Jesús Silva
Lorena Bobbitt es una de las mujeres más famosas del
mundo. Decir su nombre hace que un hombre en cualquier país se tape inmediatamente
más abajo del ombligo recordando a la esposa que le cortó el pene a su marido y
a la que jamás metieron presa. Esto sucedió un 23 de junio de 1993 en EEUU. Un día
como ese pero en 2019 sufrí un atentado similar y en diciembre del mismo año se hizo viral en Twitter un video con la
frase: "Retiro denuncia si no te divorcias" donde la mujer
chantajea al esposo con una denuncia falsa.
El 23 de junio debe ser declarado día internacional de los hombres víctimas
de mujeres violentas y mitómanas. La Lorena original fue perdonada por un
tribunal porque declaró que su esposo la maltrataba y que ella actuó en
"defensa propia". Sin embargo, esta agresora confesó que le practicó
la poda a su marido mientras dormía, es decir, no se defendió de un ataque sino
que obró con ventaja contra un ser indefenso.
El tribunal consideró que Lorena procedió con un
"rencor legítimo" creado por presuntos abusos anteriores. Pero ¿Y si Lorena mintió? ¿Dónde queda la
presunción de inocencia? Peligrosamente la opinión pública influyó en este
caso. Esto puede pasar en cualquier país, más ahora con redes sociales
creando noticias falsas que se repiten millones de veces.
Se impuso una matriz de opinión: Lorena es la
víctima y John Bobbitt, el marido cuyo órgano fue cortado, es el agresor, el
misógino, el maltratador, y por lo tanto quedó bien "capado". Poco valió
el proceso penal y la sentencia fue la crónica de una muerte anunciada. Un juicio penal objetivo habría condenado a
Lorena por uxoricidio (asesinato del cónyuge) en grado de frustración, sin
causa de justificación por un maltrató que no se comprobó.
¿Qué etiquetas o tendencias de Twitter se habrían
generado si un caso como el de Bobbitt ocurriera hoy? Quizás: "gran tuitazo a favor del tijerazo",
"feministas con Lorena Bobbitt", "John Bobbitt
maltratador", "cárcel para el mocho John", etc.
No pretendo ser abogado de John pero nadie sabe si alguna
vez maltrató a su mujer. Nunca
existieron testigos presenciales ni referenciales que señalaran violencia
doméstica a pesar de varios años matrimonio. Asimismo, las declaraciones de
Lorena fueron contradictorias y su estado psicológico era dudoso.
Cuando un hecho
no puede ser atribuido a un investigado, se debe decretar el sobreseimiento.
Más aun si no existe posibilidad razonable de que surjan nuevos elementos para
imputar.
Lorena
Bobbit puede existir en cualquier mujer violenta y mitómana del universo,
no sólo se atreve a cortar el miembro de su esposo inocente por perversos
motivos, también puede calumniar para cortar su libertad, su patria potestad
sobre los hijos, su reputación, su exitosa carrera profesional o su vida
pública.
Conocí a una Lorena Bobbitt. Una persona a la que
aprecio y para la que deseo que el Estado provea tratamiento psiquiátrico
porque lo necesita. Su esposo fue amoroso y jamás la maltrató. Él le dio todo
lo espiritual y material que haría feliz a una mujer. No haré inventario de
casas, carros, viajes al exterior, cirugías plásticas, estudios universitarios,
etc. Ella me dijo que si su marido se divorciaba, ella lo mataría, que con su familia de policías opositores
lo metería preso, que pactaría con todos los enemigos políticos de él para
hundirlo, que estaría "dispuesta a todo" para destruirlo, incluyendo una
denuncia falsa, calumnia y simulación de hecho punible ante autoridades y que iría
a todos los medios de comunicación para difamarlo ante la opinión pública.
Creo que a John Bobbit le faltó grabar a Lorena
extorsionándolo: "John, si no te divorcias, no te capo". Su historia
terminó de otro modo: capado y perdonado por el juez, quien quizás pensó:
"ya la mujer lo castró, dejemos libre a ese pobre mocho". Un injerto y
una carrera mediocre en el cine porno fueron la continuación de su desgraciada
vida. Otros sobrevivimos a Lorena
Bobbit.