09 febrero, 2013

Leonardo Padrón, Winston Vallenilla y la operación colchón

Por: Jesús Silva R.



Un escritor de telenovelas netamente comerciales, derrama su irracional odio antichavista contra un animador televisivo cuyo único pecado fue manifestar su admiración hacia el Presidente Chávez. Obtuvo como respuesta la denuncia de que exige favores sexuales a las actrices a cambio de darles papeles protagónicos, lo cual causó escándalo más allá de Twitter y el mundillo vanidoso de la TV privada. No se sabe si el escritor incurre en esos actos, pero al parecer si ha tenido novias actrices.


Es triste pero sobran artistas que vociferen grotesco rencor antichavista. Ridiculizan y atacan a cualquier colega suyo que piense diferente. Actores, cantantes y deportistas han sido difamados en redes sociales y medios de comunicación, sin importar los aportes que le han dado al tricolor nacional.

A pesar de tanta violencia mediática, nuevos talentos se declaran chavistas con base al derecho constitucional a la no discriminación por razones de política (artículo 89, ordinal 5). Pero no es sorpresa que la derecha busque desmeritar los nuevos apoyos que se incorporan al proceso socialista y a la vez escondan que las empresas privadas del espectáculo aplican amenazas de despido contra muchos más trabajadores del arte que siempre votan por Chávez.

Los capitalistas chantajean a los empleados en cualquier industria; la TV y sus afines no son excepción. Sólo la profundización del proyecto de inclusión social permitirá que los trabajadores desarrollen sus capacidades en un escenario digno y libre, sin más atropellos patronales.

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