se hace camino al andar

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28 noviembre, 2011

HEMBRISMO, UNA VERSIÓN DEL MACHISMO


Por: Jesús Silva Rivas

El hembrismo no se parece en nada al feminismo, pues este último está representado por un sistema de principios que procuran la implantación de la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida humana; mientras que el primer concepto (hembrismo) significa una visión de barbarie, e inclusive violencia, en cuanto a las relaciones de poder en la sociedad, donde las mujeres imponen un régimen de supremacía y dominación sobre los hombres, tal como muchos de ellos lo han hecho en las sociedades patriarcales.

Aunque en la historia, el hembrismo sea cuantitativamente inferior al machismo (y nadie duda que ancestralmente el machismo ha sido un gran flagelo para la humanidad), no deja de ser pertinente denunciar los efectos nocivos que estas sectas radicales del hembrismo (cada vez más numerosas) causan en la vida social, ya que precisamente sus desviaciones atentan contra el prestigio de la mujer moderna (solidaria, fraternal, justa y democrática) que en el siglo XXI es admirable protagonista en los escenarios de la educación, la ciencia, la política y el trabajo.

Por lo tanto el hembrismo no identifica a una mujer futurista que ha superado la antigua sumisión de sus ancestras frente a la dictadura patriarcal, por el contrario ejemplifica un pensamiento rudimentario y salvaje inspirado en la violencia injustificada y el no reconocimiento a la dignidad de las personas, vale decir, base esencial de la convivencia humana.

En efecto, lo más lamentable del hembrismo es su carácter de doctrina inculcada a través de generaciones de féminas que transfieren unas a otras una serie de inconvenientes prejuicios y resentimientos contra los hombres, vale decir, un rencor que supone la guerra contra "los machos", como si la mala experiencia en convivencia, con uno o varios de ellos, fuera elemento suficiente para calificar negativamente a toda la población de hombres, es decir, como si un individuo representara la totalidad.

Es así que frecuentemente, la madre, la hermana, la pariente o la amiga cercana (que han experimentado el divorcio, la separación, la maternidad en soltería, la violencia en el hogar, años de matrimonio disfuncional y conflictivo, o simplemente el maltrato por el hombre en cualquier otra situación) se convierten en hembristas veteranas (profesoras) al adoctrinar a las mujeres más jóvenes (incautas) en el prejuicio contra los varones, basándose en un traslado de infelices experiencias propias que violan el razonamiento lógico, pues en efecto, cada persona vive circunstancias propias de modo, tiempo y lugar que hacen absurda la imitación de conductas ajenas como supuesta solución a problemas personales.

Sin embargo, el hembrismo, familiarmente promovido, conlleva a la mujer joven (aprendiz) a emprender una confrontación por el poder contra el hombre, la cual, en la mayoría de las veces, no es deseada ni correspondida por su compañero, generándose así, la inevitable pérdida de afectos, episodios de incomprensión y ruptura de vínculos, evidentemente motivados por ese enfermizo hembrismo que fue inyectado a la pareja por inescrupulosos agentes externos (terceras personas).

A la discípula hembrista se le educa para el egocentrismo (actitud que pareciera enorgullecer a sus maestras y ancestras hembristas) y se le incita a imitar las conductas más repudiables del machismo tradicional, tales como un comportamiento imponente y dominante, así como una superioridad (siempre acompañada del alarde frente a la sociedad) en las relaciones de poder frente a los hombres, que incluyen el trabajo, el estudio, la pareja, la capacidad económica, la política, la sociabilización, la reputación y por supuesto la sexualidad.

El pensamiento hembrista, aparentemente fundado en un afán de revancha contra siglos de patriarcado y sometimiento machista, anula las posibilidades de construir una nueva sociedad que supere las viejas injusticias, es decir, un sistema basado en la igualdad real entre mujeres y hombres.

Por el contrario, el hembrismo fomenta la destrucción de las relaciones sociales en armonía y se orienta en un delirio prepotente (ideado por culturas primitivas y atrasadas) de instaurar un modelo de opresión sobre las personas que va contra la propia naturaleza humana y las reglas de una sociedad democrática, fraternal y respetuosa de la igual dignidad de sus integrantes, tal como lo plantea el movimiento feminista mundial, del cual, millones de mujeres y hombres formamos parte activamente.

Nunca olvidemos que todo el que posee un falo, no siempre es un machista; ni toda la que tiene una vulva necesariamente es una feminista. Pues la igualdad de género y el feminismo se basan en la cosmovisión de un mundo sin violencia ni sometimiento; y no obedece a la cualidad implícita de haber nacido mujer u hombre.

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17 noviembre, 2011

DEBATE DE LOS PRECANDIDATOS Y BREVE ANÁLISIS CRUDO



Por: Jesús Silva R.

A los fines de un análisis breve sobre el debate de los precandidatos presidenciales de la Mesa de la Unidad Democrática (14-11-11), compartimos las siguientes consideraciones enfocadas en el escenario político electoral y sus protagonistas:

Diego Arria: veterano diplomático de la "época dorada" de Don Carlos Andrés Pérez, quien exhibió la mejor redacción en el discurso, pero gastó excesivo tiempo en anunciar los desastres que, según él, destruirán a la república sino salimos del actual Presidente, cuanto antes. Su momento estelar: Aseguró que desde la Corte Penal Internacional en La Haya, hará encarcelar a Chávez.

Leopoldo López: Autoproclamado descendiente de Simón Bolívar, ahora también dice tener identidad "popular". Es estudioso del "coaching", el "cooperative work" y el "self-motivation" impartido en las escuelas estadounidenses. Asimismo se le recuerda como afortunado beneficiario económico de la vieja PDVSA, la cual le permitió crear un partido político.

Se mostró disciplinado en su infatigable repetición de que va a construir "la mejor Venezuela" y buscó enfáticamente conectarse con los jóvenes para restarle votos a Capriles Radonski, corresponsable de la expropiación de su partido (PJ). Su momento estelar: Dijo que hay que desmontar el Estado capitalista (insólito).

Pablo Pérez: Convertido en gobernador del Zulia por el dedo de Manuel Rosales y designado hoy aspirante presidencial por el dedo de Henry Ramos Allup, ha sido un gran bendecido por los dedos de la socialdemocracia. Como buen alumno de Rosales, el uso de la palabra pudiera no ser su mayor talento, pero se siente guapo y apoyado por las macoyas en la tarea de derrotar a Capriles.

Su equipo hace esfuerzos por limpiar su imagen luego del episodio televisado en el evento gaitero con el grupo Coquimba y su presunta embriaguez de esa noche. Es, en todo caso, la actual ficha de la vieja derecha puntofijista; aunque al interior de su conciencia, sabe que ganar en el Zulia no es ganar en Venezuela. Su momento estelar: No existió.

Henrique Capriles Radonski: Hasta hace un par de meses lucía imbatible en las encuestas como candidato opositor, pero los diabólicos restos del Pacto de Punto Fijo (expertos en articular macoyas y cayapas) han puesto en grave peligro su posibilidad de triunfo en las primarias.

Capriles, democristiano de nacimiento, pidió cacao en Copei y le dijeron que no. Reponiéndose de ese guayabo y del otro causado por la imposición de hacer elecciones primarias para Miranda, hoy encara un desafío inédito en la derecha venezolana (lograr más votos con menos partidos). Víctima de tantas trampas y traiciones de quienes le profesaban solidaridad y compañerismo, es seguro que Henrique nunca más participará en saraos ni funerales adecos.

Con lenguaje moderado, se mostró conciliador y cacareó ser el mayor constructor de escuelas y viviendas del país. Insinuó no ser bendecido por el dedo de ningún caudillo (una diminuta estrellita ninja lanzada contra Pablo Pérez).

No mostró programa económico ni parada cierta en su autobús del progreso, pero le pide votos a todos los opositores que hoy no lo quieren (adecos, copeyanos y sus derivados, incluso ex chavistas). Su momento estelar: El alarde de que viene rodando en política desde que fue presidente de la cámara de diputados del extinto Congreso de la República (tantos años como Chávez).

María Corina Machado: Nadie niega su categoría estética, su histrionismo, o su estampa incorregiblemente glamorosa. Tanto que se ha convertido para la política derechista venezolana en lo que fuera Lupita Ferrer hace dos décadas para las telenovelas criollas, "a drama queen" (una reina del drama).

Claramente influenciada por las historias idílicas de Corin Tellado cuando habla, tan entusiasmada, sobre su "Capitalismo Popular", y a la vez inspirada en los melodramas de Delia Fiallo cuando se refiere al apocalíptico "Comunismo Chavista", aun vive del prestigio de su visita a George W. Bush) y de los auto-atentados que se practica en barrios chavistas que visita junto a sus escoltas.

En el debate, fue fiel a sus técnicas comunicacionales, la no conciliación con el chavismo, el ataque directo al Presidente y el presagio del desastre. Agregó por primera vez que su "Capitalismo Popular" incluye un fondo para el emprendimiento (ignora los programas del Banco Bicentenario, Banco de Venezuela, Banco Industrial, Bandes, Banco de la Mujer, y demás entes de la banca popular del Estado).

Promete, sin pena ninguna, que con ella los buhoneros pronto se convertirán en empresarios, pero no brinda detalles sobre su exótica teoría económica. Por otra parte, insiste en conversa diaria y directamente con las mujeres humildes y sobre todo las madres más pobres, buscando fundar un nexo emocional con ellas para convertirse en referencia de ese poderoso segmento de la población.

Machado siente que después de los triunfos de Bachelet en Chile, Cristina en Argentina, Chinchilla en Costa Rica y Dilma en Brasil, la gran hora ha llegado para ella. Su momento estelar: "Por ahí me dicen María" (pegajoso jingle electoral que intenta popularizar su imagen sifrina). Además parafraseamos su mensaje final en el debate, si quieren hacer la diferencia frente a los últimos cincuenta años, voten por una mujer, voten por mí.

Resultados:

Diego Arria: pasó de ser un ignorado a convertirse en un candidato notorio, lo cual puede ser un triunfo (por ser el más beneficiado del debate) aunque ello no lo sacará del sótano en todas las encuestas.

Leopoldo López: Logró confundir a la juventud opositora y por ello cumplió su misión fundamental (malograr el chance de Capriles Radonski). Exitoso en la labor de zancadilla contra su antiguo amigo, pero permanece totalmente como ficción en lo que respecta a su alternativa de triunfo en las primarias de la MUD.

Pablo Pérez: Participó con el propósito de no perder lo mucho que ha ganado en dos meses. Hizo bastante por no parecerse a Rosales y esa es una noble misión para cualquier candidato. Fue eficiente al evitar pronunciar disparates que lo expusieran a la burla pública y mediática.

No tenía obligación de brillar discursivamente y ciertamente no lo hizo. Pero conservó las formas y las apariencias del libreto que le esribieron suficientemente como para salir intacto del debate, lo demás lo harán las maquinarias (cogollos) para impulsar su campaña.

Henrique Capriles Radonski: Teniendo la mayor carga de la campaña (tareas por hacer y votos por conquistar), su inofensiva actuación durante el debate causó decepción entre sus seguidores y todos quienes lo ven como posible opción. Desaprovechó la oportunidad de arrinconar a Pablo Pérez (su mayor amenaza), tal vez evidenciando que está muy lejos de tener el ímpetu (carisma, fortaleza, coraje, imaginación) de los dirigentes democristianos de épocas pasadas.

La recomendación de sus asesores en cuanto a que la retórica pacifista es lo que más le conviene a su imagen pública, podría en pocos meses resultar en causa de despido justificado contra esos politólogos, semiólogos, periodistas y asesores de imagen que lo aconsejan, así como la muerte política del propio Henrique. El balance general es negativo.

María Corina Machado: Cumplió con las expectativas generales del colectivo opositor, que no son precisamente conquistar la candidatura presidencial, sino fortalecer su imagen nacional como opositora radical y de acusación personalizada contra el Presidente Chávez.

Siguió sumando en su consolidación como referencia del nuevo liderazgo femenino burgués. Sus emblemas de anticomunismo y "capitalismo popular" (experimento británico traído a Venezuela) le otorgan una imagen definida que otros candidatos evitan asumir y al mismo tiempo le conceden un abaníco de opciones para futuras contiendas electorales. Su retórica apasionada (eso que motiva a Oscar Schemel de Hinterlaces a decir que María Corina es romántica) le favoreció en el debate, más allá de que su falta de alianzas con los partidos, debiliten sus posibilidades de victoria.

En definitiva, vimos un debate entre figuras al servicio del capitalismo, del hegemonismo estadounidense en nuestro sub-continente latinoamericano y de las elites que promueven el retorno de un gobierno empresarial en Venezuela. Precandidatos que se aferran a disfraces populistas para ocultar el plan nefasto que las burguesías nacional y transnacional tienen preparado para la nación si lograsen la proeza de derrotar electoralmente a Hugo Chávez.

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11 noviembre, 2011

UNA NUEVA LEY ORGÁNICA DEL TRABAJO Y CUATRO PUNTOS PRIMORDIALES

  
Por: Jesús Silva R.

La promesa del Presidente venezolano Hugo Chávez sobre la creación de una nueva Ley Orgánica del Trabajo para el primero de mayo de 2012 por la vía de ley habilitante, renueva las expectativas de quienes entendemos que realizar el Estado de justicia social exige instaurar un Derecho Laboral basado en la doctrina del hecho social del trabajo como bien jurídico de supremo valor. Es decir, el trabajo comprendido como actividad humana liberadora destinada a fomentar la dignificación y el desarrollo espiritual, intelectual y material de los trabajadores y las trabajadoras para la generación de bienes y servicios de predominante interés social y satisfacción de necesidades colectivas.

En tal sentido, un nuevo régimen legal garantista debe igualmente orientarse en el principio de progresividad en materia de derechos sociales como precepto primordial previsto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) así como en el derecho internacional y demás instrumentos jurídicos reconocidos en el derecho venezolano vigente. De manera concreta, una nueva ley orgánica del trabajo de carácter revolucionario y anticapitalista, debe diferenciarse radicalmente de las infames reformas antiobreras que hoy invaden Europa y EEUU. Por esta razón dicho texto ha de contener un conjunto de normas expresamente más favorables (progresivas) para la clase trabajadora.

Como introducción al estudio del tema, válido es iniciar con una propuesta dirigida a dos ámbitos normativos principales: el Derecho Colectivo del Trabajo y el Derecho Individual del Trabajo.

En lo colectivo, debe promoverse:

1) La plena unidad sindical de los trabajadores. Instituir como norma la celebración de elecciones universales y de base desde los sitios de trabajo (empresas, industrias, grupo de empresas, sectores de industrias, etc.) a fin de garantizar que los trabajadores y las trabajadoras cuenten en su respectiva área de labor con una única representación, democráticamente electa, a nivel de sindicatos e instancias superiores como centrales, federaciones y confederaciones.

Será la unificación orgánica que la clase trabajadora se dé a sí misma lo que coadyuvará (en paralelo con el trabajo ideopolítico) a superar la crónica dispersión organizativa que actualmente padece la masa laboral venezolana y propiciará un nuevo escenario donde esta clase (profesionales, técnicos, etc.) luche eficazmente por sus derechos con criterio clasista y anti-economicista para erradicar definitivamente de sus filas a los falsos asesores sindicales, los sindicatos patronales y al nefasto paralelismo sindical que tanto debilita las luchas revolucionarias del proletariado. Por ende, doblemente necesaria es la unidad de los y las trabajadoras para derrotar la explotación, abusos y demás violaciones del Derecho Laboral cometidos por los jefes y dueños de empresas, así como la complicidad de funcionarios corruptos al servicio del capital.

2) Eliminación de las restricciones indebidas al Derecho a huelga. Como lo han afirmado los principales juristas revolucionarios de América Latina, entre ellos nuestro inolvidable mentor Pedro Ortega Díaz, es inconstitucional todo dispositivo legal que imponga requisitos, procedimientos o condiciones que dificulten o menoscaben, directa o indirectamente, el ejercicio de este Derecho universal, pues en ningún caso puede convertirse la huelga en un instrumento inoperante de la lucha social.

Por tal motivo, lejos de fomentar la conflictividad laboral, la huelga es una institución legal que más bien apunta hacia un equilibrio material en las relaciones entre fuerza patronal y fuerza trabajadora (débil jurídico) para así garantizar mecanismos autónomos que le permitan a la clase trabajadora ejercer la huelga como instancia final de legítima reclamación de sus derechos.

En lo individual, es pertinente:

1) Inmediata restitución del antiguo sistema acumulativo de prestaciones sociales. Como es menester recordar, fue la receta neoliberal aplicada por el entonces presidente Rafael Caldera (1997) y su fiel compañero Teodoro Petkoff, lo que destruyó el núcleo fundamental del Derecho Laboral, como lo es el concepto de antigüedad en lo relacionado a la seguridad social. Es así que de un sistema donde los y las trabajadoras gozaban del pago de prestaciones sociales basado en el cálculo del último salario devengado, pasamos a un engañoso método de pago por cada año laborado; lo cual imposibilita el legítimo reconocimiento y compensación retroactiva por los años de servicio prestados.

En la actualidad, el presidente Hugo Chávez ha planteado esta restitución del sistema integral de las prestaciones sociales, vale decir, un acto de suprema justicia social frente a la vulneración severa que la burguesía venezolana (en alianza con un gobierno plutocrático y bajo las órdenes del Fondo Monetario Internacional) propinó contra los derechos del pueblo trabajador. Hoy día la restitución del régimen de prestaciones sociales a su condición original constituye la más sólida demostración de la política obrerista del Gobierno Bolivariano enmarcada en el principio de progresividad de los derechos en materia laboral.

 2) Codificación del Derecho del Trabajo en un sólo texto jurídico. Esto significa incluir en un solo instrumento legal las principales normas laborales para los trabajadores y las trabajadoras en lo que respecta al derecho al salario, la estabilidad laboral, las prestaciones sociales, la seguridad social universal (con reconocimiento al trabajo no dependiente y el trabajo en el hogar), entre otros conceptos. En efecto, dicha codificación única permitirá garantizar más eficazmente el principio de "iguales beneficios por igual trabajo", de modo que podrán resolverse las desigualdades aun no superadas en lo que atañe a múltiples sectores laborales (sector público y privado) que disfrutan de beneficios disímiles aunque desempeñen tareas laborales casi idénticas.

Ex consultor jurídico del Ministerio del Trabajo. Ex inspector nacional del trabajo.
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http://www.aporrea.org/trabajadores/a133434.html

05 noviembre, 2011

MUD, EL "PACTO ANTI-CAPRILES" Y EL INICIO DE LA GUERRA SUCIA


Por: Jesús Silva R.

El apoyo de Copei a Pablo Pérez ratifica la existencia de, al menos, dos consorcios de la actual política venezolana al servicio del capitalismo. Por un lado, liderando está Acción Democrática (AD) y le siguen Copei (organización cuantitativamente disminuida en comparación con su mejor época) y una serie de pequeños partidos con ideologías diversas, que va desde los neoliberales radicales hasta los renegados de la izquierda arrepentida.

AD y sus amigos representan la ambición de supervivencia del célebre Pacto de Punto Fijo, dicho de otro modo, el retorno de muchos dirigentes y colaboradores de los gobiernos que empobrecieron al pueblo, afectaron el patrimonio público y entregaron el petróleo de la república a los intereses del imperialismo yanqui.

Del otro lado está un grupo de personajes recientes en las lides electorales, una generación de jóvenes emprendedores del oficio político que tienen en el partido Primero Justicia su referencia más notoria y desarrollada. Estos muchachos, mayoritariamente hijos de familias ricas desencantadas del viejo liderazgo puntofijista (AD-Copei) que permitió la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia, son la esperanza de amplios sectores de la burguesía venezolana que aspiran reimplantar un gobierno empresarial donde el capitalismo y sus leyes de la máxima ganancia arrasen con las conquistas sociales (educación, salud, alimentación, seguridad social, etc.) de la Revolución Bolivariana.

Adicionalmente, adecos y "justicieros" se disputan la popularidad dentro de la clase media incauta, aquella que sueña con caminos mágicos para escapar de la vida asalariada y entrar en la élite de los empresarios (capitalismo popular y autobus del progreso); pero que por el mismo efecto embrutecedor de la propaganda burguesa, es una clase que ignora que los hijos de sus patronos explotadores son los que hoy les ofrecen construir un nuevo país con "igualdad de oportunidades".

Haciendo un poco de historia, es pertinente precisar que posteriormente a que Rafael Caldera (ficha alternativa de la burguesía venezolana) cumpliera su mandato presidencial, ya muchos factores indicaban el carácter inminente de la victoria presidencial de Hugo Chávez y con ello el fin de la sociedad de compadres (desgastado Pacto de Punto Fijo) que por cuarenta años administró nuestro país. Es así que desde que se aproximaba aquel primer triunfo revolucionario de Chávez y, por consiguiente, el auténtico quiebre del nefasto régimen puntofijista (1998), ha sido el partido Acción Democrática quien ha dicho siempre la última palabra a la hora de escoger el candidato que compita contra el comandante bolivariano.

Henrique Salas Römer fue el primer escogido, su designación como candidato se hizo sobre el cadaver político del ex hombre fuerte de AD y ex caudillo Alfaro Ucero; en su cruel entierro partidista participaron sus discípulos Antonio Ledezma y Henry Ramós Allup (el hoy todopoderoso secretario general de AD). Más tarde un exótico suceso de la historia política, llevó a los adecos a postular a un viejo compañero militar de Chávez como su rival a la presidencia. Por último, un "desangelado" Manuel Rosales, sería la última carta adeca en el derrotado empeño por reconquistar el Palacio de Miraflores.

Hoy AD, con el cuchillo entre los dientes, defiende su sitial de honor en el escenario del antichavismo, pero se encuentra en disputa contra un nuevo liderazgo político de origen social más elitesco y mayor abolengo (Primero Justicia). Ambos bandos se desprecian mutuamente, ambos bandos son consorcios en el negocio de hacer política al servicio del poder y del dinero. Ambos consorcios lucharán hasta el límite por imponer su candidato en las mencionadas elecciones primarias de la Mesa de la Unidad Democrática, y esto constituye un acontecimiento nuevo en el ámbito politológico.

Es seguro que en ese corto camino electoral interno se morderán con rabia unos con otros y será difícil ocultarlo ante el país y sus propios seguidores del electorado opositor. Pablo Pérez (gobernador del Zulia) será la barajita de los adecos y sus secuaces copeyanos, así como del Partido "Un nuevo tiempo" (una especie de AD-Capítulo Zulia), a este gobernador le acompaña la veteranía de Henry Ramos Allup, un consumado erudito de los pactos, alianzas y cogollos al estilo de desocialdemócratas como Rómulo Betancourt y Carlos Andrés Peréz, aunque con inferior carisma.

En tal contexto, Ramos Allup ya pegó primero, promoviendo un acuerdo para que haya elecciones primarias para la Gobernación del estado Miranda pero no en la del estado Zulia. Con ello se le cuida el puesto a Pablo Pérez, quien inicia la competencia interna sin nada que perder, mientras que al mismo tiempo se desestabiliza y causa angustia en el gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski (HCR), lo cual no es un evento casual, pues ha sido denunciado por los propios justicieros, además conviene tener en cuenta su situación actual como ficha fundamental de Primero Justicia para la candidatura presidencial y por consiguiente principal rival de AD dentro del antichavismo.

Sin duda las temerarias maniobras de Allup podrían malograr la hasta hoy alta popularidad de HCR en el campo electoral del oposicionismo, pues ya en los pactos de pasillo le arrancaron el apoyo de Copei (el partido que vio nacer a Capriles).

Aunque los copeyanos al principio hacían amagues de irse con Leopoldo López, quizás por el remordimiento de despreciar a su hijo político HCR, al final se cuadraron abiertamente con AD y su recién llegado, Pablo Pérez. Habrá que revisar si esta jugada no termina reforzando a HCR con la interesante imagen del opositor "anti-puntofijista".

Nuestra tesis politológica advierte, por ahora, tres situaciones: 1) la candidatura de Leopoldo López es absolutamente destinada a restarle votos a HCR y el ex Alcalde de Chacao está dispuesto a hacer lo que adecos, brujos y curanderos le recomienden hacer para amargarle la vida y la carrera política a sus ex amigos de Primero Justicia, quienes le arrebataron el regalo de mamá (su partido).

2) Continuará la vieja usanza adeca y Ramos Allup morirá con las botas puestas, es decir, apostará por una campaña basada principalmente en alianzas con directivas partidistas, creyendo que con ello arrastrará los votos de toda (o casi toda) la militancia inscrita en esas organizaciones, así como sus afiliados, adherentes, simpatizantes y amigos; tal como ocurría en la Venezuela puntofijista. ¿Será que nada ha cambiado en la política criolla?

3) Capriles y sus "partners" (socios yuppies) apostarán por un esquema de la nueva política que se manifiesta en esa otra Venezuela antichavista en el siglo XXI, esto es, la posibilidad de que su figura individual (HCR) sea capaz de extraer votos de AD, UNT, Copei, Proyecto Venezuela y todos los demás partidos que se han adherido a la candidatura de Pablo Pérez. (HCR intentará quebrar el mito puntofijista de la disciplina partidista, ganar más votos con menos partidos).

HCR También deberá, y seguramente lo hará, esforzarse en nutrir su candidatura con el apoyo de las nuevas organizaciones gubernamentales que han irrumpido significativamente en el contexto sociopolítico venezolano (y que también dan votos) como asociaciones civiles, grupos estudiantiles, colegios gremiales, frentes sociales y colectivos de nuevo tipo.

Para convocar a estos grupos sociales, HCR apelará a su argumento propagandístico principal, algo que puede operar en detrimento mediático de Pablo Pérez: "Soy de la nueva Venezuela, no soy del puntofijismo".

En conclusión, si a los adecos no le dan los números (encuestas) convertirán este Pacto Anti-Capriles en una peligrosa guerra sucia, porque para ellos todo vale. Al "desangelado" Pablo Pérez lo enaltecerán como ejemplar padre de familia y harán contraste con Henrique Capriles Radonski, quien cercano a sus 40 años, permanece en situación de soltero y sin hijos. A la repulsiva especulación contra la vida privada nos oponemos, tampoco compartimos el criterio hipócrita del conservadurismo burgués (respecto a que todo político de alto nivel debe ser esposo y padre, pues ello no necesariamente simboliza mayor credibilidad o solvencia ciudadana) pero es una infeliz matriz de opinión que desde ya viene sonando desde los propios sectores de la oposición.

Futuros estudios nos conducirán a valorar cual sería el papel del candidato oposicionista en confrontación con Hugo Chávez (2012). 

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04 noviembre, 2011

GUERRA A MUERTE ENTRE ACCIÓN DEMOCRÁTICA Y PRIMERO JUSTICIA


Por: Jesús Silva R.

Sin duda que el "antichavista" que con mayor éxito se encargó de hacerle saber a todos los venezolanos que la oposición estaba (y sigue estando) divida fue Henry Ramos Allup.

Fue su verborrea estridente y destemplada, legítimamente heredada de su mentor Rómulo Betancourt, la que bautizó como "lechuguinos, petrimetres, ultramontanos y burguesía rancia" a los muchachos del partido Primero Justicia. Desde entonces dejó de ser secreto que una nueva generación de dirigentes derechistas se había establecido en el escenario del oposicionismo criollo para disputarle el liderazgo al otrora partido hegemónico de Venezuela, Acción Democrática.

Tampoco es secreto que la confrontación entre adecos y los yuppies justicieros no está basada en diferencias ideológicas fundamentales, pues ambas organizaciones son expresión de grupos económicos (nacionales y extranjeros) que persiguen reimplantar un gobierno empresarial en Venezuela. En efecto es una confrontación entre dos burguesías lo que acontece al interior de la mesa de la unidad democrática, un primer destacamento de carácter tradicional (AD) que se resiste a desaparecer y más bien busca imponerse como cabeza del antichavismo de hoy a través de alianzas con otras cúpulas partidistas, y un segundo destacamento de nuevos rostros (Primero Justicia) aunque con ideología conservadora (vieja) que intenta conquistar posiciones de máximo poder político.

De modo que, sin ánimo de parafrasear al ex revolucionario y ahora Premio Nobel de literatura, Marío Vargas Llosa, que una vez dijo que elegir entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori para la presidencia de Perú era como elegir entre el SIDA y el cáncer; lo cierto es que tanto el precandidato presidencial de AD (Pablo Pérez) como el de Primero Justicia (Henrique Capriles Radonski) tienen un nefasto programa para nuestro país, caracterizado por neoliberalismo, privatizaciones, eliminación de la inversión social, la vuelta al pasado, etc.
Hoy una maniobra en la MUD parece delatar el agravamiento de este viejo pleito interno de la oposición, esto es lo anunciado por el propio Ramos Allup sobre que no habrá primarias en el estado Zulia pero si las habrá en Miranda en lo que respecta a la opción de candidato a gobernador. Claramente ello atenta contra Capriles, quien encabeza las encuestas oposicionistas presidenciales, pero que se debilita por esta maniobra que lo expone al grave peligro de quedarse sin ninguno de los dos cargos, el que ocupa (gobernador) y aquel para el cual aspira (Presidente de la República).

Pérez, el reformista socialdemócrata, y Capriles, el democristiano, están haciendo maromas diversas por conquistar el mayor apoyo posible en los pequeños partidos oposicionistas (así como otras agrupaciones civiles), y no deja de llamar la atención que organizaciones como Proyecto Venezuela y Copei no le hayan manifestado su total respaldo a Capriles, hijo de la corriente democristiana, lo cual hace pensar que el defenestrado Leopoldo López sea un candidato artificial al servicio de restarle votos a su ex compañero en PJ y hoy gobernador de Miranda (Capriles).

Para angustia de sus seguidores, una guerra de declaraciones públicas se ha desatado, ambos (AD y PJ) se atacan y acusan mutuamente con ferocidad en cuanto a la autoría de maniobras, falsedades, ventajismos y pobreza en el discurso; haciendo aun más obvio para la opinión pública que la confrontación (división) entre ambos bandos es profunda y por lo tanto solo resta que los electores oposicionistas definan con sus votos quien será el personaje (debilitado por la rencilla interna) que compita contra Hugo Chávez en el año próximo.

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