04 junio, 2018

Congreso del PSUV 2018

Jesús Silva R.

Como militante revolucionario aprecio con optimismo que recientemente se comenta en la opinión pública sobre la celebración de un Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela para el año en curso, justamente cuando el Presidente Nicolás Maduro acaba de ser reelecto para un nuevo período de seis años y el país tiene dos principales retos: normalizar la economía y redactar una nueva Constitución.

Efectivamente, la última elección presidencial ha confirmado que el PSUV es la fuerza partidista de mayor dimensión cuantitativa en el país y su aporte fue vital a la victoria electoral de Maduro. De ese hecho derivan responsabilidades políticas que van más allá de la elección interna del partido prevista en el artículo 67, porque si bien muchos dirigentes a nivel nacional, regional y municipal serán ratificados y otros pudieran ser relevados, lo primordial es reimpulsar vínculos entre PSUV y los sectores sociales del país.

La lucha por normalizar la economía exige que el gobierno se haga acompañar por el pueblo organizado y en esa compleja tarea el PSUV puede y debe contribuir. Los consejos comunales deben estar en la fábricas para apoyar la correcta producción de alimentos y medicinas, de igual manera en las fases de distribución y venta al mayor y al detal. Un pueblo involucrado en el proceso productivo, en coordinación con el PSUV, podrá eficazmente corregir fallas y respaldar aciertos para hacer renacer la economía nacional.

Seguidamente, en lo que respecta a frenar la inflación, recuperar el poder adquisitivo del salario, revertir el mercado negro, es necesario promover un debate nacional que llegue a todos los estratos sociales para que el pueblo conozca la propuesta económica del PSUV y líneas de acción, a fin de que se involucre en ella para derrotar la crisis.

Probablemente una de las principales demandas del pueblo sea que en este segundo mandato de Maduro, el gobierno y el PSUV desarrollen una mejor capacidad defensiva del Estado contra los ataques y sabotajes de enemigos capitalistas que operan dentro y fuera del país. Dicho de otro modo, el colectivo venezolano anhela que su gobierno no permita que factores identificados como apátridas hagan más daño a su bolsillo. Es posible consolidar un sistema defensivo consolidando la alianza entre gobierno, pueblo, PSUV, Movimiento Somos Venezuela y FANB.

Otro tema es la redacción de una nueva Constitución que como principal documento del país para su convivencia, requiere de la opinión y propuesta de los ciudadanos. En este orden de ideas, celebrar asambleas populares para la recepción de sugerencias de las comunidades es decisivo, esto supone una jornada nacional que debe ser fomentada por el PSUV.

Luce conveniente que el PSUV indague en las catacumbas del pueblo pero también en capas medias, el modelo económico y político que las masas demandan. Siempre dentro del marco soberano de la actual Constitución Bolivariana, el pueblo debe tener oportunidad de manifestar su inquietud de avanzar con el poder popular y la democracia directa como se lo asigna el artículo 5 de la Carta Magna vigente.

Soberanía ejercida por el pueblo significa fortalecer estructuras comunitarias para el autogobierno, facilitando soluciones rápidamente que no dependan del poder central. Dicho de otro modo, el PSUV debe ser promotor de la construcción del Estado comunal desde sus bases, para la acción regional y local, de manera que esa experiencia quede sistematizada en un conjunto de artículos de la Constitución.

En lo que atañe a Constitución y economía, el protagonismo de la propiedad social debe ser debidamente orientado por el PSUV, pues hace falta adiestrar y organizar al pueblo para que sea productivo, capaz del autoabastecimiento y de lograr su seguridad alimentaria. En esta meta, el apoyo del Estado y el empoderamiento del pueblo requieren un capítulo entero en la Carta Manga.

En cuanto a los principios constitucionales, será importante consagrar en el nuevo texto elementos de doctrina universal como soberanía popular, separación de poderes, controles y contrapesos así como federalismo. Debe preservarse la forma de república que conocemos con voto directo, secreto y universal para escoger gobierno y parlamento, así como someter al mismo modo de sufragio otros cargos como el de los rectores universitarios por tratarse de instituciones educativas de interés social que deben abrirse al pueblo.

Temas constitucionales como la propiedad estatal de los recursos naturales, el petróleo y las industrias básicas deben ser reforzados como pilares de nuestro modelo económico patriótico. Sirvan estas ideas preliminares como adelanto de reflexiones futuras sobre el Congreso del PSUV y sus retos. Esperamos gran participación popular en este evento.

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