se hace camino al andar

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21 febrero, 2012

Para los que desean la muerte de Hugo Chávez


Por: Jesús Silva R.

Hay fascismo cuando se pretende imponer ideas personales o grupales que implican desprecio o violación de los derechos humanos. En la actualidad, las nuevas tecnologías le facilitan al fascismo difundir sus mensajes de odio y discriminación a escala global.

De allí que, recientemente, muchos hayan usado redes sociales como Facebook y Twitter para divulgar su satisfacción por la enfermedad del Presidente venezolano, demostrando así la típica irracionalidad fascista que los hace capaces de festejar (e, inclusive, propiciar) contra sus adversarios la muerte, la lesión o cualquier desgracia con la absurda justificación de una lucha política que llega a involucrar raza, religión, género y estrato social.

De modo alarmante, la sistemática propaganda de varios medios de comunicación privados induce a una ruidosa minoría de Venezuela a creerse bajo la amenaza de un diabólico enemigo que, tarde o temprano, les causará daños terribles y por ello creen legítimo prepararse para la defensa e, incluso, atacar primero.

En principio, la estricta Doctrina Penal nos enseña que la denominada fase interna de la persona no reviste carácter típico (delictivo), pues el pensamiento que no ha sido exteriorizado no puede ser castigado. De modo que si no se hace nada por ejecutar la anhelada muerte del otro, tal manifestación psicológica queda penalmente impune aunque moralmente resulte abominable.

Sin embargo, basándonos en la criminología (ciencia que estudia la formación de la mente criminal) advertimos que insinuar la muerte violenta, como mecanismo para apartar a los adversarios, es un acto que infecta a la sociedad con un peligroso animus necandi (ánimo de asesinar) de todos contra todos que bien puede conducirnos a escenarios de barbarie como la guerra civil.

Ante la demencia que algunos desadaptados intentan propagar, advertimos la necesidad de que prevalezca una oposición ética y responsable que asuma que los gobiernos cambian sólo a través de los votos; por ello, emplazamos a que se condenen públicamente las expresiones que revelan el deseo de que una enfermedad mortal u otro factor le ponga fin al Presidente.

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