19 julio, 2015

Tsipras y la estafa en Grecia



Jesús Silva R.

Chávez fue Chávez y Alexis Tsipras es más bien chiripa o chiripero. Los revolucionarios venezolanos confiamos en que Nicolás Maduro jamás seguirá los pasos del hoy presidente griego. Entonces ¿Tsirpas, eres molusco o eres marisco, anti neoliberalista o fondomonetarista, qué eres? Tal vez un Lucio Gutierrez griego, el demagogo anti neoliberal más reciente del siglo XXI. 

Lo que diferencia nuestra opinión respecto a la de otros que se dicen revolucionarios es que no abusamos de las ilusiones para entusiasmar a la gente. No le decimos a nadie que estamos ganando cuando estamos perdiendo. No celebramos victorias cuando en realidad estas no existen. No convertimos los problemas del país en asuntos que se resuelven sólo con marchas, canciones o saraos. 

Todo lo contrario. Es a partir del reconocimiento de la realidad, muchas veces amarga, que nuestro pueblo puede madurar sobre las circunstancias que vive, entender las posibilidades y las limitaciones frente a una situación concreta, y trabajar en acciones para superar las crisis o dificultades. En fin, nada es más revolucionario que decir la verdad. Y no hay estrategia política más efectiva que trabajar siempre sobre la base de la realidad, tanto social, política como económica. 

Hoy no hay nada que aplaudir en Grecia y hay que decirlo abiertamente sin miedo a entristecer a los revolucionarios del mundo. Terrible sería mentir o disimular lo que en el país helénico acontece actualmente. Más bien se debe denunciar la estafa para brindarle herramientas de reflexión y autocrítica a los revolucionarios. Con la verdad será posible acumular fuerzas y aprendizaje que serán útiles en nuevas batallas políticas que se presentarán más adelante y en otros contextos y países. 

En Grecia, una fuerza socialista ganó las elecciones presidenciales mediante su oferta anti neoliberal. Poco después esa misma fuerza convocó al pueblo a un referéndum para rechazar presiones de la Unión Europea que le imponían un "paquetazo neoliberal". El pueblo hizo lo que pudo y con sus votos abofeteó dos veces al neoliberalismo. Sin embargo el presidente socialista terminó firmando un pacto infausto con los grandes poderes neoliberales de la Unión Europea, eso que llaman la Troika; alegando que esto era inevitable para salvar a Grecia de un colapso económico y social. Como si la austeridad tan desprestigiada ahora fuera el remedio. 

Se repite la vieja receta, reducir el valor de la fuerza humana de trabajo, elevar la plusvalía de los empresarios. Desmontar los derechos sociales y laborales, aplicar la austeridad contra la clase obrera, mientras se privilegian los intereses capitalistas, se flexibiliza el empleo, se recortan salarios y se maximiza la libertad de empresa, etc. Privatizar, liberar precios. Esto es lo mismo que la Venezuela neoliberal, anti obrera y de libre mercado con Carlos Andrés Pérez y Miguel Rodríguez en 1989-1993 así como Rafael Caldera y Teodoro Petkoff en 1994-1997. 

Viva Francis Fukuyama. Viva Domingo Cavallo. Vivan los gurúes neoliberales. Como hoy lo hace el gobierno griego, actuó en su época el opusdiano y democristiano Rafael Caldera cuando fue presidente de Venezuela por segunda vez. Terminó firmando un paquete neoliberal con el Fondo Monetario Internacional. Pero Caldera era la derecha ultraconservadora y fundadora del bipartidismo burgués venezolano o Puntofijismo. Toda Venezuela lo entendía menos la gente del Chiripero. 

Tsipras, una vergüenza para los anti neoliberalistas del mundo. Quizás era mejor que ganara uno de la derecha y aplicara el paquetazo de austeridad. O me van a invocar la vieja tesis de los izquierdistas calderistas venezolanos que decían: votemos por Caldera, dejemos que hoy gane la burguesía y "sigamos acumulando fuerzas" para que mañana dentro de un futuro mejor escenario podamos actuar como revolucionarios.

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