se hace camino al andar

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28 marzo, 2012

ELECCIONES 2012 Y PROPAGANDA DE GUERRA EN VENEZUELA




Por: Jesús Silva R.

Venezuela vive desde la llegada de Hugo Chávez al poder, un ambiente de propaganda de guerra promovido por la burguesía nacional y extranjera bajo las órdenes estratégicas del imperialismo estadounidense. Desde 1998 hasta la presente fecha, se han suscitado múltiples ataques contra la democracia bolivariana elegida por la abrumadora mayoría popular. Ya sea en el plano insurreccional y violento, o mediante tácticas políticas y mediáticas opuestas al interés nacional, la clase capitalista no ha cesado en sus esfuerzos por derribar el régimen político venezolano. 

Este año 2012, cuando se avecina una nueva contienda electoral que involucra la Presidencia de la República, recrudecen las maniobras del terrorismo mediático tendientes a confundir y alterar la convicción soberana del pueblo de Simón Bolívar. En dicho contexto se inscribe la feroz campaña de rumores fomentados por los medios de comunicación adscritos al capital privado, que persiguen infundir temor en la colectividad venezolana. 

En tal sentido, la exhibición tendenciosa de la crisis penitenciaria, la ola de invasiones a tierras urbanas y las especulaciones contra el servicio de agua potable del país, son evidencia de ese terrorismo mediático que procura desacreditar gravemente la imagen del Gobierno Bolivariano y lograr dividendos políticos a favor del oposicionismo criollo, y su candidato Henrique Capriles Radonski.

Para los analistas del acontecer político, las principales dudas sobre el desenlace del próximo 7 de octubre gravitan en torno a dos aspectos muy influyentes: las evidentes limitaciones intelectuales de Capriles Radonski y el estado de salud del Presidente Hugo Chávez.

De lo que hagan los asesores de la Mesa de Unidad Democrática con la imagen y el discurso de su inseguro y vacilante candidato, dependerá que mejore su presencia en las encuestas electorales de este año; pues no genera confianza el escurridizo estilo discursivo que le han impuesto y empieza ha perder respeto entre sus propios seguidores por chistes desafortunados que terminan convirtiéndose en muecas de autodestrucción de su frágil figura política. Nadie compra su palabrería pacifista como mala copia de un Mahatma Ghandi en versión sifrina del Municipio Chacao, y todo luce como falta de carácter, carisma y neuronas para medirse frente al estadista Hugo Chávez.

Del actual mandatario nacional, el factor extra político (salud) dependerá la cantidad y calidad de participación que él pueda brindarle a la campaña electoral presidencial, pues aunque su ventaja sobre Capriles Radonski es muy sólida en el pueblo venezolano, no es menos cierto que en política no hay enemigo pequeño ni cadáveres, mucho menos cuando el adversario es ficha financiada por el Tío Sam y las burguesías que lo siguen.