Considerando, que los precios del petróleo a nivel mundial actualmente tienden a la baja por varias razones, entre ellas porque hay una disputa comercial entre Rusia y Arabia Saudita.
Considerando, que Estados Unidos con el fracking está entre los tres productores petroleros más poderosos del mundo (y no comprará este oro negro a Venezuela por su bloqueo antimadurista).
Considerando, que por motivos múltiples la generación de petróleo venezolano ha descendido considerablemente y con ello también ha caído el ingreso fiscal habida cuenta que dicho rubro representa por lo menos el 95% de la economía nacional.
Considerando, que por muchos factores, entre ellos los expresados ut supra, hay menos gasolina disponible para el parque automotor del país así como para ciudadanos de a pie que consumen este recurso con fines también de supervivencia como cocinar con leña (por fallas de luz y gas) o limpiar la casa.
Considerando, que desde varios meses antes de la pandemia del Coronavirus o Covid 19, se venía aplicando en el interior del país un pronunciado racionamiento de gasolina en las bombas surtidoras (al punto de que por ejemplo en Maracay, mi ciudad natal, usualmente me tocaba esperar desde 5 am hasta 1 pm en la estación para echar combustible, a riesgo de que este se acabara y quedarme con el tanque del carro vacío en la calle)
Considerando, que con la reciente llegada del Coronavirus, la pandemia, la cuarentena social y colectiva y el entusiasta eslogan "quédate en casa", sobrevino una etapa de mayor recorte de gasolina que ahora también se explaya en Caracas (mi amada ciudad adoptiva desde 2005).
Considerando, que el pueblo de a pie (entiéndase por éste los venezolanos que no vivimos de la propiedad de empresas ni de cargos públicos sino exclusivamente de nuestro trabajo diario, en mi caso abogado litigante y profesor de inglés) no podemos quedarnos en casa indefinidamente porque nos ganamos la vida con el trabajo diario.
Considerando, que el debilitamiento económico inducido del Estado venezolano le impide totalmente sostener el subsidio (casi regalo) de la gasolina y que inevitablemente deberá avanzar a un modelo de cobro de la misma a precio internacional (creo yo que de un dólar por cada dos litros).
Considerando, que ante la crisis de transporte derivada de la poca disponibilidad de gasolina, urge dotar al pueblo de a pie de medios alternativos de transporte con un sentido práctico, económico y funcional, sin importar ataques mediáticos o ideológicos que ello acarree, ni el aparente retroceso tecnológico a siglos pasados, porque lo importante es restituirle al pueblo su transporte.
Considerando, que por las circunstancias precitadas los problemas de la gasolina no se resolverán en corto plazo aún desapareciendo el Coronavirus hoy y levantándose la cuarentena;
Se propone, respetuosamente, a las dos cabezas cohabitantes del poder en el país, vale decir, Presidente de la República (hasta 2025) y Asamblea Nacional Constituyente (hasta que ella quiera), el siguiente decreto presidencial o Ley Constituyente, según sea el caso:
1) Crear la Gran Misión Bicicleta Venezuela como ente encargado de importar de China (y otros países aliados capacitados para proveer) un número grande de bicicletas de bajo precio para que la población venezolana pueda trasladarse eficientemente de un sitio a otro y sin andar a pie para sus actividades fundamentales como ir al trabajo, a la escuela, a comprar comida o medicinas, etc. Se sugiere por $30 por unidad, salvo mejor criterio técnico.
2) Que en el marco de esta misión se proceda a vender las bicicletas en total igualdad de condiciones a chavistas y a no chavistas, a militares y a civiles, a funcionarios y a no funcionarios, a quien tenga carta de recomendación y a quien no la tenga, al que tenga carnet y al que no lo tenga, siendo el único requisito la exhibición de la cédula de identidad y la consignación de copia para evitar que una misma persona compre más de una bicicleta y la revenda (bachaqueo).
3) Decretar la bicicleta como medio de transporte estratégico nacional y un derecho humano de todo venezolano, para que en un plazo no mayor a cinco años esta sea producida en territorio venezolano a fin de garantizar la soberanía económica y vehícular del país.
4) El tránsito de las bicicletas se desplegará en la medida que lo permitan el Estado Constitucional de Alarma y las limitaciones derivadas de la pandemia del coronavirus mientras duren y se decretará el tránsito totalmente libre de bicicletas una vez que se restablezca la normalidad con el final o el control satisfactorio de la pandemia.
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