se hace camino al andar

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21 mayo, 2010

EN BÚSQUEDA DEL ANTIGUO SINDICALISMO CLASISTA


Al hablar de grandes dirigentes del sindicalismo revolucionario, inevitable nos resulta someterlos a una objetiva comparación con muchos dirigentes de hoy, quienes por décadas han contado con magníficas herramientas (la dirección de un partido, una federación obrera, central sindical, recursos financieros, subsidios del Estado, donaciones de la solidaridad internacional, etc) para organizar, concientizar e impulsar el avance de la clase obrera, pero que luego de muchos años (décadas) de desempeño en el poder, hasta hoy no tienen ninguna obra política presentable; ni vínculo demostrable con los sindicatos.


Plantear este problema constituye un deber revolucionario, es el ejercicio del principio de crítica y autocrítica concebido en el partido marxista-leninista y que también fue promovido por Ernesto Che Guevara. Lo fundamental a resaltar es que cuando se asume la lucha contra la explotación y el capital, es de esperarse que surjan enemigos y amenzas de parte de la burguesía y sus lacayos. Este plano comunicacional (internet) no es una excepción en esta lucha de clases y por ello no habrá de sorprendernos que difamadores anónimos pretendan intimidar nuestra postura revolucionaria contra las cúpulas de siempre, por medio del descrédito y la fabricación de infamias.


Hemos resuelto hacer nuestro destino con los trabajadores y explotados, a sabiendas de que ello nos acarreará los ataques de los enemigos de la clase obrera. No tenemos ni aspiramos cargo alguno, no somos empresarios explotando la fuerza ajena de trabajo (o pseudodirigentes de izuierda explotando la ingenuidad de los militantes de base), somos Proletarios y al proletariado nos debemos; por esto advertimos que el pueblo siempre rechazará a los líderes sindicales que nunca han trabajado en la fábrica ni representan sindicatos, pero que sin embargo viven viajando a conferencias europeas; el soberano jamás concederá liderazgos (sea en elecciones a la Asamblea Nacional o en cualquier otro escenario) a jefes de cascarones vacíos que mantengan una política de burocratismo, reformismo, economicismo y conciliación patronal, porque sabe que junto a esos “príncipes del proletariado” no haremos la revolución, ni nos liberaremos de los burgueses opresores, ni aboliremos las leyes que avalan la explotación. Los hombres que nos formamos en la lucha sindical clasista, quien suscribe, abogado de los trabajadores (CUTV - CTA con sede en La Victoria, Aragua), sabemos cuanta falta hacen hoy, sindicalistas consecuentes como Cruz Villegas o Hemmy Croes. Cuanta falta hace el liderazgo de un Pedro Ortega Díaz (cuyo libro homenaje co-escribimos, véase: http://www.pcv-venezuela.org/index.php?option=com_content&task=view&id=3514&Itemid=56) en el movimiento obrerista de hoy.


Como marxistas unidos con el Presidente Chávez, sabemos que el sistema social donde el pueblo asume el control de los medios de producción y desde esa posición, ejerce el poder político es el que se denomina Socialismo. Es por ello que siguiendo el objetivo estratégico de construirlo con sus auténticos protagonistas (los proletarios), Carlos Marx, el máximo dirigente obrero de todos los tiempos, fundó la Asociación Internacional de los Trabajadores o Primera Internacional (Londres, 1864), y bajo la consigna de “proletarios, uníos” procuró integrar a los obreros de diversas naciones.


En nuestro país, su sucesora fue la llamada Central Única de Trabajadores de Venezuela (CUTV), una organización fundada por aquellos combativos comunistas de los años sesenta del siglo XX, pero que fue lamentablemente disuelta hace pocos años. En la actualidad, la clase obrera intenta reimpulsar sus luchas en el favorable escenario de la Revolución Bolivariana, pero carece de una vanguardia ideológica y organizada que sea capaz de orientarla hacia objetivos clasistas y no sólo reivindicaciones económicas.