se hace camino al andar

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25 febrero, 2013

Quieren cenizas de Chávez en Caracas




Jesús Silva R.

Esta semana, siendo entrevistado en Venezolana de Televisión (VTV Canal 8) lancé una justificada advertencia de que el problema actual no es meramente jurídico sino también político (video) http://youtu.be/oFA218M6JM0

Que si bien el retorno del Presidente Chávez a Venezuela (continuación de su convalecencia post operatoria en el Hospital Militar) marca la derrota definitiva de interpretaciones leguleyas sobre su falta absoluta, el oposicionismo no va a rendirse en su campaña de psicoterror con el tema de la complicada salud del líder.

La llegada del Comandante Chávez al Hospital Militar de Caracas cierra un ciclo de su fase de recuperación y al mismo tiempo abre un ciclo nuevo que no es puramente clínico sino también mediático y político dentro de la sociedad venezolana.

Si antes los ataques de la alta dirigencia oposicionista se enfocaron en la permanencia de Chávez en Cuba, ahora arremeten ferozmente contra su persona apoyándose en lo que la ultraderecha venezolana denomina: "la invisibilidad del Presidente".

La guerra psicológica del antichavismo es supremamente clara, destruir cualquier rastro de esperanza en el pueblo venezolano respecto a una posible recuperación del Primer Mandatario Venezolano, sin permitir más tiempo de espera.

Mediante ello se procura desmoralizar a la mayoría popular chavista que predomina en nuestra patria y preparar el escenario de elecciones presidenciales adelantadas para este mismo año, con un oposicionismo anímicamente engrandecido por el odio, y un Chavismo deprimido por la tragedia.

Entonces, actualmente el panorama político venezolano pende del hilo de la evolución médica del Presidente (factor extra político). Seguramente la alta dirigencia revolucionaria para este momento ha diagnosticado lo inconveniente de esa frágil situación y se prepara a anunciar una "hoja de ruta" para que el pueblo chavista pase de la actual postura defensiva y expectante a una nueva postura ofensiva en el contexto ideopolítico y también electoral, con valiente interpretación y alistamiento para todos los escenarios posibles, e inclusive los más indeseables pero indiscutiblemente factibles.

Las palabras del Presidente antes de partir a Cuba, aquel 9 de diciembre de 2012 nos indican los pasos a seguir y deben recordarnos que el Chavismo ya es doctrina, es una cultura, es mayoría popular y democrática, en consecuencia debe ejercer su papel proactivo frente a los nuevos desafíos que le plantea la historia revolucionaria. Administrar correctamente el tiempo será el factor decisivo.

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19 febrero, 2013

TSJ puede juramentar a Chávez en sede hospitalaria



Jesús Silva R.

El esperanzador regreso del Presidente Hugo Chávez a territorio venezolano marca el final de la polémica leguleya creada artificialmente por los medios de comunicación y los constitucionalistas oposicionistas respecto al contenido real de la Carta Magna. Con el Comandante Chávez en Venezuela, se cierra definitivamente el ciclo de especulaciones pseudo jurídicas sobre la posibilidad de decretar la falta temporal del Primer Mandatario Nacional, y mucho menos su falta absoluta.

En consecuencia, teniendo a nuestro máximo gobernante en su proceso progresivo de recuperación, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia pudiera trasladarse al hospital militar donde se encuentra el Presidente de Venezuela a fin de cumplir con la formalidad del artículo 231 de la Constitución, el cual expresa que cuando hubiere motivo sobrevenido la juramentación podrá hacerse ante el TSJ.

Considerando que la Sala Constitucional ha emitido una reciente sentencia de interpretación (08-01-13) respecto al caso de la juramentación presidencial y que a todas luces la Carta Magna le confiere el carácter de máxima sala del TSJ, esta pudiera constituirse en el recinto hospitalario a los fines de consumar ese acto solemne, que como se sabe por la misma jurisprudencia que emana de ese veredicto judicial, no contradice que ha operado el principio de continuidad administrativa en el caso del Presidente reelecto.

Con la misma potestad que le confiere la Constitución y las leyes a los demás tribunales de la república (municipales, primera instancia, superiores, etc.) para trasladarse a sitios fuera de la sede tribunalicia y practicar sus actos procesales, el digno Tribunal Supremo de Justicia puede proceder del mismo sin más preámbulos en el momento que así resuelva hacerlo.

Fuera de los estrictamente jurídico, no es menos relevante resaltar que en lo político, se sabe que el oposicionismo persistirá enfermizamente en desvirtuar este acto solemne y podrá inventar cualquier hipótesis fantasiosa como que Chávez no está su habitación; pero sea cual fuere la modalidad para juramentar al Presidente, en ningún caso estaríamos librados de estas malsanas matrices mediáticas.

Lo recomendable es derrotar dichas matrices con acciones e informaciones oportunas, categóricas y veraces que diariamente demuestren al país que hay un gobierno estable y legítimo en Venezuela, apegado a la Constitución y a la soberanía popular que invariablemente con su voto ha consagrado a Hugo Chávez como Presidente de la República, ininterrumpidamente, durante estos 14 años de extraordinaria Revolución Bolivariana.

16 febrero, 2013

Hay que arrancarle peones a la burguesía


Jesús Silva R.

Que diputados y otros dirigentes sigan abandonando la MUD y se integren al chavismo equivale a arrancarle peones a la burguesía dentro del complejo ajedrez de la política. Aunque el PSUV debe aplicar control y supervisión a sus nuevos aliados, siempre será mejor reclutar antiguos enemigos, en vez de perder colaboradores que se vayan al servicio de la contrarrevolución.

La estrategia del crecimiento dentro de las revoluciones ha sido siempre un tema polémico como cuando el brutal régimen zarista en Rusia fue derrocado por la hegemonía del proletariado hace un siglo pero los bolcheviques se aislaron en el sectarismo dogmático. El caso es que una vez que se ha tomado el poder, surge el desafío de engrandecer una mayoría plural que garantice la gobernabilidad del nuevo Estado Popular y la eficacia en las acciones que apuntan hacia el socialismo.

Fortalecer la Revolución implica derrotar la trampa de los que pretenden crear una muralla que divida a Venezuela en dos mitades insalvables para de ese modo encabezar un consolidado bloque de opositores que obstaculicen irracionalmente cualquier iniciativa socialista del Gobierno Bolivariano o del Poder Popular.

La minoritaria burguesía no volverá a obtener seis millones de votos si la Revolución reimpulsa exhaustivamente sus programas de educación, trabajo, cogestión y autogestión del Estado Comunal; y estos son enfocados como permanente invitación a todos los venezolanos para que se conviertan en protagonistas de la inclusión social que caracteriza al modelo bolivariano.

Tender puentes y atraer sectores de la clase popular hasta hoy manipulados por la propaganda burguesa, es el reto de nuestra Revolución democrática; sobre todo cuando el libre juego electoral es fuente primigenia de la legitimidad política.

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13 febrero, 2013

Observaciones a la sentencia del TSJ sobre el 10-E


Jesús Silva R.

Invocando el precepto contenido en el artículo 5 de la Carta Magna, que reza "la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo", la respetable Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia ha emitido una sentencia de interpretación mediante la cual establece que hasta que se produzca el cese del motivo sobrevenido, mantiene plena vigencia el permiso conferido por la Asamblea Constitucional al Presidente Hugo Chávez.

Sólo actores desesperados de la anti política venezolana y extranjera pudieron plantear que de no cumplirse con la formalidad de la fecha para juramentarse, la elección presidencial del 7 de octubre pasado queda sin efecto y hay que llamar a nuevas elecciones. Sin embargo el problema jurídico es más complejo y el tiempo puede generar nuevas dificultades de índole político que sólo por ahora parecen no ser evidentes en el panorama social.

Tan válido es tutelar judicialmente la soberanía popular y proteger la decisión del pueblo expresada en el sufragio, como legítima es la exigencia de que al frente del Gobierno de Venezuela esté un líder elegido directamente por el pueblo. La clave es el tiempo. El asunto no es exclusivo de colegas abogados constitucionalistas que hoy parecen repartidos en dos bloques y muchas veces sustituyen la apreciación objetiva por el proselitismo partidista. Es necesario manifestar la verdad en toda su extensión o de lo contrario, un flaco servicio le rendiremos a la Patria de Simón Bolívar.

Hay constitucionalistas de izquierda y de derecha, también existen los que no tienen ideología y se venden al mejor postor. Hay los que saltaron la talanquera y luego regresaron cabizbajos como hijos arrepentidos, no sé si porque finalmente abrazaron el credo socialista, quizás sólo buscan su gotita de petróleo o simplemente porque mediante una habilidosa pero asquerosa adulación aspiran ser designados como magistrados del TSJ. Quienes toda la vida hemos militado en una sola convicción social, no aplaudimos esas acrobacias oportunistas ni espectáculos mediáticos de metamorfosis. ¿No tiene el constitucionalismo venezolano algunos voceros que no provengan de tan descarado Zig Zag? Si nuestra palabra ofende, ofrecemos disculpas a Dios pero no al tránsfuga.

El quid de este asunto es que todo permiso por su naturaleza jurídica supone un carácter temporal, pues si el mismo en este caso fuera válido hasta el 2019, la sentencia de interpretación emitida por el TSJ estaría creando como efecto material una situación permanente, vale decir, una inexequible autorización judicial para que el Vicepresidente Ejecutivo pueda desempeñarse materialmente como Jefe de Gobierno durante todo el período presidencial y ello no lo contempla la Constitución.

Si bien es cierto que el compatriota Nicolás Maduro no ha sido formalmente designado como Presidente Encargado, actualmente ejerce funciones semejantes, a excepción de la facultad de designar ministros. Del mismo modo, si bien es verdad que la comentada sentencia correctamente descarta la falta absoluta, urge tener en cuenta que la falta temporal es una situación de hecho que no fue suficientemente normada por el Constituyente pero que abarca la ausencia del Presidente en el país, sea por enfermedad, vacaciones u otra contingencia. El permiso constitucional que unánimemente la Asamblea Nacional ha otorgado al Presidente Chávez fue el inicio de una ausencia que ahora al prolongarse en el tiempo, claramente ha adquirido otra trascendencia jurídica.

Sea falta temporal o permiso, más allá de la denominación jurídica formal, el principio de la realidad indica que nuestro Primer Mandatario Nacional no está desarrollando sus labores dentro de Venezuela y que permanece en un proceso progresivo de recuperación en un país extranjero. De esto se desprende que lo está supliendo el Vicepresidente Ejecutivo, pero éste no puede ejercer dicha suplencia indefinidamente sino por un tiempo máximo de 90 días con opción de prórroga de 90 más (un total de 180 días), tal como expresamente lo destaca el artículo 234 constitucional, el cual también opera en tutela de la soberanía popular.

La reflexión aquí expuesta no es un hallazgo del academicismo burgués, sino una declaración jurídica pero sobre todo política de sensatez, la cual vela por los intereses del pueblo venezolano y la uniformidad de la Carta Magna. No serán los oportunistas ni los trepadores de oficio quienes estarán dispuestos a emitir el necesario alerta nacional. Si no se corrige la falla, serán los apátridas sedientos de petróleo barato y los funestos restauradores del régimen político anterior quienes encontrarán un escenario maravilloso para desde sus laboratorios y bufetes transnacionales, desacreditar a la Revolución Bolivariana y conspirar contra ella.

Una campaña desestabilizadora ya está en marcha, con ella procurarán hacer estallar una severa crisis nacional e internacional difundiendo la tesis de ilegitimidad en la actual dirección del Estado venezolano. Asimismo, con la invocación del controvertido artículo 350 de la Constitución, llamarán a la desobediencia y a la resistencia activa por aquello de la presunta perpetuación de un liderazgo de facto. Es inadmisible exponer a semejante linchamiento mediático, a quien pudiera en el corto plazo convertirse en candidato presidencial socialista y que en diciembre de 2012 ya fue ungido como “heredero testamentario del legado de Hugo Chávez”. Falta saber si hay voluntad o lucidez política para evitarlo.

Sólo el anhelado retorno de nuestro querido Presidente Chávez o una oportuna ampliación de la sentencia de la Sala Constitucional del TSJ podrán remediar esta situación que hasta hoy ha sido subestimada pero que incide significativamente en el contexto político de la nación y menoscaba las garantías de paz para todos los venezolanos.

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09 febrero, 2013

Leonardo Padrón, Winston Vallenilla y la operación colchón

Por: Jesús Silva R.



Un escritor de telenovelas netamente comerciales, derrama su irracional odio antichavista contra un animador televisivo cuyo único pecado fue manifestar su admiración hacia el Presidente Chávez. Obtuvo como respuesta la denuncia de que exige favores sexuales a las actrices a cambio de darles papeles protagónicos, lo cual causó escándalo más allá de Twitter y el mundillo vanidoso de la TV privada. No se sabe si el escritor incurre en esos actos, pero al parecer si ha tenido novias actrices.


Es triste pero sobran artistas que vociferen grotesco rencor antichavista. Ridiculizan y atacan a cualquier colega suyo que piense diferente. Actores, cantantes y deportistas han sido difamados en redes sociales y medios de comunicación, sin importar los aportes que le han dado al tricolor nacional.

A pesar de tanta violencia mediática, nuevos talentos se declaran chavistas con base al derecho constitucional a la no discriminación por razones de política (artículo 89, ordinal 5). Pero no es sorpresa que la derecha busque desmeritar los nuevos apoyos que se incorporan al proceso socialista y a la vez escondan que las empresas privadas del espectáculo aplican amenazas de despido contra muchos más trabajadores del arte que siempre votan por Chávez.

Los capitalistas chantajean a los empleados en cualquier industria; la TV y sus afines no son excepción. Sólo la profundización del proyecto de inclusión social permitirá que los trabajadores desarrollen sus capacidades en un escenario digno y libre, sin más atropellos patronales.

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03 febrero, 2013

Vigésimo primer aniversario del 4 de febrero


Por: Jesús Silva R.
Muchas han sido las manifestaciones de rebeldía contra dictaduras y falsas democracias, pero pocas son las insurrecciones que han conquistado la conciencia de los pueblos hasta convertirse en históricas vanguardias. Algo semejante sucedió cuando un grupo de militares insumisos (encabezados por un joven y hasta entonces desconocido teniente coronel Hugo Chávez) lograron la proeza de despertar en el pueblo venezolano la esperanza de un cambio popular.
Lo que al principio pareció ser el frustrado alzamiento militar contra un desgastado presidente apátrida, rápidamente se transformó en la ruptura del pueblo frente al corrupto y represivo bipartidismo burgués. Entonces, consumada la deslegitimación del viejo sistema, nunca más las organizaciones del Pacto de Punto Fijo (AD y Copei) pudieron monopolizar las ilusiones de las masas ni la estafa electoral de cada cinco años fue aplaudida, ya que un nuevo liderazgo nacional había emergido.
Tras asumir su responsabilidad ante una clase política que siempre se ha lavado las manos, Chávez fue encarcelado por la misma legalidad burguesa que en 1989 había exculpado a los que ordenaron acribillar a miles de compatriotas indignados por las medidas económicas del Fondo Monetario Internacional. Aunque más tarde la aristocracia buscó su reacomodo mediante la promoción de un veterano dirigente y sus nuevos aliados (chiripero) nada pudo detener el contundente triunfo patriótico de 1998.
Sin duda que el mundo valora especialmente que en la época donde se planteaba el fin de las ideologías, haya surgido un nuevo proceso de liberación nacional. Por ello la Revolución Bolivariana, hija indiscutible de aquella madrugada de 1992, constituye para América Latina un extraordinario ejemplo en la construcción del Socialismo del siglo XXI.