se hace camino al andar

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06 marzo, 2013

Gracias Chávez, tu vida valió la pena



Jesús Silva R. 

La vida vale la pena no por los años que dura, sino por el tamaño de la obra. Una Venezuela con menos desigualdades es la extraordinaria obra de Hugo Chávez.

Durante años Chávez organizó dentro de la Fuerza Armada Nacional, el movimiento patriótico que protagonizó las rebeliones del 4 de febrero y 27 de noviembre, ambos de 1992. Ambos eventos fueron victorias políticas que abrieron la brecha para derrotar el bipartidismo de la oligarquía y la dominación yanqui sobre nuestro país.

1998 fue el año de la sorprendente victoria popular, lo que parecía imposible luego de tanta sangre derramada en las luchas guerrilleras de los años 60, 70, y 80; así como intentos electorales fallidos de una vieja izquierda atomizada.

Desde entonces Chávez, al frente del Gobierno Nacional emprendió un modelo de máxima inclusión social que se concretó mediante la reasignación de la riqueza petrolera hacia misiones sociales grandiosas que hasta hoy han transformado positivamente las vidas de millones de compatriotas.

2002 fue testigo de la heroica jornada de victorioso rescate de PDVSA, ello precipitó el golpe de Estado de abril y el criminal sabotaje petrolero de diciembre. Su inteligencia de estratega y los consejos de Fidel le permitieron a Chávez sobrevivir al secuestro e intento de asesinato (abril) de militares que se vendieron a la conspiración de la burguesía y el imperialismo.

2006 y 2012 significaron nuevos triunfos electorales, la ratificación del pueblo a su presidente y comandante de la Patria independiente y soberana. Seguramente la fotografía de su última concentración electoral en Caracas, esa misma del año pasado bajo la lluvia, es un documento visual que describe perfectamente el sacrificio de un hombre que aun ante la adversidad del cáncer se consagró a esa batalla popular para garantizar el no retorno del neoliberalismo y la exclusión social en Venezuela.

Chávez triunfó, su influencia trasciende más allá de nuestro territorio. Propició la victoria de Lula en Brasil, Kichner en Argentina, Evo en Bolivia, Correa en Ecuador, Ortega en Nicaragua porque reivindicó las banderas de la izquierda revolucionaria en el mundo, una izquierda no dogmática, capaz de mover masas, de crear grandes alianzas, de ganar simpatías mayoritarias venciendo los fantasmas del anticomunismo, en resumen, la nueva izquierda de Chávez fue la primera en hacerse vencedora en procesos electorales.

Chávez somos todos en la medida que nos hace emular su ejemplo de solidaridad, desprendimiento, trabajo en equipo, moral y ética revolucionaria; priorizando la felicidad del ser humano, del colectivo por encima del interés individual y grupal.

Siendo como Chávez, seremos la mejor versión de nosotros mismos, tendremos el coraje de convertir el dolor que nos causa su trágica desaparición física en fuerza para vencer en la nueva batalla que nos plantea la historia: garantizar la victoria del chavismo en las inminentes elecciones presidenciales de 2013 y asegurar la supervivencia de la Revolución Bolivariana, tal como lo quiso Chávez en sus últimas palabras dirigidas a Venezuela y al mundo, esa conmovedora noche de diciembre antes de partir a Cuba.

Héroes son aquellos que inspiran lo más sublime de nuestro espíritu, que nos impulsan a una vida sin resignación frente a las cosas como son y nos conducen a luchar por las cosas como pueden ser. Simplemente a transformar el mundo en una obra mejor a la que en principio hemos encontrado. Eso es el socialismo de Chávez, la utopía posible de una sociedad sin clases.

Chávez fue, es y será siempre un héroe; un verdadero imprescindible.

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