se hace camino al andar

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31 octubre, 2010

LA SOCIALIZACIÓN ECONÓMICA ES ESTRATÉGICA


Por: Jesús Silva R.

Para hacer realidad en nuestra patria, el funcionamiento de un aparato productivo al servicio del interés social y la utilidad pública, no cabe duda que el Estado soberano debe asumir la conducción de los factores más importantes de la economía, sobre todo cuando en una infinidad de casos, se ha verificado la comisión de actos irregulares y especulativos de parte de la gerencia empresarial privada.

No se trata de iniciativas experimentales, ni tácticas de provocación o “trapos rojos” para desafiar a la burguesía nacional, cuando concienzudamente el Ejecutivo Nacional desarrolla una sistemática recuperación de industrias y redes de comercio en el ámbito agroalimentario y otros sectores relevantes; por el contrario, constituye una campaña de carácter eminentemente estratégico en defensa de la calidad de vida del pueblo venezolano, cuyo acceso a bienes y servicios ha sido golpeado por acaparamientos y sobreprecios capitalistas.

La socialización de los medios de producción constituye la política fundamental de todo proceso de inclusión social y es la base material para avanzar al socialismo, tal como se desprende del informe sobre el presupuesto nacional para el año 2011, presentado por el Ministerio de Planificación ante el Parlamento. La socialización lleva a la polarización política, pues plantea la pugna entre la gran propiedad capitalista que pretende seguir enriqueciéndose ilimitadamente mediante la expoliación contra el pueblo y el Estado revolucionario decidido a humanizar la economía en función de la justicia social.

29 octubre, 2010

¿A QUIÉN FAVORECE LA DESPOLARIZACIÓN?


Por: Jesús Silva R.

Se entiende por polarización el proceso por el cual en una sociedad, originariamente indiferenciada, se establecen características o rasgos distintivos que determinan la aparición en ella, de dos o más zonas mutuamente excluyentes llamadas polos. Desde su asunción al poder y hasta el tiempo presente, Hugo Chávez, ha sostenido la construcción de una política de Estado que crecientemente promueve el establecimiento de un nuevo orden político, económico, ideológico y social en Venezuela.


En cada uno de estos ámbitos de la vida nacional, el novel liderazgo revolucionario, con una mayoritaria composición de militares patrióticos y progresistas, ha tomado las riendas del Estado con la legitimidad de origen que le otorga sendos procesos electorales, que de manera amplia, han recogido la mayoritaria expectativa del pueblo venezolano, por el emprendimiento de un modelo democrático que priorice y materialice la inclusión social; en contraposición al fracasado esquema de la democracia biparidista subordinada al guión panamericanista determinado por el imperio estadounidense.


Ha sido el incomparable liderazgo histórico del Presidente Hugo Chávez, gran comunicador social, quien en el marco de su política enfocada al rescate de los derechos sociales del pueblo, ha persistido en un adoctrinamiento político hacia las masas, a los fines de caracterizar y visibilizar los sujetos que objetivamente han monopolizado las riquezas del Estado venezolano a lo largo de su historia democrático burguesa y el papel que estos representan en la actualidad como conglomerado político-económico que se opone al avance de la Revolución Bolivariana.


Fue el año 2002, la etapa inolvidable que llevó al campo de lo explícito, la lucha de clases que se manifiesta en todos los procesos de liberación popular, al delimitar de manera nítida, al polo encabezado por la dirigencia enemiga del interés nacional, frente a una gran masa popular, creyente del valor político de su nuevo gobierno revolucionario legitimado en elecciones libres y democráticas, con notorias expectativas de una gestión de inclusión social.En aquel momento, en contravención a la voluntad popular, Fedecamaras, en alianza con la todavía activa CTV, un alto mando militar reaccionario y los partidos políticos de la derecha venezolana, todos ellos, bajo la clara orientación del Imperialismo estadounidense; emprendieron la aventura insurrecional destinada a la ruptura del hilo constitucional.


En este marco, los golpes de Estado de abril y diciembre de ese 2002, fomentaron una auténtica polarización de la sociedad venezolana; en el entendido de que el liderazgo revolucionario le transmitió al país que en el primer ensayo golpista, fue la burguesía nacional, con sus diversos apoyos, quienes crearon un escenario de desestabilización político, social y militar para justificar su asalto al poder. Y que en el segundo ensayo, mediante la criminal destrucción de la Industria Petrolera, esos mismos factores golpistas, procuraron generar una situación de paralización económica extrema del país, a fin de producir la revuelta popular y extorsionar al gobierno nacional, legítimamente electo, a renunciar al poder como única salida a la crisis planteada.


En ese entonces, el discurso de la polarización y la lucha de clases, promovido por el Presidente Hugo Chávez, caló en la conciencia del pueblo venezolano; habida cuenta que el líder fue capaz de consolidar una convincente caracterización de las fuerzas en conflicto. Por una parte, la derecha antidemocrática estaba atentando contra la nueva democracia a fin de no perder sus privilegios de siempre, y que por tal motivo arremetían contra la estructura vital de la economía venezolana.


Creemos que la Revolución Bolivariana fortaleció su prestigio, luego de sobrevivir a estas emboscadas golpistas, y los resultados electorales así lo confirmaron.Esa polarización, que maduró en la conciencia popular a raíz de estos eventos históricos ya descritos, sellaron los calificativos de burguesía, oligarquía y pitiyanquis en nuestra conciencia colectiva; fenómeno éste que se acrecentó cuando el oposicionismo político, sistemáticamente desconoció los veredictos electorales del CNE y por último se retiró de las elecciones parlamentarias del 2005, con claras pretensiones de deslegitimar el régimen democrático vigente, tanto a lo interno como a lo externo de Venezuela.


Hoy, la necesaria polarización, que permite caracterizar a los explotadores y explotados del país, con la necesaria influencia que se debe ejercer sobre los explotados para que respalden efectivamente la Revolución Bolivariana y haya la anhelada continuidad política; se ve severamente afectada por una matriz generalizada de opinión pública donde muchas instancias del poder revolucionario son cuestionadas como poco eficaces y divorciadas del proyecto socialista.


En este caso se suscita el complejo fenómeno de que ante el pueblo se desvanece la diferenciación entre los burócratas de la cuarta república y los de la quinta república; al igual que pudiera no hallarse diferencias entre Fedecamaras y sectores de la dirigencia revolucionaria, nacional, estadal y municipal; si el pueblo sufre el abandono y el maltrato de ambos conglomerados políticos.Es así como matrices de la boliburguesía, la guerra entre dos burguesías (roja y blanca) se han extendido significativamente en masas populares dramáticamente desatendidas por algunas instituciones públicas; fundamentalmente en Gobernaciones y Alcaldías, donde anteriormente el respaldo electoral Chavista era casi unánime.


Vale la pena subrayar que esto brinda elementos para que el oposicionismo promueva el descrédito de la Revolución, como en efecto a sucedido en niveles no mayoritarios pero sí de dimensión preocupante para nuestro proceso político.Creemos que la izquierda venezolana actual, a pesar de su heterogeneidad y su doctrina, sigue siendo un factor revolucionario y sobremanera apto para defender las conquistas sociales logradas al rigor de la Constitución de 1999.


En esa perspectiva el discurso unánime de la oposición nacional, ha sido el llamamiento a una reconciliación entre explotadores y explotados, entre ricos y pobres; lo cual tiene efectos altamente despolarizantes y permite que barriadas, sectores populares y clase trabajadora se inclinen en considerable cantidad por la propuesta electoral del oposicionismo, que lejos está de emprender un proyecto de país basado en la inclusión social, pues ello colide con su verdadera agenda política.Fomentar la correcta polarización revolucionaria, implica crear condiciones ideopólíticas, pero sobre todo condiciones materiales a través de políticas públicas que se cumplan, para que el pueblo constate que con el socialismo se vive mejor.


En tal sentido polarización es que la masa popular se abrace con la revolución, entendiendo que el socialismo bolivariano es su alternativa de mejor calidad de vida y que existen resultados que así lo demuestran. Cumplida la correcta polarización, no podrá haber cinco millones de electores venezolanos que manifiesten preferencia por la opción electoral oligárquica.


Las nacionalizaciones de medios de producción, proceso estratégico actualmente en curso, nos plantea el desafío revolucionario, de que dichas medidas logran hacer realidad el beneficio social del pueblo y no una acción estatal aislada que no genera bienestar en el sector social más humilde, vale destacar, la histórica base electoral social del chavismo.


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25 octubre, 2010

INSTINTOS ESCLAVISTAS EN EL SIGLO XXI


Por: Jesús Silva R.


El predominante capitalismo mundial, que menosprecia los derechos humanos y promueve la opresión, es la justificación histórica de que los pueblos desplieguen todas las formas de lucha para conquistar su dignidad colectiva y la justicia social. Es inadmisible que donde noblemente se lucha por la igualdad, se toleren aberraciones contrarias al socialismo, una de ellas: la supremacía de elite.


Trátase de la misma que se desarrolló en los tiempos de la funesta Perestroika e impuso a la clase burocrática como nuevo bloque dominante sobre el resto de la sociedad. Según esta lógica, los capitalistas son armónicamente sustituidos por nuevos burócratas, con iguales poderes plenipotenciarios en un régimen continuista de la desigualdad donde irremediablemente unos deben mandar y otros obedecer. Sépase que sea cual fuere la estructura jerárquica y los niveles de responsabilidad, todos tenemos derechos y obligaciones.


Sólo quienes ignoran el propósito del Estado Social de Derecho y de Justicia, pretenden que las órdenes no se discutan y que el subalterno adopte la sumisión como ley para sobrevivir. Son agentes desfasados de la época revolucionaria, afectados por un instinto esclavista más anacrónico que el de la Burguesía, la cual en su Derecho ya consagró instituciones como el Debido Proceso, el Derecho a la defensa, el Derecho a ser oído, la Presunción de inocencia, la Apelación y hasta el Recurso de Amparo en casos de indefensión. Definitivamente el socialismo no tolera el abuso de poder, mucho menos ciudadanos de primera y de segunda.


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http://www.aporrea.org/actualidad/a111086.html

18 octubre, 2010

RECORDANDO A JESÚS MANUEL SILVA ALFONZO: DE GUERRILLERO A PADRE EJEMPLAR


Por: Jesús Silva R.

Publicado en Diario El Aragüeño. 18/10/10


A mi padre (05-10-1943 / 18-10-2009) in memóriam. Al cumplirse el primer año de tu transición a una eternidad que no es el cielo, sino tu transformación en la doctrina viva que guía mi camino, deseo honrar una vez más el valor de tus ejemplos. Fue mi abuela comunista María Silva quien en mi infancia me reveló lo que tu invariable prudencia prefirió guardar: Tu juventud dedicada a la lucha guerrillera en los años 60 por la creación de la patria socialista.

Más tarde, en mi trajinar político, primero como dirigente nacional de la Juventud Comunista de Venezuela y luego como abogado de la Central Comunista de Trabajadores, admiré todavía más tu indestructible convicción revolucionaria, sobre todo cuando desde cerca vi la decadencia de muchos de tus camaradas, víctimas del padecimiento que representa en la sociedad capitalista envejecer sin hacerse rico. Jamás permitiste que esa decadencia te salpicara, pues mantuviste siempre tu modesta vida de trabajo.

Tú, al igual que don Quijote, Robin Hood, Che Guevara y otros pocos testarudos, ficticios o reales, que esporádicamente surgen de donde menos se espera, te aferraste a la utopía realizable de una sociedad sin clases y a una existencia de benevolencia social generalizada. Por ti mi alma vive libre de pobrezas, porque incluso ante la peor ingratitud y los infundios, mostraste una infatigable vocación comunitaria que sólo se puede relatar con tu lenguaje: “Yo amo, yo quiero, yo doy, yo perdono”. Sólo así se explica que quien suscribe, el más íntimo discípulo y confidente de tu vida, comprenda que los beneficiarios de tu desprendimiento afectivo y material conformen hoy una lista tan larga como anónima.

Fuiste la propiedad social convertida en hombre, porque las multitudes recurrían a tu afecto y con ellas tuve que compartirte. Nuestra relación, transcurrida mayormente entre las masas, era tu socialismo de lo cotidiano, seguramente un comunitarismo que aún resultaría demasiado exótico para la sociedad actual como lo fue para mis primeros años. Siendo joven te dije privadamente: “La muchedumbre social que te rodea no es como tú. Cuídate de los Judas, los mecenas, los mercaderes y los tarifados, porque ninguno tiene tu bondad”.

Hoy, a pesar de que el tiempo me ha dado la razón sobre la moral circunstancial y voluble de algunas muchedumbres, bendigo doblemente tu apostólica contestación de aquella época: “Creeré siempre en el ser humano, creeré aunque exista la traición y ningún hombre puede arrepentirse de su propia nobleza”. De tus sabias palabras concluí: Si una parte de la especie humana está perdida, no nos perdamos nosotros; porque de los que sean como nosotros depende la esperanza de una humanidad mejor. Y fue por tu lección que me hice comunista.

Hiciste de tu hogar un increíble epicentro de donaciones sin límites. De ti aprendí el total desapego a la propiedad privada y que la familia es la unión con todas las personas. Supe que aunque tu joven generación guerrillera no logró tomar el poder, no es menos cierto que fue capaz de poner los muertos y ello merece el mayor de los respetos frente a quienes sólo han visto la revolución desde su ventana; así como admiré que después del infierno de la guerra, no desmayaste en tu lucha social y tu ternura hacia todos.

De la mano de mi madre Carmen Rivas, saliste de la prisión política del Cuartel San Carlos y volviste a la Universidad de Carabobo; juntos se titularon abogados, y en Maracay me trajeron al mundo. Me enseñaste a amar y respetar a las mujeres y como buen ambientalista te deshiciste de mi rifle para que no volviera a cazar pájaros ni iguanas. Fuiste el permanente amante de la vida que ni la lucha contra el cáncer doblegó. Y durante tu última década vital defendiste abnegadamente los derechos humanos de los adolescentes como Defensor Público Penal del estado Aragua.

Gracias por ser mi héroe, porque recordándote revivo como adulto la felicidad infantil que hasta hace un año compartimos. Hoy continuamos viviendo una lucha de clases, ahora tú, desde mi conciencia y yo desde donde esté, por tal motivo en ejercicio soberano de mi derecho a seleccionar mis afectos y mis espacios de vida; en el uso consciente de mi libertad de elegir dónde, cuándo y con quién estar para consolidar mi felicidad personal y colectiva, te ratifico mi incondicional devoción a tu magnífica herencia de amor y de doctrina.

Sueño con un mundo donde padres, madres, hijos, hijas, familias y toda la gente se ame entre sí infinitamente como tú y yo nos hemos amado. Supiste siempre que mi vida garantizaría la prolongación de tu honor y tus convicciones humanistas. Mientras viva esa continuación será nuestra feliz realidad. Los recuerdos nunca mueren.

17 octubre, 2010

LA IZQUIERDA SIMPÁTICA


Por: Jesús Silva R.

Quien me habló por primera vez sobre la izquierda simpática fue mi padre, Jesús Manuel Silva Alfonzo, debutó como guerrillero en los sesenta y hasta su último día fue un comunista con Chávez.


Me explicaba que después de la paz democrática (fin de la lucha armada) muchos de sus camaradas huyeron a una categoría política conocida como la más simpática e inofensiva de las izquierdas. Derrotada militarmente y angustiada por revivir, pactó con el reformismo, soñando una feliz convergencia. Insinuaban algo así como la convivencia de lo público y lo privado (centroizquierda), pues siempre que existieran controles públicos, la economía funcionaba mejor en manos de los burgueses.


No sólo simpatizaban con la Perestroika, sino que fueron discípulos de ella. Cuando se asomaba una propuesta revolucionaria, ya fuera en el partido, la oficina o el sindicato, estos arrepentidos bloqueaban la dirección colectiva y la participación popular, pues a su juicio, sólo la vanguardia iluminada garantizaba la supervivencia del instrumento. Esa izquierda sin vocación de poder, lloró en cada elección al no lograr más del dos por ciento de apoyo.


Oportunista y engreída, respaldó impresentables candidatos con el pretexto de la fórmula mágica (socialdemócrata) que captaría votos en todos los sectores y fue así que abrió camino a varias aplastantes derrotas. Chávez les pareció antipático, no militaba con ellos y podía ser gorila. Al verlo en las encuestas, le ofrecieron ser diputado pues convenía asegurar espacios y acumular fuerzas para en un futuro (que nunca llega) tumbar a la burguesía.

11 octubre, 2010

SOCIEDAD POLARIZADA


Por: Jesús Silva R.

Luego de los golpes de Estado de 2002, el liderazgo revolucionario ha confrontado innumerables ataques del oposicionismo contra la aprobación de leyes, presupuestos, designación de autoridades, política exterior, distribución de la renta y demás planes sociales, lo cual trajo como consecuencia un país político dividido en dos polos: el socialista y el antisocialista.

Resultados electorales irracionalmente desconocidos por los contrarrevolucionarios, su retiro del evento parlamentario en 2005 y la difamatoria campaña mediática contra las instituciones del Estado, menoscabaron la posibilidad de diálogo democrático en aras de una utópica cohabitación. Obviamente cuando un proyecto revoluciona la cultura social, desplaza el paradigma de la sumisión ciudadana por autoestima
y conciencia popular, convierte a la propiedad social en eje de la economía y al poder comunal en herramienta vital de la democracia directa y participativa, bienvenidas sean todas nuestras irreconciliables contradicciones actualmente visibilizadas contra la clase explotadora.

Ahora que la alianza de partidos burgueses obtuvo 65 representantes que amenazan con paralizar la Asamblea Nacional si los socialistas no se abren a la conciliación, importante es denunciar el oportunismo de esa minoría que arremete contra la democracia que les permite ser diputados. Por ello, la estrategia política correcta es robustecer nuestras fuerzas revolucionarias avanzando al socialismo, sin fantasías sobre acuerdos con la dirigencia antisocialista o la desaparición de sus ambiciones golpistas.

03 octubre, 2010

MARÍA LEÓN, LA LEONA VA PARA LA ASAMBLEA


Por: Jesús Silva R.

Chávez la llama María Leona. Cuando el pasado mes de mayo, el camarada presidente anunció los candidatos del voto lista a la Asamblea Nacional, un nombre me causó especial satisfacción: María León. Me alegré por mi natal estado Aragua, pues contaría con una dirigente histórica del socialismo feminista, cuya larga trayectoria revolucionaría sin duda le daría mayor vigor a la campaña electoral.

En efecto, conocí a María León en las filas del Partido Comunista de Venezuela, años antes de que Chávez fuera presidente. Ya en aquel tiempo María tenía un prestigio consagrado por sus décadas en la lucha social, admirada por su valentía como participante en la guerrilla venezolana de los años sesenta, respetada como cuadro político del movimiento clasista obrero y sindical, y apreciada como pionera en la lucha por los derechos de la mujer, durante una etapa donde la teoría de la igualdad de genero aun no estaba muy clara en la cognición de los socialistas venezolanos.


Recuerdo que tuve conciencia sobre la dimensión política de María León, en la etapa de mayor desconsuelo mundial para los socialistas a escala mundial, cientos de hombres y mujeres formados en la lucha popular abandonaban sus ideas luego de la dramática caída de la Unión Soviética en 1991. Sólo visionarios como ella, Pedro Ortega Díaz y otros pocos, mantuvieron firmeza ideológica y su puesto de batalla. Creo personalmente que ante la destrucción de ese gran Estado europeo, que no tuvo una clase revolucionaria empoderada que defendiera el socialismo, María León es la venezolana que más aprendió de esa experiencia y de allí proviene su vocación de madre protectora de la joven Revolución Bolivariana.


Antes de Chávez, pertenecer a la izquierda revolucionaria implicaba inconfesables sacrificios. Tanto en lucha armada, como en la “paz democrática”, ser contrario al régimen puntofijista significaba enfrentar la peor exclusión social, era no poder acceder al empleo en condiciones estables, probabilidad de ser despedido; discriminación en la vida estudiantil, comunitaria y gremial por no estar en AD ni Copei; división de las familias por razones políticas; padres alejados del hogar en cumplimiento de tareas revolucionarias; estas y otras situaciones las experimentamos todos quienes crecimos en familias comunistas.


María no es una excepción de las adversidades, sino una de las más dignas sobrevivientes, es una madre y abuela que ha convertido sus experiencias en triunfos, la mujer a quien vi derrotar la enfermedad del cáncer con una voluntad sobrehumana. Es la trabajadora humilde a quien Chávez nombró ministra y presidenta del Instituto Nacional de la Mujer por 11 años; la autodidacta que creció como ideóloga del socialismo al rigor de medio siglo de lucha. Hoy puedo dar testimonio de su transparencia, su moral revolucionaria y alta capacidad de trabajo, porque he tenido la fortuna de acompañarla. Su pasión por la igualdad de género inspiró mi estudio exhaustivo en el feminismo y mis modestos aportes en la materia, todo gracias al ejemplo de la Leona.

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http://www.aporrea.org/actualidad/a106894.html

02 octubre, 2010

HEGEMONÍA REVOLUCIONARIA

Por: Jesús Silva R.

Si la esencia del poder burgués radica en la invisibilización de su explotación contra el pueblo y la promoción de un sueño de bienestar al alcance de todos que nunca se hará realidad; entonces la base del poder revolucionario consiste en hacer visibles los avances generales del pueblo y su relación concreta con el mejoramiento de la vida individual y social.


Si la ideología explotadora obtuvo triunfos al hacer que el esclavo adorara a su esclavista y que el obrero venerara a su patrono; la ideología revolucionaria será victoriosa solamente si logra establecer en la conciencia mayoritaria del pueblo la capacidad de diferenciar a sus leales defensores, a sus relativos aliados y a sus invariables enemigos. Ciertamente una dirigencia revolucionaria cuyo fin es implantar la plena igualdad social, puede perder respaldo si el balance de sus acciones en beneficio de la mayoría popular no está simultáneamente acompañado por la formación de una disciplina consciente de trabajo productivo y organización comunitaria.


Ante los desafíos futuros, sólo la rigurosa caracterización de los actores políticos impedirá que cúpulas aristocráticas (principales autoras de la exclusión social) capten amplio apoyo popular con el simple uso de fraseología populista y manipulación mediática. Sin caer en la tentación del reformismo, descrito por los franceses como el utopismo de la estrategia y el oportunismo de la táctica, necesario es procurar la hegemonía que responda al reto democrático de conquistar la mayor suma de apoyos posibles para el socialismo.


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http://www.aporrea.org/ideologia/a109328.html