Jesús Silva R.
La criptomoneda de Venezuela no tiene un enemigo pequeño, 70% del capitalismo mundial se opone a ella; dicho de otro modo, EEUU y sus aliados se empeñarán en bloquearla por orden política de Washington.
El también llamado Petro puede tener como objetivo que lo acepten como medio de pago para que Venezuela haga importaciones en el mercado internacional así como ser intercambiado por dólares; sin embargo esto será rechazado por los países que colaboran con EEUU, empezando por los latinoamericanos con las economías regionales más poderosas: Brasil, México, Argentina, Colombia, etc.
Por su lado, países no subordinados al imperialismo, pero que tienen acceso a dólares, podrían apoyar la criptomoneda venezolana aceptando transacciones con ella aunque luego no podrán usarla en sus negocios con los países del bloque "Anti Petromoneda".
Demás está decir que EEUU y sus aliados amenazarán con sanciones económicas y represalias de todo tipo a los gobiernos que hagan negocios con Venezuela, incluyendo el uso de la criptomoneda.
Sirvan estas observaciones para aclarar que el éxito o fracaso de la petromoneda no tiene que ver puramente con lo tecnológico pues no será posible burlar totalmente los controles de EEUU para detectar a la criptomoneda venezolana en cualquier parte del mundo.
Entiéndase que esto es un asunto de política internacional pues sea con morocotas, diamantes, PayPal o lo que sea, la viabilidad internacional del medio de pago venezolano dependerá de la correlación entre países amigos que lo apoyen y países adversarios que lo bloqueen e intenten influenciar a terceros para que hagan lo mismo.
En este contexto, la propuesta es fortalecer relaciones con China, Rusia, Irán y todos los países económicamente fuertes y opuestos al imperialismo, con la finalidad de salvar la economía de Venezuela mediante acuerdos binacionales y así evitar que asfixien a nuestra patria.
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