30 marzo, 2013

Nicolás Maduro y la Dialéctica Política



Por: Jesús Silva R.

Hacer política revolucionaria implica un método científico para generar nexos entre sectores sociales que inicialmente han permanecido desvinculados en el plano de su conciencia, pero que estando en situaciones económicas semejantes, deben ser incorporados al proyecto social de liberación contra el capitalismo. 

En nuestra óptica, el primer deber de la vanguardia es desplegar una política de unión de todas las clases y capas de la sociedad que hoy viven del trabajo propio para convertirlas orgánicamente en el nuevo bloque social que impulse la transición a la igualdad de clases.

Entendiendo el objetivo estratégico, ninguna táctica o maniobra debe ser valorada aisladamente, pues la dialéctica científica nos exige analizar los escenarios globalmente y enmarcar nuestras conclusiones en la cosmovisión de finalmente a quién beneficia una determinada política. 

En efecto, el partido, las acciones y las alianzas de una revolución socialista, lejos de ser calcos dogmáticos de valiosas gestas del pasado, deben representar la interpretación dialéctica de las circunstancias y correlaciones de fuerzas del presente.

Tal como Wladimir Ilich Lenin realizó la mejor revolución posible en 1917, hoy los venezolanos debemos emprender nuestro proceso con el material humano disponible. 

Definitivamente, contra la ideología capitalista que manipula a los explotados bajo la opresión de las élites, debemos profundizar una industrialización enmarcada en la propiedad social como eje del progreso colectivo.

Ciertamente la conjunción de la revolución económica, en paralelo con la revolución ideopolítica, constituye la extraordinaria obra de inclusión social en Venezuela. Es esta la garantía de nuestra robusta base popular de apoyo para el triunfo contundente de Nicolás Maduro, el hijo de Chávez, en las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013.

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