Jesús Silva R.
La situación
política del estado Miranda pudiera ser más complicada que en cualquier otra
región de Venezuela pues allí tanto las fuerzas del chavismo como las del oposicionismo
han experimentado avances y retrocesos. Por estrecho margen de votos, el actual
gobernador de esa entidad, obtuvo la reelección; sin embargo parece
desarrollarse un movimiento cada vez más organizado y crítico contra su gestión
gubernamental, sobre todo de parte del Consejo Legislativo Regional, instancia
donde el PSUV obtuvo la mayoría de diputados.
Henrique
Capriles Radonski, derrotado en la pasada elección presidencial sobrevenida,
pareciera estar todavía recogiendo los vidrios rotos de un resultado que
significó un fracaso electoral en circunstancias que probablemente nunca se
repetirán en Venezuela. La muerte de un presidente en funciones produjo una
conmoción en el liderazgo del estamento oficialista y todo indicaba que el
oposicionismo podía alcanzar la Presidencia de Venezuela en este escenario de
"fragilidad política". No ocurrió, por margen electoral también
estrecho, el ungido por Hugo Chávez cumplió la tarea de retener el poder con la
promesa de continuar el proyecto socialista.
Ahora bien,
al joven ex candidato presidencial, muchos le auguran una tercera oportunidad
con destino a Miraflores. Otros más realistas no ven tal posibilidad, sino
remotamente en el año 2019. Mientras llega ese momento el camino es
políticamente muy largo y de allí el enorme riesgo de que el inexperimentado
mandatario dilapide el capital obtenido con esos 7 millones de votos del 14 de
abril de 2013.
Probablemente
ya está cumpliendo esa tarea autodestructiva, toda vez que los legisladores
revolucionarios del parlamento regional han ejercido una acción judicial por
graves errores cometidos en su administración, entre tales, la irregular
convocatoria, instalación y primera sesión del denominado Consejo Estadal de
Planificación y Políticas Públicas (Ceplacopp).
El tema puede
ser simplificado de la siguiente manera: el Ceplacopp es una instancia para la
aprobación de recursos económicos que deben ser invertidos en la
correspondiente entidad regional (en este caso, Miranda). Dicha instancia debe
funcionar con la participación de múltiples representantes como el Gobernador,
Alcaldes, Concejales, legisladores regionales, comisionados del poder popular,
pueblo organizado, etc.
Sin embargo,
este organismo de importancia estratégica tuvo una sesión con aproximadamente
17 integrantes de los más de 100 miembros que jamás fueron válidamente
convocados mediante notificación personal y cartel de prensa en prensa regional
como lo exige la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. Es decir, se
trata de un procedimiento viciado de nulidad absoluta donde el Gobernador
esquivó reunirse con una mayoría que le es adversa y que seguramente habría
bloqueado muchos de los proyectos populistas de su personal agenda
propagandística.
El tema es
que los líderes democráticos deben gobernar dentro de la ley, respetando la
democracia cuando son minoría. Es deber de quienes encabezan el Poder
Ejecutivo, rendir cuentas al Poder Legislativo; situación que no acontece en
Miranda porque el Gobernador evade constantemente al Consejo Legislativo y no
comparece ante éste, a los fines de que se cumplan los procedimientos de
control de la gestión administrativa. Si a nivel estadal, no se acata la
división de los poderes y se gobierna autocráticamente, ello constituye una muy
mala credencial para quien ha aspirado ser alguna vez Presidente de Venezuela.
En paralelo,
sigue pendiente una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia por el presunto
abandono del cargo en que habría incurrido el gobernador por sus permanentes
viajes internacionales y prolongada ausencia en el territorio donde le
corresponde ejercer sus funciones. Si se dicta judicialmente la falta absoluta,
de acuerdo a lo previsto en el artículo 233 de la Constitución Nacional en
concordancia con el artículo 67 de la Constitución de Miranda, le tocaría a la
Presidenta del Consejo Legislativo, Aurora Morales, asumir las riendas del
ejecutivo regional.
Ahora bien,
el tema de las alcaldías de Miranda, es otro asunto de suprema importancia. El
oficialismo tiene la enorme posibilidad de conservar la mayoría de los
municipios que hasta hoy ostenta, siempre y cuando trabaje unificado
internamente. Seguramente la posibilidad de un avance opositor se encuentre en
el municipio Guaicaipuro, vale decir, la ciudad de Los Teques (donde por ahora
el chavismo no tiene candidato) allí la MUD obtuvo más votos el 14 de abril, no
obstante pudiera no ser el mismo el escenario para diciembre de este año.
En cualquier
caso, Los Teques es la joya de la corona en términos electorales, como sucede
con las capitales de los estados, siempre las más apetecibles para los líderes
por ser las más pobladas, las económicamente más activas y el trampolín
político para aspirar a cargos más elevados que el de alcalde. Para la llamada
burguesía amarilla, arrasar en Miranda sería un verdadero cuento de hadas,
frente a adecos y copéanos que a nivel nacional quisieran retomar el liderazgo
partidista dentro de la MUD y en el mapa nacional.
En resumen,
Capriles pudiera perder el chivo y el mecate. Su problema no es el autobusero
Nicolás, sino su inexcusable descuido en Miranda así como la falta de un canal
de televisión completamente a su servicio, pues como se sabe Globovisión ya ha
tomado otro rumbo. Lo concreto, es que actualmente se observa un gobierno de
ficción en ese estado y tal escenario crece como matriz de opinión pública en
el pueblo. Entretanto CorpoMiranda aparece como una institución necesaria para
socorrer a los ciudadanos en un escenario de creciente desgobierno y la crisis
creada por un mandatario dedicado permanentemente a visitar otras naciones.
Ver publicación en: