Ver video en YouTube: “Problemática Constitucional 2018” - Entrevista al Doctor Jesús Silva - https://youtu.be/l7Y19BXSY4o
No es conveniente un sólo poder, ni siquiera si es el poder de “Dios”. Un país necesita al menos tres “Dioses” para que haya democracia. Actualmente existe una Asamblea Constituyente (ANC) que ejerce las funciones de todas las ramas del poder porque la Constitución lo permite en su artículo 349 y la situación política lo hizo necesario para neutralizar la violencia de 2017.
No es conveniente un sólo poder, ni siquiera si es el poder de “Dios”. Un país necesita al menos tres “Dioses” para que haya democracia. Actualmente existe una Asamblea Constituyente (ANC) que ejerce las funciones de todas las ramas del poder porque la Constitución lo permite en su artículo 349 y la situación política lo hizo necesario para neutralizar la violencia de 2017.
Según el Derecho
Constitucional Internacional, un Estado tiene separación de poderes cuando
tiene ramas independientes en el poder público, tales son: ejecutivo,
legislativo y judicial (junto a electoral y ciudadano en el caso venezolano). Este
principio de separación también existe en la Constitución Bolivariana, cada
rama tiene sus propias atribuciones y ninguna debe usurpar a la otra.
Al mismo tiempo hay un vital principio de “controles y contrapesos” que
permite a cada rama vigilar a la otra. Se trata de una desconcentración del poder público saludable
para el funcionamiento de un sistema político democrático porque promueve
equilibrio entre sectores sociales, pluralismo, debate y legalidad.
Ahora el mayor problema constitucional en Venezuela se
divide en dos: la aprobación de la nueva
Constitución y la separación de poderes. Así lo expliqué recientemente en
la televisión privada. Ver video en
YouTube: “Problemática Constitucional 2018” - Entrevista al Doctor Jesús Silva
- https://youtu.be/l7Y19BXSY4o
Fiel a mi compromiso con el pueblo y al Derecho
Constitucional, hago un llamado a que la
nueva Carta Magna, prometida por la ANC, sea aprobada por el pueblo mediante referéndum
universal y sin argumentos leguleyos para lo contrario; obedeciendo al artículo
347 del mismo texto. Evidentemente me opondré a todo aquel que pretenda violar la
Constitución.
El escenario venezolano podría resumirse así: tan positivo fue votar por una ANC que le
devolvió la paz al país, como positivo será que la misma culmine su mandato en
2019 y le abra paso a la plena separación de poderes con las ramas haciendo
su labor. Obviamente para esto hacen falta garantías de que la patria no será
nuevamente atacada por el terrorismo guarimbero, porque si ello sucediera entonces
millones de venezolanos apoyaríamos a una ANC
antiterrorista que gobierne indefinidamente.
El mandato de la ANC debe ser por tiempo limitado y
prudencial, nunca para siempre ni por muchos años porque una mega autoridad eterna o “cuasi eterna” es contraria a los principios
de una República donde la soberanía reside en el pueblo quien elige
representantes con mandatos limitados. El pueblo son 30 millones de venezolanos
y ANC son 545 funcionarios, o sea, natural y constitucionalmente son cuerpos
diferentes.
Ahora bien, no
hay artículo en la Constitución vigente que determine la duración de la ANC,
pero la próxima Carta Magna deberá establecerlo para generar mayor seguridad
jurídica. Hasta el momento por decreto de la propia ANC ésta durará dos años.
Pero nada garantiza que la misma no extienda su tiempo, por ejemplo, el mandato
constitucional más largo es el de un magistrado del TSJ que dura 12 años.
En sentido jurídico estricto, con la ANC, hay una parcial separación de poderes, ya
que las ramas del poder público están subordinadas a una autoridad única
constituyente. A pesar de críticas, el chavismo prometió que votar por la
ANC eliminaría la violencia de 2017 y así ocurrió felizmente. La armonía
recuperada en Venezuela se ha convertido en una eficaz justificación internacional
para tener una ANC hoy. Pero como todo
en la política es dialéctico, puedo asegurar que el futuro traerá nuevos
escenarios.