Jesús
Silva R.
Durante el
conversatorio denominado Juventud Constructora de Paz, realizado en la ciudad
de Maracay, estado Aragua en fecha 23 de marzo 2013, el Presidente de la
Asamblea Nacional Diosdado Cabello hizo una acertada reflexión referida al tema
de la proyectada Ley Desarme, lo cual hace propicio desarrollar desde nuestra
óptica científica ciertos aspectos importantes del mencionado tema.
Efectivamente
el socialismo descarta que una Ley Desarme permita venta no regulada de armas o
municiones como parte de un libre mercado, pues ello estimularía un escenario
de guerra como ocurre en EEUU donde la infame segunda enmienda constitucional
da derecho a que cada estadounidense porte un arma de fuego.
Horrendas
masacres estudiantiles han sido consecuencia de esa errada doctrina gringa, por
ello en la Venezuela Bolivariana los Derechos Humanos deben estar siempre por
encima del poder capitalista del mercado, de allí que la legislación tiene que
garantizar el monopolio del Estado sobre las armas y demás productos conexos.
El Gobierno
Nacional ha desplegado una gestión amplia para erradicar la violencia heredada
de la Cuarta República cuya exclusión social provocó una elevada delictividad.
Nuestra revolución debe rechazar radicalmente la criminología fascista como la
de Gunther Jakobs y su Teoría del Enemigo, vale decir, represión inviable en
Venezuela.
El bien
jurídico principal en el desarme es la vida y seguridad de los ciudadanos ante
las amenazas de los criminales que agobian a todos los países del mundo pues se
abastecen legal e ilegalmente de municiones, proyectiles y armas con fines de
agredir a la sociedad e imponer el caos.
Luce
conveniente subrayar que la lucha por la seguridad ciudadana no es sólo materia
legislativa, sino que depende de políticas públicas para promover educación,
salud, trabajo y ocupación constructiva para la juventud que actualmente
fallece a causa de la terrible proliferación de armas de fuego.
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