Jesús Silva R.
Desde el inicio de la Revolución
Bolivariana, las relaciones entre los gobiernos de Venezuela y los Estados
Unidos han estado sumergidas en conflicto. Esta realidad ha condicionado que el
diálogo sobre asuntos políticos sea
escaso y se reduzca sólo a los representantes diplomáticos o gubernamentales.
No obstante, como abogado constitucionalista, profesor de
diplomacia y chavista de a pie (simple ciudadano con militancia
revolucionaria) he aceptado y seguiré aceptando celebrar diálogos y debates con
ciudadanos y diplomáticos provenientes de Estados Unidos que me invitan manifestándome
su interés de estudiar y proponer soluciones a las controversias entre ambos
Estados.
Demás está decir, que acepto
dialogar con personas de todas las nacionalidades siempre desde mi convicción socialista y antiimperialista
como ciudadano venezolano que aboga por la paz mundial. Mi disposición
dialogante no excluye a los estadounidenses, a cuya nación me acercan el
estudio del Derecho Comparado, la cultura y la docencia en idiomas.
En este contexto sostuve un
nuevo debate en la televisión del gobierno de Estados Unidos, específicamente
el canal Voz de América, esta vez con el ex
embajador de EEUU ante la OEA y sub Secretario de Estado Roger Noriega, a
propósito de la reciente discrepancia ventilada en la OEA sobre la situación
actual de Venezuela.
Comparto video: “Debate entre ex embajador de EEUU y Jesús Silva, caso
OEA”
Como se sabe, el señor Noriega fue funcionario jefe encargado de América Latina durante el gobierno del ex Presidente George W. Bush, entre otras importantes responsabilidades. De mi debate televisado con este diplomático estadounidense, llego a las siguientes conclusiones:
Como se sabe, el señor Noriega fue funcionario jefe encargado de América Latina durante el gobierno del ex Presidente George W. Bush, entre otras importantes responsabilidades. De mi debate televisado con este diplomático estadounidense, llego a las siguientes conclusiones:
En un escenario por ahora confuso,
el gobierno de EEUU apoya la iniciativa del actual secretario general de la OEA, Luis Almagro, respecto a intentar
sanciones diplomáticas contra Venezuela sin suficiente bases jurídicas para
ello; lo cual obliga al Gobierno venezolano a denunciar formalmente en
todos los foros internacionales esta confabulación diplomática contra la
soberanía e independencia de Venezuela.
Considerando que recientemente el Sr. Almagro invocó el artículo 20 de la
Carta Democrática Interamericana para que se discuta una supuesta ruptura del
orden constitucional en Venezuela y que de ello se culpa al gobierno de
Nicolás Maduro, es urgente que esta despreciable manipulación de Almagro sea
denunciada como un fraude al Derecho Internacional ante la propia Organización
de Naciones Unidas y por supuesto ante los nuevos mecanismos soberanos de
integración regional de América Latina como UNASUR y CELAC donde no prevalece
la influencia neocolonial de EEUU.
En el seno de la propia OEA, Venezuela debe defenderse invocando el
artículo 18 de la propia Carta Democrática Interamericana, el cual establece
una fase previa de análisis de la problemática de los Estados antes de promover
sanciones de cualquier tipo, salvo que sea solicitado por el propio Estado y no
terceros.
A lo interno de Venezuela, es necesario desmitificar la fulana Carta Democrática
y ubicarla en su justa dimensión, dando a conocer tanto a chavistas como
opositores que el referido instrumento jurídico no supone por sí mismo una
intervención militar contra Venezuela sino una acción de desprestigio
diplomático contra nuestra Patria que puede desencadenar aislamiento
internacional y justificación de un futuro bloqueo económico como el de EEUU contra
Cuba.
No acompañamos reacciones
impulsivas ni destempladas como que Venezuela se auto excluya de la OEA, la diplomacia es la ciencia de los
inteligentes, y nuestro gobierno revolucionario debe seguir practicando profesionalmente
esta ciencia dentro de la OEA denunciando lo que deba denunciar. En
esencia, ninguna tribuna de debate debe abandonarse porque eso despierta una
percepción negativa frente a la comunidad internacional que regala legitimidad
a los argumentos del adversario.
La representación jurídica del
Estado frente a la comunidad internacional está constitucionalmente bajo el
monopolio del Presidente de Venezuela, es decir, sólo Maduro o el funcionario que
Maduro delegue para ello puede hablar en nombre de nuestro país en el exterior,
de allí que se debe proceder judicialmente contra el Presidente
de la Asamblea Nacional Henry Ramos Allup por su sistemática pretensión de
arrogarse la representación de Venezuela ante la OEA y otras instancias
multilaterales. La usurpación de funciones no puede ser tolerada.