05 agosto, 2012

HISTORIA DE LAS OLIMPIADAS Y MEDALLA DE ORO PARA VENEZUELA



 
Por: Jesús Silva R

Pocas veces se ha hablado de los nexos entre el deporte y la política, aunque a lo largo de la historia muchos personajes y acontecimientos deportivos se han manifestado, consciente o inconscientemente, a favor de uno u otro bando ideológico de la humanidad.

Que un destacado atleta sea vinculado a una determinada doctrina filosófica no es necesariamente negativo, de hecho, muchas veces ello ha contribuido al bienestar del mundo. Un inolvidable ejemplo fue cuando el velocista afroestadounidense Jesse Owens triunfó como el hombre más rápido del mundo en las olimpiadas de Berlín bajo el régimen de la Alemania nazi.

Allí, frente a los ojos de la élite que predicaba la superioridad de la raza aria (inclusive el propio Adolph Hitler estaba sentado en primera fila) el fenomenal Owens demostró la falsedad de la propaganda racista exhibida por aquel repulsivo régimen, a muy corto tiempo de que estallara la segunda guerra mundial.

Otros campeones olímpicos protagonizaron historias igualmente impactantes como la del inolvidable Cassius Marcelus Clay, quien conquistó medalla de oro (Roma 1960) para EEUU en la categoría del boxeo de los semi pesados, y siendo muy joven aun (18 años) declaró ante la prensa soviética que todo marchaba bien para los afro estadounidenses dentro de su país.

Sin embargo, pocos años después este mismo hombre tiraría su medalla de oro al río Mississippi, luego de que le prohibieran entrar a un restaurante "sólo para blancos". Fue así que se dio inicio a la historia más gloriosa de deportista alguno que haya existido en el siglo XX, ya que este boxeador adoptó la religión del Islam (propia de sus ancestros africanos), cambió su nombre al de Muhammad Ali (abandonando aquel que los esclavistas blancos le habían impuesto a su familia) y se opuso intransigentemente a la guerra de Viet Nam. Aunque el gobierno estadounidense lo mantuvo suspendido del boxeo, Alí volvería a ser campeón mundial. Su frase: "Yo no tengo nada contra los amarillos del Viet Cong, son los blancos de EEUU quienes oprimen a los negros" recorrió el mundo entero y generó enorme admiración.

Más tarde en las olimpiadas de México 1968, los corredores Tommy Smith y John Carlos alzaron sus puños vestidos con guantes negros durante la entonación de "The Star-Spangled Banner" (Himno de EEUU) en señal del Poder Negro, y como protesta ante una década donde las Panteras Negras y otros grupos afrodescendientes antirracistas eran brutalmente perseguidos por los aparatos represivos del régimen gringo.

En esa década, los importantes líderes del antirracismo en EEUU habían sido asesinados: el reverendo evangelista Martín Luther King Jr., el islamista Malcolm X. Así como las no menos conmovedoras muertes de los progresistas hermanos Kennedy, John y Robert (Bobby), presidente y candidato presidencial en EEUU respectivamente.

Tommy Smith y John Carlos, fueron retirados inmediatamente de las olimpiadas por orden de Washington. Y una vez devueltos a su país de origen (EEUU) fueron crucificados como traidores a la patria por la despiadada propaganda mediática de la clase dominante, vale decir, la blanca burguesía estadounidense conocida como WASP (White Anglo Saxon and Prostestant).

Luego de estos conmovedores antecedentes, en los juegos de Londres 2012, y en tiempos donde Venezuela vive un extraordinario proceso de inclusión social así como la construcción del bienestar, la igualdad y el desarrollo para todos, un compatriota esgrimista, llamado Rubén Limardo Gascón, ha logrado medalla de oro, dejando constancia del inmenso avance del deporte criollo en la patria bolivariana del siglo XXI.

VER PUBLICACIÓN EN:

No hay comentarios:

Publicar un comentario