Jesús Silva R.
Como estén las relaciones diplomáticas de Venezuela con España así estarán las relaciones diplomáticas de Venezuela con Europa. Necesitamos las mejores relaciones posibles con la Unión Europea para contrarrestar el bloqueo de EEUU contra Venezuela. Esto hay que entenderlo como estrategia geopolítica fundamental.
Hablando ahora de puntos secundarios, es evidente que Leopoldo López no cavó un túnel como el Chapo Guzmán para escapar de la cárcel. No se puede llamar fuga a la salida de Leopoldo de la embajada de España. Es demasiado sensacional creer que lo sacaron en la maleta de un carro y lo soltaron en la trocha fronteriza de Venezuela y Colombia. Mientras muchos opinadores afirman que este evento obedece a un pacto político entre los yanquis, los españoles, López y el gobierno de Maduro (no poseo pruebas de ello); yo prefiero enfocarme en las consecuencias políticas.
Al irse López, se va el candidato presidencial sentimental de EEUU para Venezuela y la oposición radical abstencionista y confrontacionista pierde a su principal símbolo. Esto puede alentar a la oposición moderada (la mesita) a participar con más vigor en las elecciones parlamentarias pues el ícono del radicalismo opositor ha dejado de pelear en territorio criollo. En el exilio, es un opositor más, de tantos que hablan en redes sociales sin efecto importante dentro de la política interna venezolana.
Ahora bien, mi tocayo, el embajador de España ayudó a Leopoldo teniéndolo como huésped en su sede diplomática, y eso no es delito, ni en Europa, ni en Venezuela ni en el Derecho Internacional. A López no se le dió estatus de asilado, ni refugiado ni perseguido político, pero el hecho material y práctico es que fue protegido físicamente por Jesús Silva, y se fue de la embajada justo cuando Silva está por irse también.
Conocí al embajador, recién llegado a Caracas y me pareció un interesante político de derecha típicamente europea, que tuvo la cordialidad de aceptar una entrevista conmigo para la televisión nacional pública, única vez que un diplomático del mundo occidental (EEUU y UE) aparece en canales del gobierno bolivariano. Sevillano de nacimiento, pero con acento madrileño y de profesión abogado, Silva me comentó fuera de cámara su culto hacia los valores democráticos.
Desde mi cosmovisión socialista moderna, comparto con mi tocayo, la preocupación por la división de poderes, la necesidad de que todo país tenga un poder legislativo funcionando con normalidad, que ejecutivo y judicial no interfieran en la elaboración de leyes que caracteriza un parlamento, entre otros preceptos de la democracia liberal occidental.
En el caso específico de Venezuela, la patria no puede aislarse más internacionalmente porque el daño económico es funesto, entonces la promoción de los elementos democráticos arriba señalados, decidirán si se revierte el bloqueo internacional contra nosotros o simplemente empeora.
No se trata de complacer a EEUU en sus pretensiones sobre Venezuela, sino de recuperar la institucionalidad venezolana para presentar nuestra mejor cara ante los países del mundo y que con ello los aliados de EEUU accedan a un mejor tratamiento hacia la República Bolivariana.
Si vemos a Irán, Cuba, Corea del Norte, entre otros Estados bloqueados, notaremos que hay discrepancia entre Unión Europea y EEUU en la relación con tales países; entonces desde Caracas hay que partir el bloque unido de países extranjeros que hoy son hostiles a Venezuela, y eso se logra fomentando más democracia interna, más intercambio económico, más discurso pacifista y por supuesto mucha negociación diplomática, siempre honrando la Constitución Bolivariana.
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