16 febrero, 2013

Hay que arrancarle peones a la burguesía


Jesús Silva R.

Que diputados y otros dirigentes sigan abandonando la MUD y se integren al chavismo equivale a arrancarle peones a la burguesía dentro del complejo ajedrez de la política. Aunque el PSUV debe aplicar control y supervisión a sus nuevos aliados, siempre será mejor reclutar antiguos enemigos, en vez de perder colaboradores que se vayan al servicio de la contrarrevolución.

La estrategia del crecimiento dentro de las revoluciones ha sido siempre un tema polémico como cuando el brutal régimen zarista en Rusia fue derrocado por la hegemonía del proletariado hace un siglo pero los bolcheviques se aislaron en el sectarismo dogmático. El caso es que una vez que se ha tomado el poder, surge el desafío de engrandecer una mayoría plural que garantice la gobernabilidad del nuevo Estado Popular y la eficacia en las acciones que apuntan hacia el socialismo.

Fortalecer la Revolución implica derrotar la trampa de los que pretenden crear una muralla que divida a Venezuela en dos mitades insalvables para de ese modo encabezar un consolidado bloque de opositores que obstaculicen irracionalmente cualquier iniciativa socialista del Gobierno Bolivariano o del Poder Popular.

La minoritaria burguesía no volverá a obtener seis millones de votos si la Revolución reimpulsa exhaustivamente sus programas de educación, trabajo, cogestión y autogestión del Estado Comunal; y estos son enfocados como permanente invitación a todos los venezolanos para que se conviertan en protagonistas de la inclusión social que caracteriza al modelo bolivariano.

Tender puentes y atraer sectores de la clase popular hasta hoy manipulados por la propaganda burguesa, es el reto de nuestra Revolución democrática; sobre todo cuando el libre juego electoral es fuente primigenia de la legitimidad política.

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