Jesús Silva R.
Me gusta la foto de Diosdado Cabello y Delcy Rodríguez con el gringo Thomas Shannon porque simboliza el ejercicio de una política de diálogo que es totalmente correcta en función del interés nacional de Venezuela que procura la coexistencia pacífica entre los Estados.
Ocurre que hace pocas semanas cuando hice un recorrido por EEUU y participé en sus canales de tv para defender la Revolución Bolivariana desde un enfoque equilibrado, dialogante y constructivo, aparecieron en redes sociales decenas de jalamecates disfrazados de revolucionarios acusándome de "chavista light" por desarrollar una gira mediática en "el imperio".
No obstante se demuestra que esos criticones no son más que infames jalamecates porque ahora se callan la boca cuando aparece la fotografía de los altos dirigentes socialistas venezolanos ya mencionados en un encuentro cordial con el alto funcionario estadounidense Thomas Shannon.
Este episodio reivindica nuestro punto de vista y recomendación respecto a avanzar por el camino del diálogo en vez del choque entre Venezuela y EEUU, sin que ello signifique abandonar los principios del socialismo que nos dejó Hugo Chávez y los preceptos de la Constitución Bolivariana.
Igual que los avestruces hunden la cabeza, así lo hacen hoy los jalamecates debido a su formación oportunista, no tienen coraje para criticar hoy abiertamente lo que apenas ayer calificaban como motivo para execrar del movimiento revolucionario a chavistas que opinamos con madurez, conciencia y compromiso con el pueblo.
En efecto, si un chavista sin poder político plantea dialogar con EEUU, los jalamecates gritan desesperados: "ese es un chavista light, exécrenlo ya". Pero si ese diálogo es ejercido por los máximos de la Revolución Bolivariana, los jalamecates cambian instantáneamente el discurso y empiezan a aplaudir. Definitivamente hay que ponerle la lupa a esos jalamecates infiltrados.
En conclusión tienen doble moral, pues son chulos asalariados en nóminas oficiales y sufren una ausencia total de formación revolucionaria y ética que explica el origen de sus declaraciones oportunistas. No les caería mal un curso de inglés a aquellos que juegan a hacer tv en la lengua del imperio.
Nosotros, revolucionarios de a pie que toda la vida hemos militado en el socialismo y el marxismo, sin aspiraciones burocráticas, pero si empeñados en alimentar al proceso bolivariano con opiniones serias y útiles, no tendremos jamás reacciones acomodaticias como aquellas de los jalamecates.
Por eso, proponemos una política revolucionaria que puede ser ejecutada por chavistas de arriba y de abajo, por los dirigentes y por los activistas de las bases. Sencillamente porque precisamente la política revolucionaria es una construcción colectiva, amplia, democrática, participativa, protagónica y en tal sentido nos incluye a todos los chavistas.
Evidentemente los jalamecates del vivir parasitario optarán por descontextualizar los criterios de los socialistas honestos que hablamos con sinceridad y por la calle del medio. Ellos quieren un chavismo de élite, pues mediante el jalamecatismo pretenden inducir a los dirigentes a que se comporten como una aristocracia que monopolice el ejercicio de la política y excluya a las bases.
Si algo podemos recomendar a la respetable dirigencia revolucionaria es diferenciar siempre que una cosa son los militantes disciplinados y otra cosa son los jalamecates infiltrados que tergiversan opiniones para sacar del universo chavista a camaradas leales.
A continuación está el video de mi participación en la televisora América TeVe con sede en Miami donde fui entrevistado por el cubano anticastrista Juan Manuel Cao en EEUU hace pocas semanas.
"Gracias" Obama al permitirme como socialista venezolano entrar a tu territorio y criticar a tu gobierno en tv pública y privada sin mandarme a Guantánamo. Por ahora.
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