Por: Jesús Silva R.
En la Venezuela de antes, era tradición diabólica que si ganaba
AD, eliminaban de los cargos públicos a los inscritos en Copei, y cuando los
copeyanos llegaban al gobierno, de inmediato raspaban a los adecos. Justamente
porque esos partidos siempre han sido fichas de la misma clase
capitalista y el imperialismo, la estabilidad laboral del pueblo es atropellada
por el clientelismo.
Ya que la burguesía y sus partidos de ayer y hoy, trafican con la
comida de la gente (puestos de trabajo) para comprar votos y obediencias, es
común que tanto empleados públicos como trabajadores y obreros sean víctimas de
la opresión sistemática de la élite gubernamental, pues la norma cuarto
republicana era que para tener empleo había que portar el carnet del partido y
obviamente opositores e independientes eran desechados.
Para sobrevivir en la burocracia, el funcionario debía mostrar un
currículo político que diera fe de su labor al servicio del partido gobernante,
y de allí que miles de venezolanos tuvieron que acercarse forzosamente a AD y
Copei para conservar su empleo, devengar un salario y alimentar a sus familias.
No obstante en sus conciencias creció la indignación por el chantaje y su apoyo
a Chávez fue muestra del rechazo al viejo y decadente régimen.
Comunistas y socialistas fuimos totalmente marginados del mundo
del trabajo, menos los que renegaron de sus ideas a cambio de limosnas. Es por
estos antecedentes que causa risa cuando el actual candidato de la burguesía
promete que respetará a los empleados públicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario