20 febrero, 2018

Presento mi candidatura a elección nacional


Jesús Silva R.

Soy un chavista con grandes posibilidades de ganar, aunque algunos piensen lo contrario. Mi victoria es segura si el cargo para el cual me postulo se decide a través de una elección transparente y con igualdad de condiciones.

Este año 2018 hay una elección presidencial cuyo resultado favorecerá al chavismo porque tiene la fuerza unificada de un Estado petrolero, cívico militar y millones de venezolanos lo respaldan; a diferencia de la oposición que se encuentra dividida por representantes sin credibilidad en la población y partidos que están atravesando su peor momento en veinte años de Revolución Bolivariana.

Sin embargo, aunque el mapa político está claro porque la victoria del PSUV luce inevitable, el futuro traerá dificultades porque las fuerzas opositoras derrotadas electoralmente volverán a su agenda golpista, por un lado, promoviendo el linchamiento internacional contra Venezuela, y por otro lado reactivando el terrorismo guarimbero en las calles, utilizando principalmente a miles de estudiantes universitarios adoctrinados por el odio.

Frente a estas graves amenazas del terrorismo opositor, decido dar un paso al frente y convertirme en candidato. Cada quien debe ayudar al país según su área y sus destrezas.

Tanto la derecha como izquierdistas confundidos me han difamado por años desde que soy figura pública, ahora dirán que mi candidatura demuestra que me metí en la revolución buscando un cargo. Sin embargo, están equivocados, es más lo que me quita esta aventura política que lo que pudiera darme, pues en mi vida como profesional por cuenta propia gozo de paz y libertad.

Venezuela me conoce como abogado socialista y mi candidatura no contradice mi papel, ya que más bien creo urgente que un chavista de a pie como yo presente su candidatura a un importante cargo que ha sido manchado por quien hoy lo ocupa de forma ilegítima y en proceso de quedarse allí hasta su muerte gracias a la ayuda de varios alcahuetes.

Dicho todo esto, presento mi candidatura a Rector de la Universidad Central de Venezuela, para desmantelar la fábrica de terroristas guarimberos en que convirtieron a ese recinto, adicionalmente cumplo con todos los requisitos para el cargo, como es poseer título de Doctorado (en mi caso, en Ciencias Jurídicas y Derecho Constitucional), años de docencia universitaria en UCV y otras casas de estudio, al igual que honorabilidad y probidad pues contra mí no existe ni siquiera una sola denuncia en contraloría, fiscalía o tribunales.

Mientras que, en el caso de mi rival, Cecilia Arocha y sus secuaces, abundan casos de corrupción, delitos y faltas como la que se evidencia en sentencia firme del Tribunal Supremo de Justicia dictada a mi favor contra UCV y ordenando mi reincorporación como profesor en mi cátedra de Derecho, pago de salarios caídos y publicación de un comunicado reconociendo mi conducta intachable. Ver sentencia firme número 505 de Sala Constitucional TSJ, fecha 28 de junio de 2017, expediente 15-1131. Ver TSJ Web: http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/junio/200516-505-28617-2017-15-1131.HTML

Video: Chavistas tomamos espacio en UCV https://youtu.be/wRgnLQLE_ao 

En este contexto, luego de que pase la elección presidencial donde Nicolás Maduro será felizmente reelegido por el pueblo, pido a la Asamblea Nacional Constituyente decretar elecciones en UCV y demás universidades públicas con un nuevo marco jurídico igualitario y libertario según el cual todo venezolano inscrito en CNE pueda elegir a los rectores universitarios. Si este marco se dicta, yo estaré allí como candidato a Rector UCV para salvar a la casa hoy vencida por la sombra del fascismo y el terrorismo guarimbero.

Dicho de otro modo, siendo las universidades instituciones de interés social, es hora ya de que sus autoridades sean escogidas por voto popular universal, con lo cual se disolverían mafias forajidas como AVERU (asociación de rectores universitarios) que el 16 de julio de 2017 se autoproclamó como “CNE paralelo” celebrando un plebiscito ilegal golpista, y para colmo ahora en 2018 manifiesta que no reconocerá la elección presidencial del 22 de abril. Ya basta. No debe el Estado venezolano seguir tolerando criminales disfrazados de profesores que manipulan la autonomía universitaria como fachada para delinquir.

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