Jesús Silva R.
Todos se preguntan si la investigación del Fiscal General Tareck Williams Saab llegará a una imputación penal contra el embajador venezolano en ONU, Rafael Ramírez, ya que varios jerarcas de PDVSA y CITGO han sido encarcelados recientemente.
De 2004 a 2014 Ramírez fue el hombre fuerte del petróleo nacional, los avances y retrocesos en el área energética durante esa etapa son atribuibles administrativamente a su persona como cabeza de la industria. Como he dicho antes, los útimos 4 años yo fui asesor político de la Presidencia de PDVSA y por ello hablo con propiedad.
Ver video sobre mis reflexiones: Petróleo y Geopolítica https://youtu.be/tDDIZGnilck
Las declaraciones, revelaciones y reclamos ventilados ante los medios por Ramírez en cuanto a las circunstancias de la muerte de Hugo Chávez y la calidad moral del gobierno de Maduro pueden ser tan peligrosos para la Revolución Bolivariana como sus errores administrativos en PDVSA. El tiempo dirá...
¿Es tolerable que los directivos de CITGO tuvieran doble nacionalidad y permanecieran en sus funciones a pesar de este factor que ponía en tela de juicio su lealtad a Venezuela?
La falta de inversión en la capacidad operativa de PDVSA puede ser estimada como su omisión inexcusable que a la luz de la ley contra la corrupción genera un daño patrimonial al Estado, perseguible legalmente. Algo así confiesa Eulogio Delpino, ex presidente de PDVSA, en su último video antes de ir preso, nos dedicamos a repartir beneficios sociales y por eso descuidamos el mantenimiento operativo.
Lo cierto es que la debacle de la operatividad de PDVSA es notoria, el país con más reservas petroleras del planeta es hoy materialmente incapaz de extraer del subsuelo este recurso y refinarlo en las cantidades requeridas para restituir la economía del país. Si no podemos convertir oro negro en comida y medicinas, estamos muy mal.
Por dolo o por culpa, la falta de inversión y previsión en recursos materiales y humanos, han provocado un retroceso enorme de Venezuela en el negocio petrolero mundial al producir diariamente menos de dos millones de barriles de crudo, lo cual es una sombra de la alta productividad pasada.
La alta gerencia de PDVSA se escudó en una política únicamente enfocada a defender altos precios en el mundo porque con un barril a $150 se tapaba el desastre interno, la negligencia, y la presunta corrupción que la investigación penal actual establecerá detalladamente.
En resumen, los casos específicos de corrupción se conocerán mediante fuentes oficiales, pero lo que si nos consta es el "criterio errático" en la conducción de PDVSA (industria todera) por más de diez años que atrofió el aparato petrolero venezolano y hoy sólo queda negociar con chinos, rusos y otros amigos para que inviertan los grandes capitales y tecnologías necesarios para la resurrección de PDVSA en tiempos de severa recesión económica y bloqueo financiero que padece Venezuela. La reconstrucción tomará tiempo.