corrupción de su clase capitalista.

Un esquema radicalmente distinto nos plantea el Estado social, que reconoce y garantiza de modo preferencial los derechos de los sectores sociales vulnerables, puesto que fija mecanismos para igualar socialmente ante la ley a los sujetos desiguales. Es así como en los conflictos entre trabajadores y empresarios, este Estado defiende los derechos vinculados al Hecho Social del Trabajo (acceso al empleo, la sindicalización, salario, estabilidad e inamovilidad, ambiente laboral sano, vacaciones, límite de la jornada y la seguridad social) como bienes jurídicos de valor supremo frente a la libertad de empresa (facultad del dueño a dirigir como quiera su compañía siempre que no viole las normas).

De lo anterior se interpreta que el respeto al trabajo prevalece sobre la libertad que tiene el empresario de despedir o reprimir los derechos de sus trabajadores. Esto demuestra que ante el choque de bienes jurídicos entre ricos y pobres, el Estado social no concede igual trato a todos para que gobierne la fuerza del más adinerado, sino que aplica una defensa prioritaria del débil jurídico para impedir la injusticia.

En idéntico sentido, se brinda protección preferencial a la mujer, visto que ante las diferentes formas de discriminación de género extendidas por el mundo, urge darle curso a procedimientos que aseguren a las féminas una total equiparación con los varones en el ejercicio de sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, así como la efectiva prevención de la violencia intrafamiliar de la que frecuentemente son víctimas. Con ese objetivo, el Estado social estipula medidas cautelares de protección a la mujer que denuncia la agresión de su marido, lo cual, lejos de significar una violación de formas procesales, constituye más bien un acto expedito de amparo a la vida de la débil social frente al riesgo inminente de muerte o lesión grave. Igualmente ocurre con el principio del interés superior del niño y del adolescente, que bajo la tutela del Estado social, hace valer el bienestar de los menores de edad por encima de los intereses adultos.

Defendemos el Estado social porque es el máximo garante de los derechos de los explotados y demás sectores marginados: clase popular, asalariados, obreros, amas de casa, artesanos, estudiantes, clase media y pequeños comerciantes. Sépase que nuestra filosofía no contempla como solución el asistencialismo y la caridad a los necesitados ni la reproducción de nuevas elites privilegiadas, sino que luchamos por formar un Estado de transición gobernado por el pueblo, que promueva la educación y dignificación de los excluidos mediante el trabajo productivo dentro de una economía de justicia social que nos conduzca a la igualdad de clases y a la erradicación total de la pobreza.

02 junio, 2009

PORQUE VARGAS LLOSA RECULÓ



Por: Jesús Silva R.

Invitado por una de esas organizaciones no gubernamentales patrocinadas por intereses antinacionales, llegó de visita a nuestro país, el señor Mario Vargas Llosa, figurando entre sus credenciales, su condición de ex peruano, ex comunista, ex candidato presidencial y ex dirigente político. Seguramente este perfil haga pensar que sus mejores tiempos pertenecen al pasado, aquellos días vibrantes de 1967 cuando al recibir el prestigioso premio Rómulo Gallegos, el joven escritor declaraba “la literatura es fuego” y resplandecían ideas revolucionarias. Hoy de aquel escritor solo nos queda un nostálgico recuerdo, como sucede con todos los que como él, renegaron de si mismos y cayeron en el abismo sin retorno de los antihistóricos y los desclasados.

En el siglo XXI, cuando han reaparecido maravillosos vientos revolucionarios en nuestra amada América Latina, el ahora convertido en ciudadano español regresa a Caracas con un reducido grupo de pensadores para promocionar la vieja y derrotada tesis neoliberal, algo así como un intento por revivir al más emblemático cadáver de la economía en años recientes. Enterrada está la idea de que el Estado debe desaparecer de la sociedad para otorgarle poder ilimitado al mercado, pues nadie es mejor que éste para administrar las riquezas y el trabajo. Nunca fue más evidente el fracaso de ese modelo, ya que ante la generalizada quiebra financiera del Imperio Yanqui, ha sido su propio gobierno quien se ha visto forzado a intervenir para contener el caos. ¿Cómo calificará el neoliberalismo, la respuesta de Obama al inmiscuirse en los asuntos de la economía privada? Seguramente esto perturbará las mentes de sus grandes gurúes mundiales como Fukuyama o Cavallo, o de sus aprendices criollos como Emeterio Gómez o Miguel Rodríguez.

Sin duda, intentar revivir al fenecido esquema neoliberal (rechazado por la mayoría de los pueblos del mundo), es una pretensión infeliz que no ganará credibilidad ante las grandes masas. Por ello ha quedado descubierto que el verdadero plan de estos intelectuales tarifados era insultar al pueblo y a nuestro presidente como acto delictivo de provocación, en espera de que el gobierno venezolano aplicase alguna medida disciplinaria para entonces fabricar un escándalo mediático ante el mundo. Terminado el show y al no poder mostrar evidencias de haber sido atropellados por el supuesto régimen antidemocrático, estos petulantes caballeros no tuvieron más opción que limitarse a deleitar, por una noche, las fantasías monárquicas de la alta sociedad caraqueña que sueña con derrocar a Chávez. Por último, mientras que el pueblo venezolano permanecía atento frente a sus pantallas, en espera del encuentro propuesto por el presidente para debatir personalmente con los neoliberales, nos enteramos que el acto había quedado desierto porque Vargas Llosa reculó.

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http://www.aporrea.org/venezuelaexterior/a78854.html

29 mayo, 2009

SI LE DIERAN A FIDEL EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ


Por: Jesús Silva R.

Tanto en el denominado primer mundo de los países ricos como en el tercer mundo de los países pobres, existe una clase trabajadora que sin distingo de fronteras ni nacionalidades que es igualmente explotada y marginada por las burguesías de cada región y para liberarse tiene la obligación histórica de unificar sus luchas asumiendo su identidad de clase revolucionaria a escala nacional y mundial. Por su lado, la clase empresarial es la misma explotadora en todo el globo, desde sus máximos exponentes en los grandes Estados capitalistas hasta en las repúblicas más empobrecidas, donde sea que ella se encuentre, siempre su actuación es depredadora, totalitaria, inhumana y embustera, intentando perpetuar su dominación e imponer su sistema de antivalores sobre el resto de la humanidad.

La llamada moral del primer mundo, cuya representación la ejercen arbitrariamente los monopolios gringos y las potencias europeas, se empeña en silenciar la voz de sus propios pueblos y callar a latinoamericanos, asiáticos y africanos. Es así como los fantasmas del terrorismo, narcotráfico, guerrillas, crímenes de lesa humanidad, violación de derechos humanos, dictaduras, armas de destrucción masiva y demás calumnias les son siempre atribuidos a los países pobres que sostienen valientemente una política de soberanía e independencia frente al imperialismo. La historia ha dejado constancia de que los marginados de la tierra que se atreven a procurar su libertad, siempre son difamados y criminalizados ante la opinión pública por los chacales del capitalismo con el ánimo de aislarlos internacionalmente y generar escenarios propicios para agredirlos, someterlos y saquearlos.

En ese primer mundo que se autoproclama como modelo de sociedad ejemplar, se legaliza la tortura y se fabrican leyes xenofóbicas para perseguir a los inmigrantes que les ofrendan su mano de obra barata. Allá el bienestar social es sacrificado para proteger los intereses de élites empresariales y financieras, pues miles de familias pierden sus empleos y viviendas por culpa de banqueros estafadores y gobernantes que se lavan las manos. Los servicios públicos elementales son privatizados, la libertad sindical es vulnerada y la seguridad social es restringida. El mercado se constituye en un poder hegemónico y la relevancia del ser humano se desvanece.

Sin embargo, las grandes mayorías sociales no pueden permanecer sumisas ante la falsedad de las instituciones que en la actualidad se encuentran bajo el control del Estado yanqui y sus gobiernos secuaces, ya que resulta cada vez más evidente la generalizada descomposición de este sistema. Nunca este derecho internacional impedirá ni castigará efectivamente los ataques genocidas de EEUU e Israel contra pueblos indefensos, ni jamás veremos a un presidente estadounidense ser enjuiciado por un tribunal internacional, a pesar de tantos delitos bestiales preparados desde Washington, ellos seguirán fabricando falsos héroes y asesinando inocentes en nombre de la democracia y la libertad hasta que los pueblos se rebelen. Definitivamente el primer mundo sería otro si reconociera que por su medio siglo de acciones humanitarias con médicos y maestros cubanos alrededor del planeta, debe entregarle a Fidel Castro su merecido Premio Nobel de la Paz.

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http://www.aporrea.org/actualidad/a78631.html

24 mayo, 2009

CADENAS IDIOTIZANTES


Por: Jesús Silva R.

Capitalismo y consumismo van de la mano para lavar cerebros sin distingo de clase, raza, edad, sexo o religión en el marco de su cultura desquiciante y embrutecedora. Bajo su perversa influencia, el profesional de clase media compra la costosa camioneta sin importarle su angustia de inquilino ni el puñado de tarjetas de crédito que jamás podrá pagar. El joven del barrio negocia para pagar en dos partes, los zapatos del jugador de basket norteamericano que cuestan más de la mitad de su salario y compromete su última quincena. La universitaria, fetichista de la estética, aparta su aguinaldo para la liposucción de su abdomen y sus implantes mamarios aunque no tenga idea de cómo pagará la inscripción de su próximo semestre. La familia Arrieche honra su apellido porque Chávez recortó el cupo de dólares que usaban para estafar con los viajes y el niño de mi vecina arma un berrinche cada vez que no lo llevan al McDonald.

En efecto, no es extraño que cualquier ser humano se halle impregnado, en mayor o menor medida, de la cultura capitalista en que vivimos. Sin embargo, la conciencia individual debe preservarse prioritariamente sobre la base de nuestra propia historia, la crítica social y la dignidad humana que nos afirma como seres auténticos frente a los demás. De este modo al convivir con la masa heterogénea de la sociedad, manejaremos con mayor sabiduría las contradicciones sociales, principalmente las derivadas de la división de clases y demás formas de discriminación; pues la síntesis de estas reflexiones y experiencias es la que mejor puede alimentar nuestro razonamiento individual y colectivo. Así como el psicoanálisis freudiano estudia las normas que rigen la mente del individuo, el socialismo examina las leyes que orientan el desarrollo social, por lo que al unificar ambos análisis, confirmaremos que la formación del hombre y la sociedad que lo rodea son procesos interdependientes.

Ante estas realidades, sin duda habrá quienes adaptarán su pensamiento al régimen capitalista en procura de una existencia acomodaticia, pero no es menos cierto que seguirá habiendo quienes hagamos oposición a los explotadores y sus mucamos; asumiendo el deber de fortalecer la ideología popular para derrotar las prácticas y antivalores de esta época viciada. En definitiva, mientras bandidos y sumisos se entregan al servilismo y la adulancia, los revolucionarios debemos sostener nuestro combate intransigente contra las cadenas idiotizantes del capitalismo y lograr la liberación.

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http://www.aporrea.org/actualidad/a78354.html

18 mayo, 2009

SUEÑOS DOGMÁTICOS


Por: Jesús Silva R.

Profesamos en idea y en acción el Marxismo Leninismo (ML) como el máximo instrumento científico para entender la sociedad y transformarla, porque en éste se fundamenta la abolición de la explotación, el Socialismo y la construcción de una futura sociedad sin clases. Abrazamos el Marxismo, compuesto por sus tres pilares esenciales: El materialismo dialéctico, pues la realidad es una materia en movimiento independiente al pensamiento y todo cuanto existe en la naturaleza enfrenta una fuerza opuesta. El materialismo histórico, visto que la historia de la humanidad está regida por una perenne lucha de clases. Y la teoría del valor, que muestra nítidamente la plusvalía y el robo del régimen capitalista contra los trabajadores. Asimismo, nos apoyamos en el Leninismo, porque contiene los principios filosóficos y orgánicos de la construcción del partido clasista de los trabajadores, el centralismo democrático, la disciplina y la moral revolucionaria.

En el largo proceso formativo del cuadro revolucionario, comprendemos que ningún conocimiento se consolida sin integrar teoría y praxis, pues la primera es la luz de la racionalidad del sujeto y la segunda la comprobación de lo aprendido mediante el ejercicio. Ahora bien, cuando se tiene clara la base de la teoría revolucionaria, es posible identificar con suficiente precisión las desviaciones que indefectiblemente conducen a la conciliación con los intereses de las clases sociales enemigas del socialismo. La lista de quienes se han extraviado del ML es interminable: reformistas, revisionistas, anarquistas, economicistas, burocratistas, empiricistas, dogmáticos, entre otros. Inspeccionaremos a los últimos para desenmascarar a quienes dentro del campo teórico, mayor daño le han hecho al Socialismo.

Con la reputación de ser los revolucionarios químicamente puros, los dogmáticos son los grandes enemigos del análisis científico dialéctico, pues lejos de aplicar correctamente el ML como método investigativo de las realidades cambiantes, suelen aferrarse a ciertos postulados teóricos como si se tratasen de verdades absolutas que no admiten el debate de ideas. Ante lo reaccionario de tal postura, conducen a sus seguidores hacia errores históricos, como la aplicación de fórmulas incorrectas para el escenario de lucha, ceguera frente a las condiciones de tiempo y lugar o ante la adversa correlación de fuerzas.

Estos pensadores toman como fetiche algunos contenidos del ML y comúnmente se les reconoce por pretender adecuar la geometría de la realidad a la línea de su pensamiento, son portadores de “ideas fijas” y de un análisis mecanicista que no estudia debidamente las condiciones subjetivas y objetivas que hacen viable la ejecución de su política. En todos los ámbitos de la vida, el individuo está obligado a superar el dogmatismo para poder trascender como un hombre libre y digno que no sea vulnerable a adoptar vías o recetas utópicas que lo sustraigan de su conciencia y circunstancias. Debemos orientar nuestra actuación basados en la interpretación racional del ML para no sucumbir al idealismo y terminar en el fracaso.

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http://www.aporrea.org/ideologia/a77894.html

05 mayo, 2009

MI BELLA JEFA OPOSITORA


Por: Jesús Silva R.

¿Leyenda, realidad o quizás mordacidad revolucionaria? Hablar de ella es un ejercicio atrevido para retratar algunas “dulces verdades” que explican por qué la burocracia sigue muy apartada de nuestro pueblo. Joven, espigada y europea, era mi jefa. Su origen es tan ilustre, que cuentan que su tatarabuela fue quien financió la expedición de Colón para invadir nuestra América.

Su piel caucásica y traslucida vestía elegantes sedas y finos linos de colores invernales en verano, su disciplina era inmutable en el horario de 8 a 4. Desde la nómina del Estado, su ciencia estaba al servicio de la componenda burguesa y aunque desde su agraciado cuello de cisne hasta sus fuertes tobillos, todo fuera tela, por motivos inconfesables no me fue imposible notar la voluptuosidad de su fascinante figura.

Antisocialista de perfectos ojos negros y maestra de la diplomacia gentil, la espectacularidad de sus conocimientos doctrinales solo podía compararse al poder de seducción que emanaba de su hábil comportamiento en sociedad, tanto en la luz como en la sombra. Deseada, y por deseada, protegida, su talento y su investidura le bastaban para convencer sobre la idea de “un mundo al revés”; presentando a redentores como pecadores y a villanos como almas redimidas.

Ella opusdiana, yo comunista: una muralla de convicciones sociales nos distanciaban. Ella con poder y fama, yo en la trinchera valiente y solitaria del antipoder: Era la disputa entre Goliat y David. El régimen le concedía la peligrosa facultad de liquidar adversarios y aunque su maestría para vencer torcía la realidad, todo parecía salirle bien. La vida cruzó nuestros caminos para enseñarme a sobrevivir en minoría, a resistir para existir con dignidad.

Así como Chávez gobierna Venezuela, ella lo hacía al interior de su diminuta burbuja, pero a diferencia del comandante, ella ordenaba el psicoterror laboral y la autocracia. Hizo del cargo un reinado indefinido y de su plaza un Guantánamo, mientras que mi fetichismo cuantificaba sus pecas. Érase recinto infrahumano para quienes no se rendían mansamente ante las depravaciones derivadas de la malentendida jerarquía. Asombroso pero cierto, nuestra revolución posee la singular virtud (ingenuidad o bondad) de desarrollar su gestión con un elevado porcentaje de enemigos atornillados en la cúspide de su estructura.

Los revolucionarios jamás olvidaremos la realidad que el pueblo nos exclama desde la calle con impostergable angustia: Que la cultura de la cuarta república sigue viva en muchas instancias del gobierno (sectas privilegiadas, trabas administrativas, corrupción, ineficiencia, adulación, mediocridad, maltrato al ciudadano, etc.). Finalmente, mi ex jefa, irreprochable como dama de abolengo y despiadada como agente opositora, vivió el antagonismo de los execrados que no pudieron emular el brillo de sus cabellos largos y su teoría científica.

Cuentan que pretendieron arruinar su gloria con acusaciones criminales, aunque sus presuntas maromas durante los golpes fascistas de 2002 terminarían en el baúl de los tabúes. Probablemente una salvación hebrea borró la sangre de ese pasado y bendijo sus pinceles con la tinta de su academicismo irrefutable. Indultada y admirada por quien suscribe, ella hoy sabe que habría dado tanto por rescatarla antes de decirle adiós y llevarla de la mano hacia un edén socialista.

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http://www.kaosenlared.net/noticia/mi-bella-jefa-opositora

24 abril, 2009

APRENDAMOS DE LOS RUSOS


Por
: Jesús Silva R. (*)

Si el Socialismo se basa en un sistema donde la clase trabajadora asume el control de los medios de producción económica y desde esa posición, ejerce el poder político (así lo entendemos los comunistas), entonces no hará falta ser filósofo para comprender que el colapso del bloque socialista europeo fue el resultado de la desaplicación del Socialismo. En efecto, la que fuera una de las mas grandes potencias de la historia, la Unión Soviética, se desplomó como casa de cartón sin ser defendida por los trabajadores. Ni la gloriosa victoria contra el nazifascismo, los notables avances científicos y técnicos, las armas termonucleares, las reivindicaciones sociales, ni el acelerado desarrollo industrial pudieron evitar su desintegración en aquel desdichado 26 de diciembre de 1991.

Sin que el Imperialismo disparara una sola bala contra su más terrible enemigo de la guerra fría, la antigua URSS se terminó siendo un carapacho de 15 repúblicas independientes penetradas por el capitalismo. Ciertamente la adopción durante sus últimas décadas de un modelo gubernamental controlado por la clase funcionarial, y no precisamente por la clase obrera, causó degeneraciones que propiciaron el triste final. Resulta un hecho innegable que en los primeros años de la Revolución Bolchevique palpitaba con ardor la colectivización del campo, la socialización de la industria y un despertar popular que llenó de esperanza a toda la humanidad, pero la posterior burocratización de la clase dirigente no tardaría en volverse aburguesamiento y la primera etapa de héroes revolucionarios fue sucedida por una nueva elite política de restauradores de la opresión.

Se impusieron así los neo-bolcheviques, infames rufianes que desbarataron las grandes conquistas sociales y económicas del Socialismo para entonces regenerar las relaciones capitalistas. Son éstos los antecedentes de un ensayo socialista parcialmente exitoso que se destruyó desde adentro, sin que pueda decirse que ese desastre haya sido originado decisivamente por el gran enemigo exterior (EEUU.). Véase que aparentes revoluciones triunfantes de hoy pudieran enfrentar un riesgo semejante en caso de repetir la “falsa praxis revolucionaria” del reformismo ruso, cuya aristocracia política tuvo la cachaza de usurpar el protagonismo popular.

En la actualidad, sin un proceso de industrialización bajo la dirección de los trabajadores con apoyo del Estado, sin la promoción de formas de producción que puedan competir contra el esquema tradicional, sin el desarrollo de mecanismos efectivos de participación política de las masas y sin un combate radical contra la burocracia y la corrupción de los jerarcas pseudorevolucionarios, nuestro futuro socialista pudiera estar lejano. Finalmente, es menester alertar que diversas vanguardias han pretendido realizar una revolución económica, una revolución política y una revolución social, pero han dejado de lado la revolución cultural, olvidando que no se puede transformar la sociedad sin primero generar una nueva conciencia en el hombre.


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http://www.aporrea.org/ideologia/a76807.html

http://www.kaosenlared.net/noticia/aprendamos-de-los-rusos

15 abril, 2009

LA FAMILIA DE LOS SOCIALISTAS


Por: Jesús Silva R.

Para el hombre revolucionario, la familia no se limita exclusivamente a su grupo de parientes consanguíneos, sino que se extiende a todos los miembros de la especie humana, primordialmente aquellos que por sus virtudes y comportamientos morales, poseen ese perfil afín al de su ideología. Es así como en nuestro tránsito por la vida social aprendemos el altísimo valor de los “afectos elegidos” (el amigo, la pareja, el camarada, etc.), y los sometemos a una comparación filosófica con la valía de los “afectos heredados” (los primos, los tíos, etc.); los primeros se derivan de la voluntaria y consciente escogencia, mientras que los últimos están predeterminados por la tradición.

En la ética socialista es intolerable la idea de que “el vecino no me importa porque ese no es familia mía”. Y aborrecible resulta que la realización familiar se circunscriba al pequeño mundo del disfrute material: que papá, mamá y los niños sacien su delirio por un vehículo rústico, ropa importada, tarjetas de crédito, centros comerciales, colegios privados y vacaciones; mientras que su desinterés por la comunidad que los rodea raya en el egoísmo y la crueldad. La vida se torna demasiado vana y miserable cuando se ignora el deber fundamental de brindar igual estima y respeto a todos los sujetos de buena voluntad, sean o no, nuestros consanguíneos, y más allá de diferencias religiosas, raciales o sociales.

De la misma forma rechazamos en el seno del hogar, la ancestral discriminación de género, dícese de la cometida contra la mujer, a quien por obra del convencionalismo social patriarcal, se le imponen la totalidad de las cargas domésticas de la casa. Ella suele asumir las tareas de lavadora, planchadora, barrendera, cocinera y aseadora. Y aunque bajo su sola responsabilidad se encuentre el bienestar del marido y de los hijos para que encaren con mejor salud las actividades del “mundo exterior”, jamás su trabajo casero, que dura tantos años y excede las ocho horas, es generador de un salario o prestaciones, ni es apreciado por la sociedad.

El ama de casa de la época actual es a todas luces una persona doblemente explotada, pues además de su oficio hogareño, comúnmente se ve forzada a conseguir un trabajo formal asalariado fuera de casa para así hacer su aporte monetario dentro de la precaria economía familiar. Ante la situación de la mujer explotada en la casa y en la fábrica, los socialistas abogamos por la igualdad de género, lo cual significa promover iguales derechos y obligaciones para mujeres y hombres en todos los aspectos del quehacer humano.

Asimismo, el colectivo revolucionario, inspirado en un inmenso amor hacia el género humano y estableciendo como objetivo esencial la preservación de éste en condiciones de equidad y dignidad, posee evidentemente sólidos principios éticos en cuanto al tratamiento a los niños, niñas y adolescentes en la familia. Tratándose de un tema de tan suprema importancia, subrayamos el carácter esencial de que la educación de los hijos habrá siempre de ser entendida desde un enfoque integral, es decir, sustituir la idea del gobierno familiar divorciado de la humanidad por uno que esté profundamente relacionado con los diferentes sujetos educadores del universo social.

Entiéndase que para garantizar la debida formación de nuestros hijos, no basta que los padres logren satisfacer sus necesidades materiales elementales (alimentación, salud, educación, etc.), ni basta velar por un ambiente sano dentro de los límites de la casa, sino que urge que los padres de cada familia se vinculen socialmente con otros colectivos de padres para la atención y seguimiento de otros espacios fundamentales en el proceso educativo de la niñez y adolescencia, tales como la guardería, la escuela, los centros recreativos, el vecindario, etc.

Lo anterior deberá cumplirse en el entendido de que el óptimo desarrollo de los infantes y jóvenes depende de un esquema de corresponsabilidad social en el que grupos de padres, maestros, tutores y demás actores de la vida comunitaria se organicen como colectivo consciente de su alta y compleja tarea. De modo que la orientación sobre los hijos mal puede confinarse a las paredes del hogar, cuando se sabe que existe un “mundo de la calle” en permanente transformación y lleno de elementos diversos (estereotipos sociales, tecnologías, modas, televisión, Internet, sectas, drogas, etc.) que son tremendamente influyentes sobre la mente juvenil y que no podrán ser derrotados si los adultos encargados de conducir a las familias no nos activamos como un movimiento social unido y consciente.

Nuestro sistema familiar socialista defiende un modelo participativo y superior al egoísmo burgués, pues a diferencia de aquel que considera a los hijos como una propiedad privada de los padres, nosotros somos fieles a la idea de promover una sociedad sana para ellos, teniendo como principios basilares la creación de los comités políticos de padres, la corresponsabilidad y asociación de todos los formadores sociales, la solidaridad familiar, la cultura comunitaria y el ejercicio permanente de orientación filosófica sobre los hijos para cerrarle el paso a los vicios y antivalores del adoctrinamiento capitalista.

Andando de Quijote por el mundo, he conocido maestros admirables que, en virtud de su incomparable desprendimiento, convirtieron en su apostolado de vida, la entrega constante de un amor abstracto hacia toda la sociedad, sin mínima codicia de retribución inmediata o directa, solo la satisfacción personal del buen obrar. Ciertamente hay quienes se alejan para “amar más” y dar lecciones morales. Grandiosos quienes permanecen ajenos a la infame costumbre de primero recibir “algo” para después pensar en dar.

Finalmente, somos rebeldes con causa, luchando por realizar la necesaria sociedad del mañana, una que habrá superado las desigualdades y perversiones del capitalismo y se caracterizará por el libre intercambio de los bienes materiales y, fundamentalmente, los espirituales entre todas las personas. Sin explotación del hombre por el hombre, prejuicios burgueses ni estereotipos mediáticos, en el mundo deberá prevalecer una forma de vida más sabia y avanzada éticamente, donde la implacable competitividad entre los individuos de hoy sea definitivamente sustituida por la solidaridad humanista del futuro.

25 marzo, 2009

LOS CARGOS PASAN


Por: Jesús Silva R.

“Los cargos pasan, pero los hombres quedan”, o “el cargo no hace al hombre, el hombre hace al cargo”, así rezan algunos de los mejores proverbios de nuestra cultura popular en referencia al tránsito de los hombres por el difícil camino de la administración pública. En efecto, al revisar tan extenso tema, pues todos de algún modo hemos tenido experiencias con el orbe burocrático, sea como trabajador, funcionario o desde la desventajosa posición de usuario; es esencial advertir que sobre el papel de las instituciones existen básicamente dos concepciones (la pequeño burguesa y la revolucionaria), definida cada una de ellas por la identidad de clase (dueño o asalariado) que el individuo posea frente al universo social.

Me permitiré presentar un breve análisis desde de la perspectiva marxista de quien suscribe, que a pesar de sumar menos de treinta años de edad, ya la Revolución Bolivariana le ha impuesto varias responsabilidades públicas de rango directivo; aunque es menester enfatizar que nuestra formación política es la de abogado de los trabajadores en el seno de la clase obrera (la fábrica y el sindicato) y no precisamente la del burócrata tradicional.

Aclarado el punto y adentrándonos a la revisión de la concepción pequeño burguesa, vemos al sujeto que se cree propietario de algo, pero en verdad no tiene nada, a excepción de su propia fuerza humana de trabajo (vendida a cambio de un salario) y detectamos que existen reyezuelos embriagados de falso poder, que lejos de ser verdaderos servidores públicos, usufructuan los bienes y prerrogativas del estatus de funcionario para su beneficio personal, el de su pandilla y sus parientes. En ese bajo mundo, infame por demás, es “natural” la abundancia de la mediocridad y que los minúsculos espacios de poder sean disputados entre buitres con las garras de la maledicencia, la mezquindad, la difamación y la perversidad. En efecto, para los envidiosos buitres, el fin justifica los medios, y para nada les importa saberse incapaces profesionalmente a la hora de codiciar con indecencia los cargos que otros detentan por obra de sus cristalinas virtudes.

Por otro lado, existe la visión revolucionaria, la nuestra, una que centralmente nos plantea reivindicar la dignidad del hombre como elemento insoslayable de la convivencia social y que por ende nos exige liquidar todas las formas posibles de explotación y degradación humanas; esta concepción nos ubica como funcionarios al servicio del pueblo, como obreros que ejercemos circunstancialmente tareas directivas sin que ello jamás conlleve la pretensión de ingresar a una nueva clase social “superior”, distinta al proletariado. Somos sencillamente agentes de un Estado popular y revolucionario en construcción que se enfrenta a un viejo ordenamiento burgués amparado por normas y costumbres repugnantes de una data antiquísima.

En estos términos esta estipulada la lucha de clases para nosotros los revolucionarios, batalla tras batalla, nuestro desempeño certifica que aunque seremos odiados por las clases explotadoras y demás sectores atrasados (la burguesía y sus lacayos de la pequeña burguesía), nos hemos ganado el respeto y el afecto de las clases progresistas (los trabajadores y demás excluidos) que insurgen con firmeza por implantar la justicia y la equidad sociales. Seguiremos trabajando. Así se avanza al Socialismo.

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http://www.aporrea.org/actualidad/a74628.html

http://www.kaosenlared.net/noticia/contra-burocratismo-burgues-avanzamos-hacia-socialismo

02 marzo, 2009

LAS BASES DEL SOCIALISMO EN VENEZUELA DESDE UNA PERSPECTIVA AUTOCRÍTICA


Por: Jesús Silva R.

Ha sido firme y reiterado nuestro alerta respecto al tema de la revolución pacífica y que su desarrollo resulta más complejo que cualquier proceso violento de transformación. Seguramente la tarea de derribar un régimen de explotación social sin someter a sus realizadores mediante el uso de la fuerza, le exige a los revolucionarios un trabajo político más sabio y atinado que el requerido para gestar un movimiento armado o una guerra civil. En efecto, cuando la vanguardia revolucionaria depende de los procesos electorales como instrumento principal para obtener su poder político, corre el riesgo de abandonar otros frentes de lucha esenciales para avanzar en sus propósitos.

Es innegable que las victorias electorales son un requisito obligatorio para la legitimación del gobierno revolucionario, tanto en el orden político interno como ante la comunidad internacional; pero esos triunfos tendrían un mayor valor cualitativo si se produjeran en un escenario donde la defensa del frente ideológico y el frente del trabajo social fuese ejecutada con mayor vinculación orgánica entre la dirigencia y las masas. Habría un mayor aprovechamiento del esfuerzo desplegado en las elecciones, si una vez culminadas éstas, el partido revolucionario desarrollara lazos permanentes con las comunidades, áreas de trabajo, barriadas populares y zonas de capa media; ya no solamente para buscar el voto electoral, sino para convivir con ellas, abordar sus problemas primarios y generar soluciones efectivas.

Sin esa acción política organizada y permanente que trasciende a las coyunturas electorales, sin una economía planificada a mediano y largo plazo para industrializar el país prescindiendo de la burguesía golpista y sin la promoción sostenida de la propiedad social de los trabajadores, será difícil preservar el apoyo de la mayoría popular; e imposible será generar las bases materiales y sociales suficientes que realmente introduzcan en la conciencia de las grandes masas la idea sobre una nueva forma de vida (socialista) superior a la tradicional. Estimamos que solo mediante la profundización de medidas revolucionarias, acumularemos la fuerza social necesaria para sepultar la cultura, ilusiones, antivalores y falsas leyes que han carcomido a nuestra sociedad durante siglos de capitalismo.

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http://www.aporrea.org/ideologia/a73747.html

http://www.kaosenlared.net/noticia/bases-socialismo-venezuela-desde-perspectiva-autocritica

16 febrero, 2009

ARRIBISTAS TREPADORES


Por: Jesús Silva R. (*)

Hay arribistas trepadores porque en todo proceso de cambio hay una confrontación prolongada entre los sujetos de la sociedad naciente y los de la sociedad moribunda, y por consiguiente no existe revolución "químicamente pura". Son ellos los portadores de miserias humanas "normales" entre quienes carecen de mínima formación revolucionaria. El resentimiento social y la ambición de poder los conduce a la mediocridad, la perversión, la traición y la adulancia.

Porque en el plano equilibrado del talento, el estudio y el esfuerzo, ellos jamás podrían consolidarse; recurren al descrédito, la calumnia y la conspiración como ejercicio sistemático y constante contra las virtudes del prójimo. Porque el escenario de la honestidad y la transparencia ética les impide desplegar su corrupción, intentan borrar de la escena, y como sea, a quienes realmente enfrentan el burocratismo y la explotación capitalista. Ciertamente, nuestra consecuente defensa del interés popular nos obliga a alertar sobre la peligrosidad de estas plagas infiltradas que diariamente, tras las sombras, conspiran contra el socialismo. Necesario es denunciarlas, abrir el debate público y exponerlas al juicio del pueblo.

El combate contra estas larvas insaciables es parte esencial de la lucha de clases. No es una confrontación entre individuos aislados a causa de enemistades personales, sino un enfrentamiento histórico entre grandes conjuntos de personas (clases sociales) que ha dividido a la sociedad en opresores y oprimidos: Esclavistas y esclavos, patricios y plebeyos, señores feudales y siervos de la gleba, terratenientes y campesinos, burgueses y trabajadores. Es obvio, que su moral encuadra maravillosamente en los principios del capitalismo, donde una minoría es dueña de los medios de producción, explota la fuerza laboral de los obreros y se apropia de los bienes que estos producen.

Los arribistas trepadores jamás contribuirán con el socialismo, pues éste es un sistema social donde el colectivo popular toma el control de los medios de producción y desde esa posición ejerce el poder político.

En resumidas cuentas, si los revolucionarios nos dormimos y les cedemos espacios a estos infames oportunistas no se sorprenda nadie cuando a la vuelta de unos años, montados en altos cargos y ya viéndose con los bolsillos repletos de dólares por obra de la corrupción, hagan pacto con Obama para "trepar más arriba" y metan a nuestro Presidente en su lista negra de "comunistas" que deben desaparecer.

(*) Profesor de Derecho al Trabajo, UNESR.

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http://www.kaosenlared.net/noticia/arribistas-trepadores

08 febrero, 2009

TODOS LE SIRVIERON A LA CLASE EXPLOTADORA



Por: Jesús Silva R.

El Puntofijismo jamás promovió la alternabilidad democrática, por medio siglo todos sus presidentes sirvieron a la misma clase explotadora. Para la burguesía, el ejercicio del poder no es alternativo, es absoluto. Quienes se enriquecen con la sangre y el sudor de los asalariados, lo hacen indefinidamente. El empresario no somete su derecho de propiedad a elecciones frente a los trabajadores, solo lo ejerce vitaliciamente; muy a pesar de que sea el trabajo humano el que realmente genere los valores y no precisamente el capital. Por estas razones, más allá del individuo que sea presidente, lo principal es establecernos como clase social gobernante y nunca como ahora el pueblo venezolano ha tenido un dirigente cuya política garantice tan sólidamente la defensa del interés popular. Su nombre es Hugo Chávez.

En el presente, las masas entienden la importancia y necesidad de hacer valer su voluntad política. Que Chávez siga siendo el Presidente significa la continuación del proceso antiimperialista y socialista que se ha fortalecido históricamente bajo su liderazgo; y es evidente que frente a esta realidad existen sectores minoritarios, oligárquicos y transnacionales que persisten en derrocarlo para saquear nuestras riquezas y reimponer su anterior dominación. Notoriamente la enmienda es un asunto de clases sociales con intereses confrontados, puesto que el Chavismo constituye nuestra expresión mayoritaria como clase popular; mientras que el antichavismo no es más que una manifestación orientada por la burguesía.

Hoy nosotros defendemos el poder popular, la ética socialista y la propiedad social en la industria; ellos se aferran a la supremacía de las elites, la moral individualista y la propiedad privada de los empresarios explotadores. Ante esta clara definición del escenario político, no hay lugar para misterios jurídicos, ni falsas matrices de opinión que nos puedan hacer creer que elegiremos a gobernantes eternos, pues la única verdad es que la enmienda constitucional que aprobaremos el venidero 15 de febrero representa la ampliación de nuestros derechos políticos, es decir: Que el pueblo vote libremente cuantas veces lo desee por el aspirante que mejor prefiera, ahora incluyendo la candidatura de quienes ya son gobernantes. El “detalle histórico” es que somos los revolucionarios quienes tenemos al único candidato capaz de seguir triunfando.

Sépase que el pueblo soberano es el fundador del Estado, el hacedor de las leyes y el enmendador de las normas. ¿Y si el pueblo no es el todopoderoso para decidir, entonces quién lo es? Difícil es creer que los saqueadores y los explotadores estén más cerca de la voluntad de Dios que los revolucionarios. Seguramente, a juicio de ellos, nuestras normas deberían ser dictadas por la Casa Blanca, Fedecamaras, o el decadente academicismo burgués; obviamente se niegan a aceptar que hemos decidido ser libres irreversiblemente. A pocos días de este referéndum, mientras los pitiyanquis necesitan mentir en su campaña, a nosotros solo nos basta contarnos.

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http://www.kaosenlared.net/noticia/enmienda-clase-ejerce-poder

http://www.aporrea.org/actualidad/a72018.html

28 enero, 2009

LA ENMIENDA Y EL PRINCIPIO DE SOBERANÍA POPULAR


Por: Jesús Silva R.

El venidero 15 de febrero los venezolanos tenemos una oportunidad histórica, aprobar la enmienda constitucional significa conquistar el derecho popular de proponer a cualquier candidato para que ocupe cargos electivos y eliminar las prohibiciones engañosas que nos impiden expresar libremente nuestra voluntad democrática. Con la enmienda aprobada, impulsaremos que nuestros mejores gobernantes concursen en elecciones contra otros candidatos para ejercer nuevos mandatos en una ampliada libertad de opciones donde sea la mayoría quien determine al vencedor.

A todas luces, negarle al pueblo su derecho a postular cuantas veces lo desee a un mismo candidato para que compita frente a otros contendores en el certamen electoral jamás podrá interpretarse como un signo de alternabilidad, sino como una evidente restricción antidemocrática; y en el caso de nuestro principal aspirante Hugo Chávez, se trata de una maniobra leguleya de la minoría aristocrática para evitar que nuevamente la abrumadora mayoría popular lance al ruedo a nuestro candidato imbatible.

No hace falta ser un experto en Derecho para entender el principio de la suprema soberanía popular: Que el poder de decisión dentro de una sociedad democrática se encuentra en la totalidad de sus ciudadanos y que éste es ejercido por la mayoría, siendo la consulta electoral la garantía legítima para hacer valer este poder. Es precisamente la soberanía popular la fuerza que durante estos diez años de revolución ha transformado al Estado, creado la Constitución Bolivariana y generado nuevas leyes; de modo que si el pueblo ejerciendo su poder ha producido estos instrumentos, es indiscutible que tiene toda la autoridad para transformarlos o enmendarlos como mejor convenga a su interés, porque tal como reza la máxima jurídica: "quien puede hacer lo más, también puede hacer lo menos".

Urge pues caracterizar correctamente el escenario actual: la enmienda, más que un problema jurídico, es un asunto político. El pasado reciente revela que por casi medio siglo la burguesía local, sirviente del Imperio Yanqui, utilizó los instrumentos de una falsa democracia e impuso un modelo bipartidista donde uno y otro cogollo se turnaban para un mismo fin: explotar al pueblo y desvalijar la riqueza nacional. Hoy día el pueblo junto a Chávez ha retomado el poder y ha roto las viejas cadenas, por eso levantamos con orgullo las banderas de la independencia y la igualdad social. Esta vez usaremos sabiamente y sin vacilación la enmienda como instrumento para defender las extraordinarias conquistas sociales de nuestra revolución popular. ¡Venceremos!

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http://www.aporrea.org/actualidad/a71063.html

http://www.kaosenlared.net/noticia/enmienda-instrumento-soberania-popular

02 enero, 2009

MEDIO SIGLO DE REVOLUCIÓN CUBANA

Por: Jesús Silva R.
1959-2009: Cuba Socialista. Un Bastión del Socialismo al Servicio de la Humanidad.

Aquel inolvidable primero de enero de 1959 fue el inicio una aventura emocionante sin precedentes en la esfera política internacional: Frente a los ojos del mundo, el llamado Ejército Rebelde, brazo armado del Movimiento 26 de Julio, hacía su entrada a La Habana bajo el comando de Fidel Castro Ruz para instalar un gobierno nacionalista tras derrocar al dictador Fulgencio Batista. Por vez primera en su historia, la mayor de Las Antillas se liberaba de la dominación extranjera (antes española y luego yanqui) y el último títere de los EEUU era expulsado definitivamente de la isla para nunca más volver.

La insurgente fuerza patriótica encaraba el más inmenso de los desafíos continentales: defender la recién conquistada independencia nacional a pocas millas del Imperio Norteamericano y empezar a construir un régimen político de auténtica soberanía y justicia social en abierta contradicción con el interés colonialista de su poderoso vecino. A diferencia de otras experiencias acaecidas en el tercer mundo, en que diversos movimientos populares de liberación fueron salvajemente aplastados por las agresiones imperiales, la Revolución Cubana permanecería de pie, gracias al coraje de su pueblo y la sabia conducción política de quien seguramente la historia guardará como el más grande estadista que la humanidad ha conocido.

Fue así que sobreviviendo a cientos de crímenes del Imperio Gringo: invasiones, sabotajes, terrorismo, constante difamación mediática, amenazas de ataque nuclear y resistiendo al bloqueo económico más brutal y prolongado que país alguno haya sufrido; ese pueblo valeroso pudo realizar una revolución implantando la solidaridad en sus relaciones económicas y garantizando una vida digna para todos sus ciudadanos en un marco de igualdad social. Como demostración de tan incomparable gesta, el internacionalismo cubano recorrería el mundo con médicos, maestros, poetas, intelectuales y soldados para respaldar, tanto en la paz como en la guerra, las luchas populares de americanos, asiáticos y africanos en nombre del humanismo, el antiimperialismo y un futuro socialista.

Al contemplar que en años recientes han resurgido levantamientos de masas contra el capitalismo y la globalización después de un período de vacilación y penosas deserciones en la izquierda, justo es reivindicar el ejemplo de quienes nunca abandonaron sus convicciones revolucionarias frente a la más grande adversidad. Recuerdo que se desarrollaba la desintegración de la Unión Soviética y buitres capitalistas esparcían por el mundo la infame predicción sobre una inminente rendición de Cuba, cuando nuestro heroico Comandante pronunció un histórico discurso con significativas palabras: "ahora el internacionalismo está en defender y preservar la Revolución Cubana, ese es nuestro más grande deber internacionalista; porque cuando queda una bandera como ésta, que representa ideas tan justas como ésta, defender esta trinchera, este bastión del socialismo, es el más grande servicio que podemos prestarle a la humanidad" (Matanzas, Cuba. 26-07-1991).

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http://www.aporrea.org/internacionales/a69580.html

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31 diciembre, 2008

EL REGALO DE LOS TRABAJADORES



Por: Jesús Silva R.

A propósito de las festividades decembrinas, originadas por reminiscencias gringas y judeocristianas...

La desigualdad existente en la historia de la humanidad desde sus tiempos más remotos y que se ha extendido por el mundo en los últimos cinco siglos de capitalismo, ciertamente ha sembrado una ideología profundamente individualista en los seres que se han desarrollado en este entorno. Aunado a la cultura del individualismo, perdura ese instinto humano general de lucha por la supervivencia y búsqueda del mayor confort que conduce a los más beneficiados del régimen imperante a aferrarse a sus privilegios, sin importar que su bienestar provenga de la expropiación de los frutos del trabajo ajeno y el sufrimiento de las grandes mayorías sociales.

Por estas razones, al adentrarnos en un análisis científico, comprobamos que los principales conflictos acaecidos en nuestra historia se han producido en el marco de una feroz lucha de clases y que de ello se desprende la génesis de toda revolución: Por una parte, que la burguesía obra inescrupulosamente por preservar las condiciones que la favorecen (propiedad privada industrial) y que jamás renuncia pacíficamente al estatus que ha alcanzado; y que por otra parte, los excluídos y vilipendiados de toda la vida insurgen violentamente por conquistar la existencia digna que siempre les ha sido negada.

Así las cosas, es comprensible que al plantearse la feliz idea de una revolución para instaurar la plena justicia social, vemos que los niveles de compromiso y los grados de identificación no serán los mismos entre ricos y pobres. Que los más humildes tienden a ser la fuerza impulsora de los cambios reivindicativos, mientras que los pudientes se disfrazan para defender sus parcelas y oponerse al progreso colectivo. Esta aseveración, lejos está de constituir un dogma, es más bien el reconocimiento de una tradición caracterizada por la pugna entre explotadores y explotados. Es, en resumidas cuentas, el producto de la reflexión metódica y serena de quienes durante décadas hemos militado en la lucha científica por construir una sociedad sin clases.

Hallándonos actualmente en "festividades" donde por reminiscencias gringas y judeocristianas muchos venezolanos formulan deseos para el año que se aproxima, los revolucionarios criollos (ajenos al tradicionalismo y a la superstición, pero buenos entendedores del sincretismo popular) acompañamos la manifestación de buenos augurios para este 2009 en unión familiar y comunal, resaltando que nuestras declaraciones no coinciden con las del convencionalismo burgués, pues lejos de esperar obsequios de centros comerciales, caídos del cielo o traídos por Santa Claus, optamos por ratificar nuestro compromiso proletario, como clase más comprometida e identificada con la revolución desde el sindicato, la fábrica, el abasto, la mina, el almacén, la oficina, el campo y el boulevard. Este nuevo año, unidos como pueblo seguiremos construyendo nuestro mejor regalo para toda la humanidad: El Futuro Socialista.

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http://www.aporrea.org/ideologia/a69286.html

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25 diciembre, 2008

LA UNIDAD SINDICAL EN VENEZUELA: INSTRUMENTO DE LOS TRABAJADORES POR EL SOCIALISMO


Por: Jesús Silva R.

A la luz del Socialismo Científico, necesario es afirmar sin vacilación que estos diez años de Revolución Bolivariana reflejan el desarrollo de auténticos procesos de liberación nacional y liberación social que conducen a nuestro pueblo a escenarios favorables para una transición hacia el Socialismo como nunca antes se había logrado en nuestra historia.

Téngase en cuenta que en ese primer escenario referido a la consolidación del Estado soberano (liberación nacional), se ha materializado una ruptura contra el histórico esquema de dominación en que Venezuela era sujeta a la condición de colonia del Imperio norteamericano; ello se comprueba en el hecho de que Chávez ha enterrado a las cúpulas gerenciales que autónomamente administraban la riqueza venezolana al servicio de intereses transnacionales y que hoy se impone progresivamente un nuevo modelo económico que otorga una clara prioridad a la inversión social para beneficio de todos los venezolanos y en especial de los más humildes.

Ahora bien, en el largo camino que implica todo proceso de transformación, ciertamente el ámbito de la liberación social resulta el más complejo de todos, por cuanto si en el escenario anterior puede avanzarse considerablemente teniendo como plataforma un gobierno en verdad nacionalista que defienda consecuentemente los intereses de la república frente a las injerencias de potencias extranjeras; en el plano social no podrá hablarse de liberación hasta que no se produzcan cambios reales que propendan a la igualdad de clases. En este último caso, la victoria popular no se alcanzará mediante la promoción de un Estado de bienestar social que simplemente se limite a incrementar los beneficios que se le conceden a los explotados bajo un intocable régimen capitalista.

En efecto, solo podrá transitarse al socialismo produciendo una revolución en el seno de esa inmensa masa humana que con su esfuerzo físico e intelectual genera los bienes y servicios que hacen posible la supervivencia de toda la sociedad; y esa no es otra que el proletariado (la clase trabajadora). He allí la encrucijada que se nos plantea a los revolucionarios con relación al papel de los trabajadores y el sistema que debe predominar sobre la propiedad y administración de los grandes medios de producción. Mientras que por un lado, los reformistas anhelan asaltar el poder para hacer concesiones a la burguesía y preservar la vieja propiedad privada; por el otro, los camaradas revolucionarios luchamos por seguir impulsando el modelo de protagonismo social de los trabajadores con sólidas posturas revolucionarias.

Siendo la nuestra, una revolución pacífica y democrática que excluye las formas violentas, indispensable será construir consensos sociales, ganar elecciones, sumar voluntades y conquistar nuevos espacios políticos, pero jamás conciliando con los enemigos de clase; sino construyendo políticamente un bloque progresista de alianzas regido por la ideología clasista revolucionaria. Esto solo será posible si realmente se cree en la clase obrera como sujeto histórico del socialismo y se trabaja en función de su plena unificación para convertirla en el estamento social de vanguardia. En este contexto, respaldamos la bandera de la plena unidad sindical en Venezuela como legítimo instrumento revolucionario de los proletarios por el Socialismo, pues solo podremos concretar una revolución triunfante con una clase trabajadora que se haya dado forma orgánica a si misma y haya asumido sus desafíos históricos con identidad de clase y firme vocación de poder.

http://www.kaosenlared.net/noticia/unidad-sindical-venezuela-instrumento-trabajadores-socialismo