03 diciembre, 2008

ELECCIONES DEL 23 DE NOVIEMBRE: AMANECERÁ Y VEREMOS


Por: Jesús Silva R.

Como de costumbre, los empresarios privados de la desinformación y los dirigentes políticos pitiyanquis insisten en torcer la realidad política de la nación mediante la falsa afirmación de que el presidente Chávez fue derrotado en las elecciones regionales del 23 de noviembre. Nada más divorciado de la realidad, cuando la verdad objetiva nos revela que el chavismo ha obtenido el 70% de respaldo popular en lo que concierne a gobernaciones y el 80% en alcaldías. Mal podría la opinión pública tomar con seriedad al bando opositor en su canto de "victoria en las regiones más importantes" refiriéndose a las gobernaciones en Zulia, Miranda, Carabobo, Táchira, Nueva Esparta y la Alcaldía Metropolitana ya que urge reflexionar sobre que tales triunfos están sustentados en ventajas porcentuales muy estrechas y que al mismo tiempo fueron derrotados en la mayoría de esas alcaldías.

No obstante, vale la pena evidenciar la inmensa verdad hasta ahora oculta en esta campaña mediática post electoral, pues la discriminación que se ha pretendido establecer entre supuestos estados más importantes y otros menos importantes tiene un significado infame que no puede pasar desapercibido ante la conciencia política de nuestro pueblo, tanto para chavistas como para antichavistas. Nótese que cuando se afirma que Zulia significa más que Barinas o que Miranda significa más que Yaracuy sin importar la cifra total de votantes en cada contienda es porque el criterio escuálido para calificar la importancia de un determinado estado se sustenta primordialmente en la riqueza económica de la zona por encima de la estima hacia los ciudadanos.

Naturalmente nuestro análisis no puede dejar de denunciar el desprecio de los políticos oligarcas hacia nuestra clase popular ya que el demostrar abierta preferencia hacia los estados ricos equivale a otorgar mayor valor al voto de un empresario que al voto de un trabajador. Es pues concebir al país desde una perspectiva bochornosamente aristocrática y neoliberal que estipula ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Ciertamente la burguesía ha insinuado que Chávez fue derrotado en los sectores sociales educados y que solo le queda el apoyo de las capas sociales "más atrasadas".

A todas luces la derecha venezolana ha tenido mayor interés en conquistar el gobierno de regiones provistas de recursos naturales para traficar con ellos hasta donde les sea posible y de apoderarse de territorios con apreciable desarrollo industrial para negociar con los empresarios capitalistas; de manera que en el fondo de su discurso falaz y arrogante subyace también el sentimiento macabro de haberle puesto la mano a parte de nuestra riqueza nacional con dos fines estratégicos: Consolidarse como elite político económica y financiar una nueva campaña golpista. Ante el futuro, solo nos resta decir: Amanecerá y veremos.

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http://www.aporrea.org/actualidad/a67902.html

http://www.kaosenlared.net/noticia/elecciones-23-noviembre-amanecera-veremos

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