Jesús Silva R.
VTV Canal 8 es el canal que más afecto nos merece en nuestro corazón socialista, con virtudes y defectos es el canal emblemático de Hugo Chávez, del pueblo y de la Revolución Bolivariana, desde cualquier parte lo defenderemos, incluyendo el infierno o pantallas del imperio y de la ultraderecha si fuere necesario.
Ver debate Gustavo Tarre Briceño vs Jesús Silva sobre VTV Canal 8 (Video Globovision)
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Cada vez que se produce un cambio en el aparato comunicacional del Estado venezolano, los revolucionarios sentimos nuevas expectativas hacia el fortalecimiento del sistema de prensa, radio, tv y web estatal. No se trata de aplaudir o abuchear a quien llega ni a quien se va, tampoco de un "quítate tú pa' ponerme yo", sino del objetivo colectivo de que los revolucionarios tengamos la mejor herramienta mediática posible en Venezuela para informar al pueblo y defender las conquistas de la Venezuela Bolivariana.
Asume el cargo, Desiree Santos Amaral Amaral, ex diputada y periodista, un cuadro experimentado en el periodismo y en la política nacional, esa combinación es muy importante pues vivimos una época de propaganda de guerra contrarrevolucionaria donde no sólo hace falta sólo el buen gerente, el tecnócrata, el académico, el yuppie que acumuló experiencia en grandes agencias informativas privadas, sino también los comunicadores revolucionarios curtidos en la política de calle.
Estos últimos llenan de contenido la política comunicacional y dan un notable uso ideológico anticapitalista a las herramientas tecnológicas valiosas que poseen VTV y demás canales del Estado.
Es la hora de repotenciar la política comunicacional, es decir, la esencia de un mensaje impactante, claro, digerible, pero completamente revolucionario y popular.
Comunicar es desarrollar la pedagogía o la ciencia de enseñar.
No basta tener la verdad, hay que saber expresarla y comprender que se compite no sólo contra los medios privados venezolanos sino contra la industria mediática cultural surrealista más poderosa en la historia de la humanidad ubicada en EEUU, donde realmente se diseña la cosmovisión opositora antichavista.
Pero también hay que aplicar una asertiva política de medios, es decir, el uso diferenciado y selectivo de los canales para diversos públicos y situaciones.
No todos los canales deben consagrarse a la propaganda ideológica, porque así se espanta a miles de televidentes; urge tener en cuenta que muchas veces entreteniendo se ganan corazones y conciencias de indecisos así como de opositores al chavismo.
No planteamos copiar el tremendismo, lumpenización ni el sexismo de lo que fue RCTV en su decadencia pero sí proponemos una tv competitiva en las circunstancias culturales actuales, que sea atractiva y aspire captar a la audiencia progresivamente hasta conducirla al modelo televisivo ideal.
Que sepa educar, informar y entretener.
Debemos adaptarnos a los nuevos tiempos sin prejuicios de ninguna especie, tampoco es suficiente habernos formado por décadas en la izquierda marxista doctrinal. Hoy día, ratificando esos principios originales, debemos saber derrotar al enemigo ideológico en su campo de batalla, al igual que sus tácticas y armas; es obligatorio fomentar la cultura política general de directivos, productores, anclas, reporteros, empleados, obreros, etc.
Por esta escuela hemos pasado varios.
Necesario es curtirse sobre lo que pasa en Venezuela y el mundo, aprender técnicas de redacción informativa, cámara, edición de video, locución, otros idiomas, preparación de bombas mediáticas revolucionarias cuando sea necesario, contra ofensiva comunicacional y por supuesto predicar y practicar infatigablemente el socialismo en un formato ajustado al mundo en tiempos de la tv e internet donde pocos leen una hoja completa y casi todos leen los titulares nada más.
Abrirse al debate diverso es vital.
Traer a gente no chavista y discutir con ellos las ideas en un plano de altura es preponderante. Que el pueblo vea y decida. Que triunfe la inteligencia.
Estos elementos serán vitales para conquistar audiencias más amplias. Nuestro empeño no es hablarle solamente a los convencidos de la Revolución sino también a los millones que nos faltan por convencer.
Desde nuestra humilde trinchera estudiamos diariamente formas de penetrar en esa población donde hasta hoy muros ideológicos bloquean el paso al chavismo. Trabajemos unidos y sin mezquindad por la victoria popular comunicacional.
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