se hace camino al andar

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22 noviembre, 2008

ELECCIONES COMO INSTRUMENTO REVOLUCIONARIO

Por: Jesús Silva R.

No es lo mismo votar para escoger entre dirigentes títeres de la oligarquía que ejercer el derecho constitucional al sufragio para respaldar un proyecto popular de transformación revolucionaria. En tiempos de la cuarta república, aunque se votaba religiosamente cada cinco años, las principales opciones electorales estaban sujetas a los dos viejos partidos populistas que acaparaban la escena bajo las órdenes del Imperio Yanqui, la entidades transnacionales y Fedecamaras.


Indudablemente que hoy en día el escenario es otro, pues en esta década cada certamen electoral nos plantea en esencia la pugna entre dos propuestas de país, la primera seguir avanzando hacia el socialismo; y la segunda, retroceder a nuestro infame pasado como colonia norteamericana. Socialismo versus Capitalismo es el dilema histórico que nos presenta el actual proceso político, es decir, la posibilidad real de un cambio profundo en nuestro modelo de Estado.

Fundamental es en esta etapa subrayar lo que cada camino representa, regresar a la falsa democracia puntofijista sería arrancarle al pueblo venezolano la amplia gama de derechos sociales que ahora tiene garantizados, sería liquidar las misiones revolucionarias que promueven nuevas oportunidades de estudio, pasando por los proyectos de economía comunal, la salud gratuita, la atención a los sectores más desasistidos, hasta llegar a la privatización de las industrias básicas que hoy han sido recuperadas por el Estado revolucionario.


Evidentemente que el proyecto socialista encabezado por el comandante Chávez y las fuerzas populares que consecuentemente lo respaldan, esta claramente basado en el justo reparto de nuestra riqueza petrolera para impulsar el desarrollo económico y social de la nación con especial atención a la clase popular. En efecto el rescate de PDVSA (secuestrada por una gerencia antipatriótica hasta el año 2002) y la renacionalización de importantes industrias como la del hierro y el acero, el cemento y el sector bancario constituyen una demostración contundente e inobjetable de restitución de nuestra soberanía, pues ahora la estructura económica fundamental del país ha sido puesta al servicio de los intereses patrióticos y no de oligarquías nacionales o extranjeras.

El acertado plan económico del presidente implica también hacer justicia en las relaciones de trabajo a lo interno de las empresas y centros productivos recuperados, es decir, la acción efectiva del Estado Revolucionario en función de garantizar la plena vigencia de los derechos laborales de toda la clase trabajadora venezolana para que nunca más se reproduzcan las violaciones y atropellos que han caracterizado a la administración de las empresas privadas.

Para no perder lo conquistado en nuestra extraordinaria Revolución Bolivariana, el pueblo cada vez más asume los nuevos eventos electorales con una mayor conciencia política comprometida con la defensa de sus intereses como clase popular; pues entiende que ya no se trata de elegir a meros representantes de la burguesía farsante sino de respaldar su avance como protagonista hacia la nueva sociedad socialista.

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http://www.aporrea.org/actualidad/a67396.html

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21 noviembre, 2008

LOS WASP EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA


Por: Jesús Silva R.
La Ciencia de Unir y Dividir Para Ejercer el Poder...

Nuestra ideología revolucionaria defiende la idea de que solo las mayorías pueden impulsar las grandes transformaciones sociales, al mismo tiempo que no ignora que durante buena parte de la historia han sido las clases minoritarias quienes han dominado el mundo y explotado al resto de la humanidad. Esclavistas, señores feudales al igual que los despiadados capitalistas actuales han organizado sociedades basadas en el robo de las riquezas generadas por el trabajo de otros. Solo contadas revoluciones de rango excepcional han alcanzado, cada una en su tiempo y medida, dar respuestas parciales al ancestral clamor de los pueblos por hacer de la justicia social una realidad absoluta y duradera.

Observando el listado universal de esas minorías todopoderosas que ejercen su dictadura sobre naciones y continentes enteros, nos resulta prioritario referirnos a ese sector que en siglas inglesas se le conoce como "WASP" (White, Anglo-Saxon and Protestant). Dícese del minúsculo grupo "Blanco, Anglo-Sajón y Protestante" que hasta la presente fecha reina en los EEUU (independientemente de la coloración facial del presidente) y que surge a inicios del siglo XX arremetiendo brutalmente contra las etnias, nacionalidades y religiones ajenas a su estirpe. La filosofía de los WASP se fundamenta en el más rancio conservadurismo social expresado en una multiplicidad de antivalores tradicionales como furibundo anticomunismo, radicalismo religioso, racismo y esquema patriarcal.

Interesante es precisar los elementos que posibilitan que una secta sea capaz de controlar durante un siglo a una nación policlasista, multicultural y etnodiversa que ocupa tan protagónico lugar en la escena geopolítica, habida cuenta que las características que la identifican no son las más afines con la mayor parte de la sociedad donde coexiste. Es justamente la exitosa imposición de la ideología WASP (adoctrinamiento moral) sobre el gran conglomerado social lo que oxigena y fortalece a este imperio, ciertamente la historia evidencia que las minorías logran gobernar sobre las mayorías cuando logran dividirlas en el ámbito de sus intereses comunes; de allí que impidan la unificación de los excluidos en un solo bloque Anti WASP y promuevan su debilitamiento mediante la conformación de una variedad de movimientos sociales con agendas de lucha separadas.

Sería arduo inventariar toda la gama de organizaciones que subsisten en EEUU actuando en subdivisiones que permanecen desvinculadas las unas de las otras. Quizá pudiésemos destacar el movimiento racial: Negros, latinos, asiáticos. El religioso: Musulmanes, hinduistas, budistas, ateos, entre otros. El sindical: Federaciones y corrientes orientadas por tendencias divergentes. El de género: Frentes con ideologías feministas antagónicas; etc. A todas luces, el régimen político yankee sería radicalmente transformado si todos esos actores segregados priorizaran los fundamentos que deben unificarlos alrededor de un solo instrumento de acción política (un partido, plataforma o coalición).

Es precisamente la condición de explotados la verdad científica y objetiva que tiene que integrarlos por encima de cualquier otro aspecto y que demanda de ellos una elevada conciencia clasista para ejercer una política revolucionaria que permita sumar y no restar al servicio la liberación social. Necesario es concluir que mientras los explotados insisten en dividirse, incuestionablemente por falta de visión histórica, los explotadores perpetúan su dominio porque saben unir donde tienen que hacerlo y saben dividir donde mejor les conviene.

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08 noviembre, 2008

EL IMPERIO NECESITABA INVENTAR A OBAMA


Por: Jesús Silva R.

El rostro embebido en lágrimas del reverendo Jessie Jackson ante CNN luego de confirmarse la victoria de Obama ciertamente fue conmovedor. En efecto, para bien o para mal, el pasado 4 de noviembre quedará inscrito en la historia de ese país como fecha de un acontecimiento impensable: La llegada de un hombre negro a la Casa Blanca. Por instantes me permití regresar a mis memorias infantiles, veinte años atrás, cuando el propio Jackson intentaba una hazaña semejante en contienda por la nominación del Partido Demócrata.

Como crónica de su fabulosa y malograda campaña, alguien escribió: No hay duda que Jessie es el mejor hombre para ser presidente de los Estados Unidos pero jamás podrá lograrlo y eso se debe a una sola razón: Es negro. Sin dudas que aquella nominación de 1988 (su segunda y final tentativa en la que capturó casi siete millones de votos y venció en 11 estados antes de perder con Dukakis) representaba la valiente vocación de poder de nuestra querida comunidad negra desafiando al orden social en EEUU ya que su campaña se centraba en la Revolución de los Derechos Civiles. La bandera y la prestigiosa trayectoria del candidato nos permitía soñar con un futuro de igualdad social y racial en la nación más segregacionista del mundo y sus palabras rescataban lo más sublime de la histórica declaración "I Have a Dream" (Tengo un sueño) de su mentor asesinado: el inolvidable Martín Luther King Jr.

Sin embargo, más allá de la raza, Obama y Jackson nada tienen en común. Este nuevo gobierno podría frustrar a los optimistas y enseñarnos que el elemento racial no garantiza una identidad política. El tiempo lo dirá. Lo indiscutible es que este nuevo presidente emanado de la aristocracia no posee vínculos con esa maravillosa, multicultural, etnodiversa y amplísima constelación de movimientos sociales existentes en Norteamérica que durante décadas han conformado un importante bloque de resistencia contra el régimen gringo tradicional tanto en su faceta interna de discriminación y explotación capitalista como en sus desmanes imperialistas y crímenes de guerra en el ámbito exterior. De ningún modo ha sido la candidatura del señor Obama una expresión de las masas populares que luchan por sus derechos violados ante la indiferencia de los dos partidos del régimen (Demócrata y Republicano), que más que funcionar como verdaderas organizaciones políticas, son más bien megaconsorcios de la burguesía para la fabricación de "presidentes" y marionetas.

En este infame modelo constitucional yanqui donde se proscribe la elección libre, universal y directa, rige un esquema antidemocrático de elecciones de "segundo grado" mediante el cual el pueblo no elige al presidente, sino que designa a "delegados" para que éstos lo elijan en el marco de un dudoso sistema denominado "colegios electorales" que a su vez están controlados por las dos corporaciones ya señaladas. La realidad revela que cada cuatro años la Elite Yanqui necesita refrescarse ante la gente por la comisión de tantas monstruosidades, que para ello se organiza administrativamente en dos compañías (partidos) y crean un producto (candidato) que garantice la vigencia de sus intereses grupales pero que a la vez reúna cualidades suficientes para apaciguar y simpatizar al mercado (pueblo). Es evidente que tras 8 años con Bush el balance general es nefasto: Quiebra nacional de los bancos, alarmante crisis económica y aislamiento internacional. Aunque no sucedan cambios importantes en EEUU, si de infundir la calma se trata: El Imperio necesitaba inventar a Obama.

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02 noviembre, 2008

NUESTRO DEBATE CONTRA AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ


NUESTRO DEBATE CONTRA AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ

Por: Jesús Silva R.
En la que en época pasada fuera el epicentro de una vibrante izquierda estudiantil, fui invitado a un debate poco esperado. Se trataba de un evento con lugar en la Universidad Central de Venezuela, sobresaliente Alma Mater que solía reunir a pujantes ideólogos revolucionarios pero que en la actualidad se encuentra severamente sofocada por una suerte de "Neo Derechismo"; entiéndase por esta última expresión, la pseudo ideología de un minoritario cogollo de profesores que durante años militaron en las filas del movimiento popular pero que con el advenimiento de Hugo Chávez a la presidencia, curiosamente optaron por renegar de su mejor historia política y se subordinaron a las directrices de la lumpen burguesía a la que siempre dijeron combatir.
Fue así que llegué a la UCV, uno de esos últimos santuarios de la aristocracia educativa que, junto con las Universidades Católicas y algunos otros pseudo templos universitarios, concentran (según sus dirigentes) lo más iluminado del academicismo venezolano. Al evento me acompañaban camaradas ex militantes del PCV, entre ellos el dirigente popular de Catia, José Blanco. Se planteaba como tema central a discutir: ¿Cómo construir un nuevo poder en Venezuela? Vale decir que con pulcro respeto, el Doctor en Historia y dirigente antichavista, Agustín Blanco Muñoz me invitó a participar en representación del sector chavista revolucionario, en virtud de la recomendación que le hiciera el Presidente del Partido Comunista de Venezuela y amigo personal de quien suscribe: Jerónimo Carrera.
Conocí a Agustín personalmente aquella noche y me resultaba fascinante que sesenta militantes del partido reaccionario Bandera Roja estuviesen esperándome, dentro y fuera de la sala de reuniones para manifestarme su reacción ante el discurso que yo pudiera emitir. Digo que recibí este desafío con satisfacción pues nada más reconfortante que enfrentar los peligros y amenazas del enemigo, sin temores ni repliegues y siempre con la digna Bandera del Socialismo Científico. Para aquel mes del año 2008, era reciente la quema de la Escuela de Trabajo Social en la UCV y varios de los presuntos responsables del crimen me acompañaban esa noche para enfrentarme. De modo que si de confrontar a los enemigos políticos se trataba, la mesa estaba perfectamente servida en su propio terreno.
Sentí la plena confianza de plantearle al conglomerado juvenil allí presente, los conceptos fundamentales de nuestra intransigente cosmovisión socialista científica y así lo hicimos. Abiertamente elevamos nuestra bandera en aquel reducto fundamentalista (ciertamente la "boca del lobo"). Bastó desarmar a nuestros contrincantes con el veraz planteamiento de que la identidad clasista obrera es la génesis de nuestra filosofía y que ello prevalece sobre la trampa populista de las rancias cúpulas de los partidos políticos. "Burgueses contra Proletarios es el dilema de la humanidad", así se lo machacamos entre sus cejas a los muchachos fascistas y les advertimos que siendo hijos de humildes asalariados que con esfuerzo han costeado sus estudios, mal pudieran ellos sentir un mayor grado de identificación con los intereses de Lorenzo Mendoza (Dueño del consorcio Polar) que con un obrero de la construcción.
Que por tanto, si en sus mentes existe conciencia de ello, la obligación histórica de la clase trabajadora es la defensa de este gobierno revolucionario y popular. Finalmente, mientras que afuera de la sala nos esperaba nuestro operativo militar para batirnos puño a puño contra una eventual guarimba, una insólita gama de aplausos y un apretón de manos con los ucevistas conservadores marcaron el cierre de nuestra presentación en tarima.

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