25 marzo, 2009

LOS CARGOS PASAN


Por: Jesús Silva R.

“Los cargos pasan, pero los hombres quedan”, o “el cargo no hace al hombre, el hombre hace al cargo”, así rezan algunos de los mejores proverbios de nuestra cultura popular en referencia al tránsito de los hombres por el difícil camino de la administración pública. En efecto, al revisar tan extenso tema, pues todos de algún modo hemos tenido experiencias con el orbe burocrático, sea como trabajador, funcionario o desde la desventajosa posición de usuario; es esencial advertir que sobre el papel de las instituciones existen básicamente dos concepciones (la pequeño burguesa y la revolucionaria), definida cada una de ellas por la identidad de clase (dueño o asalariado) que el individuo posea frente al universo social.

Me permitiré presentar un breve análisis desde de la perspectiva marxista de quien suscribe, que a pesar de sumar menos de treinta años de edad, ya la Revolución Bolivariana le ha impuesto varias responsabilidades públicas de rango directivo; aunque es menester enfatizar que nuestra formación política es la de abogado de los trabajadores en el seno de la clase obrera (la fábrica y el sindicato) y no precisamente la del burócrata tradicional.

Aclarado el punto y adentrándonos a la revisión de la concepción pequeño burguesa, vemos al sujeto que se cree propietario de algo, pero en verdad no tiene nada, a excepción de su propia fuerza humana de trabajo (vendida a cambio de un salario) y detectamos que existen reyezuelos embriagados de falso poder, que lejos de ser verdaderos servidores públicos, usufructuan los bienes y prerrogativas del estatus de funcionario para su beneficio personal, el de su pandilla y sus parientes. En ese bajo mundo, infame por demás, es “natural” la abundancia de la mediocridad y que los minúsculos espacios de poder sean disputados entre buitres con las garras de la maledicencia, la mezquindad, la difamación y la perversidad. En efecto, para los envidiosos buitres, el fin justifica los medios, y para nada les importa saberse incapaces profesionalmente a la hora de codiciar con indecencia los cargos que otros detentan por obra de sus cristalinas virtudes.

Por otro lado, existe la visión revolucionaria, la nuestra, una que centralmente nos plantea reivindicar la dignidad del hombre como elemento insoslayable de la convivencia social y que por ende nos exige liquidar todas las formas posibles de explotación y degradación humanas; esta concepción nos ubica como funcionarios al servicio del pueblo, como obreros que ejercemos circunstancialmente tareas directivas sin que ello jamás conlleve la pretensión de ingresar a una nueva clase social “superior”, distinta al proletariado. Somos sencillamente agentes de un Estado popular y revolucionario en construcción que se enfrenta a un viejo ordenamiento burgués amparado por normas y costumbres repugnantes de una data antiquísima.

En estos términos esta estipulada la lucha de clases para nosotros los revolucionarios, batalla tras batalla, nuestro desempeño certifica que aunque seremos odiados por las clases explotadoras y demás sectores atrasados (la burguesía y sus lacayos de la pequeña burguesía), nos hemos ganado el respeto y el afecto de las clases progresistas (los trabajadores y demás excluidos) que insurgen con firmeza por implantar la justicia y la equidad sociales. Seguiremos trabajando. Así se avanza al Socialismo.

VER PUBLICACIÓN EN:

http://www.aporrea.org/actualidad/a74628.html

http://www.kaosenlared.net/noticia/contra-burocratismo-burgues-avanzamos-hacia-socialismo

1 comentario:

  1. El problema hermano, es que actualmente se está tratando de poner en marcha: una revolución económica, una revolución política y una revolución social; pero se está dejando de lado la revolución cultural, la cual debería ser la principal.
    La definición mas general de la palabra "cultura" es "modo de vida". Pero no de un individuo en particular, sino de toda una sociedad que se acostumbró a vivir bajo el imperio del capitalismo.
    Es esa la razón por la cual es necesario dirigir nuestro mensaje a nuestros niños, a nuestros adolescentes. Si hace 10 años ignoramos a los niños de 8 años porque ellos estaban lejos de ser potenciales electores, ya hoy tienen 18 años y una gran masa de ellos fueron seducidos por McDonald. Si hoy no prestamos atención a los muchachos de 14; dentro de 4 años, para el año electoral 2012, estos tendrán 18 y serán contrarevolucionarios.
    Y asi como podríamos perder terreno electoralmente hablando, cosa que ya es bastante grave, hemos también permitido que el virus de la corrupción y la inmoralidad se apodere de nuestra sociedad.
    Una amiga de mi esposa, le comentaba que yo si era g...von, poque estaba trabajando en una institución pública y no aprovechaba de robar como la "gente normal". O sea, que yo era un anormal, sencillamente porque odio la corrupción.
    Asi como la familia es la base fundamental de la sociedad, la
    REVOLUCIÓN CULTURAL, es la base fundamental de la REVOLUCIÓN SOCIALISTA.

    Hasta la próxima.

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