Por: Jesús Silva R.
Horas antes de la celebración de las elecciones primarias, emitimos importantes predicciones sobre los resultados desde una perspectiva cuantitativa, pero sobremanera cualitativa de las connotaciones ideopolíticas que se derivarían de los mismos.
Es así que en nuestra breve reflexión titulada "Tres desgracias en las Primarias de la MUD" (http://bit.ly/xiMwCn) precisamos tres puntos.
PRIMERO: Que el ganador de las primarias no doblaría la votación de su más cercano rival y ciertamente sí de la cifra de aproximadamente 1.900.000 votos que obtuvo Henrique Capriles Radonski, al menos 50.000 más hubieran sido para Pablo Pérez, quien logró alrededor de 900.000 votos a su favor; entonces el balance final habría sido: HCR 1.850.000 y PP 950.000; con lo cual perfectamente se habría cumplido nuestro vaticinio numérico, que muy cerca estuvo de ser exacto.
Ahora bien, ante la fundamentada presunción de un abultamiento de cifras de parte de la MUD en virtud de su entera inobservancia (intencional destrucción de los cuadernos) de los protocolos elementales en cualquier proceso electoral (preservación del respaldo físico de los datos generados), es más que razonable sospechar que la votación general realmente alcanzada fue bastante menor y con ello menores también fueron las distancias entre los dos principales precandidatos tal como inicialmente lo advertimos, pues si por ejemplo, el auténtico total de sufragios emitidos no hubiera superado los 2.000.000, ciertamente HCR no habría alcanzado la mitad más uno de esa cifra, es decir, 1.000.001 votos válidos.
Asimismo aseveramos que María Corina Machado tendría una significativa participación, aunque sin posibilidad de victoria, y efectivamente se consolidó en el tercer puesto de la clasificación final con abrumadora ventaja frente al cuarto (Diego Arria 34.000 votos) y el quinto (Pablo Medina 14.000 votos).
SEGUNDO: Aseguramos que la participación en las elecciones primarias de la MUD sería insatisfactorio y así fue, primero porque aun en el supuesto de que los 3.000.000 votos fuesen auténticos, ello está muy por debajo de lo requerido para derrotar a Hugo Chávez quien en la última elección presidencial obtuvo más de 7 millones de votos a su favor. Y adicionalmente, si tomáramos como referencia comparativa los procesos internos de los bloques políticos, veremos que los números del pasado 12 de febrero no son superiores a los de la recolección de firmas opositoras para el referendum revocatorio contra Hugo Chávez en 2003. También señalamos que habría temor por la hipotética vulneración del secreto del voto, y efectivamente se produjo la polémica entorno a la incineración de los cuadernos electorales y la sentencia del TSJ.
TERCERO: Advertimos que se demostraría que las elecciones primarias no podrían satisfacer el propósito originario con que fueron previstas, es decir, garantizar la plena reconciliación entre los confrontados AD y Primero Justicia, y ciertamente ratificamos que persisten irremediables fisuras en perjuicio de la supuesta unidad opositora y ello se ha verificado en las impugnaciones y desconocimientos a los resultados entre personajes patrocinados por AD en contra de sus contrincantes de PJ. En tal sentido, no será sorpresa que al interior del comando unitario, nuevos choques se produzcan, fundamentalmente por dos motivos: 1) La prágmatica disputa por la jefatura del antichavismo basado en las regalías y dividendos económicos que ello implica; 2) Los antagonismos de clase social (especialmente a nivel de las bases) entre los "populares" adecos y los sifrinos de PJ.
Seguiremos analizando, seguiremos vaticinando...
VER PUBLICACIÓN EN:
http://www.aporrea.org/oposicion/a138732.html
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