16 julio, 2013

Intoxicado de odio, Capriles habla de un Comandante Galáctico

 Jesús Silva R.

Cuando en una telenovela, los malos quieren destruir la vida de los buenos, provocan un terrible accidente para que la gente de bien pierda la memoria y no recuerde quiénes son sus amigos ni enemigos. Esto permite un magnífico escenario para cometer maldades sin que nadie pueda descubrir a los perversos o mucho menos detenerlos.

Ofrezco disculpas por tomar un ejemplo tan superficial, pero de todas maneras sirve para dar ejemplo de lo que intenta hacer Henrique Capriles Radonski contra el pueblo de Venezuela. Además que por tratarse de este sionista fascista disfrazado de centro izquierda, el ejemplo telenovelero no está mal, pues él mismo ha manifestado que parte de su pensamiento se inspira en "Cosita Rica", intrascendente obra de la tv desechable.

El punto es que Capriles ha sido aconsejado por los laboratorios de propaganda que lo asesoran, para destruir la memoria histórica de Chávez. Persigue nuevamente desmoralizar al pueblo chavista, desacreditando la extraordinaria experiencia que hemos vivido desde 1992 hasta el presente, acompañando la sorprendente actuación de un hombre que cambió la historia de Venezuela y América Latina para siempre. Evidentemente, esta sádica estrategia tiene fines políticos y electorales.

El insensato gobernador de Miranda (región que tiene abandonada por sus permanentes viajes) intenta ridiculizar al Presidente Hugo Chávez, llamándolo "El Comandante Galáctico", lo cual no se trata de una simple burla sino de una campaña dirigida a destruir la máxima fuente de fortaleza espiritual, emocional, ideológica e intelectual de la Venezuela revolucionaria, como lo es la figura de Chávez, cuyo legado histórico sigue orientando el pensamiento y acción de la mayoría popular.

Si caemos en el chantaje de que Chávez es el pasado y que no se debe hablar de él, entonces la cultura, las ideas y las victorias populares acumuladas en veinte años de lucha social, se desvanecerán de nuestras conciencias. En tal caso, será la clase privilegiada la que ideológicamente avanzará en su proyecto de reconquista del poder para destruir la Patria independiente y soberana que con tanto sacrificio Chávez y el pueblo han construido.

La memoria tiene valor moral, social y político. Chávez vive a través de sus obras, entre ellas la principal es un pueblo consciente, batallador, dispuesto a defender lo alcanzado (PDVSA socialista, las misiones, las leyes revolucionarias, la protección a los sectores vulnerables, etc.) siempre con organización, disciplina, unidad, dignidad y solidaridad.

Sin caer en la provocación de los insultos fascistoides, debemos seguir garantizando la paz y el desarrollo de Venezuela. El próximo 8-D será un escenario electoral propicio para propinarle una nueva y aplastante derrota al insolente jefe de los prepotentes lechuguinos, a la burguesía amarilla que lo acompaña, así como a sus mafiosos patrocinantes en Washington.

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