21 abril, 2020

Lacava, pon tus barbas en remojo


AGARREN A SU LOCO! Este fue el último espectáculo que Lacava hizo ...


Jesús Silva R.

Carta abierta al Gobernador del Estado Carabobo, Rafael Lacava, de parte de un chavista de a pie. Pocos hombres en Venezuela podrán hablar desde tan elevado pedestal, quien suscribe lo hace desde “la autoridad del fracaso”. Por diez años fue manantial inagotable de doctrina constitucional en el país pero a fuerza de tuitazos y la simulación de un hecho punible, un apóstol del Derecho fue vetado de por vida y sin debido proceso. ¿Reviven los cadáveres políticos? Muy difícil. Aunque por ahí anda Claudio Fermín, cuasi candidato presidencial.

Los enemigos se unen, cual molécula de proteína cubierta por una capa de grasa (coronavirus), así los propagandistas, los mitómanos y los envidiosos de diverso color forman su molecular frente amplio para asesinar moralmente a las luciérnagas revolucionarias porque la luz estorba demasiado. Otra vez denuncias no comprobadas pululan en redes sociales, ahora agrediendo a un personaje que es referencia nacional de gobernador eficiente, tanto para chavistas como para opositores, lo último les da más rabia.

Sobre los pseudo tribunales de Twitter, sabe mucho el constitucionalista que ya fue “condenado” más de diez veces sin derecho a la defensa. En política, peor que tener enemigos, es que los “amigos” no se manifiesten contra los atropellos. Este insignificante estudioso de las leyes da un paso al frente y condena la difamación contra el líder de Carabobo así como cualquier otro venezolano del signo político que sea, porque de eso se trata el artículo 49 de la Carta Magna: presunción de inocencia (válida para todos, no sólo para los compinches).

La “dracu-gestión” regional es una amenaza inusual y extraordinaria contra burócratas flojos pero más aun contra quienes conciben el poder como bálsamo para masajear su propio ego. Con frecuencia este gobernador aparece en videos virales resolviendo problemas “codo a codo” con los pobres y ello crea una sensación de eficacia gubernamental que alegra a millones de compatriotas. La gente dice: “Y si éste fuera como Lacava”. Pero lamentablemente ciertas aristocracias interpretan ese estilo mediático como la proyección nacional de la marca “Lacava” y algunos planifican descabezar a la luciérnaga, aunque su vuelo extravagante beneficie al pueblo.

Baila reggaetón, hace morisquetas, juega fútbol, funda discoteca, usa ropa juvenil pero lo más importante es que muestra obras y Miraflores le da ranking al autorizarlo para dialogar con Washington (rojo que vaya para allá sin ser ungido, queda satanizado, así haya ido únicamente a estudiar, de eso habla la experiencia propia). En resumen, Lacava encarna un nuevo modelo de chavista carismático y “solucionador de problemas” que la población quisiera que se multiplicara. Pero para los intolerantes, es egocéntrico y tiene aspiración presidencial, por lo tanto hay que “rebajarle el copete” como sea. Todo vale.

El chavismo es un enorme mosaico, el día y la noche conviven en él. Si el brillo de un huérfano político transciende a nivel nacional, en televisión o en trending topic, crecen los riesgos de atentados y falsos positivos. Generalmente comienzan en la plataforma electrónica del pajarito azul con hashtags muy agresivos que exigen la crucifixión sin comprobar la presunta falta. En paralelo se perpetra el veto implacable en los medios. La cacería de brujas se perfecciona si del entorno íntimo de la figura pública, los enemigos logran reclutar a un colaborador o testigo estrella que será la mascota utilizada para acelerar la lapidación en plaza pública y al fin lograr lo que mediante competencia honesta nunca pudieron: sacar al personaje del espectro político y mediático.

Desde su sarcófago político, esta momia de Tutankamon resignada mansamente al ostracismo y al riego de un conuco en una apartada montaña, sin mínimo deseo de volver a ocupar posiciones que ya ocupó, le aconseja al camarada Lacava: 1) No bajar el perfil político ni recortar las apariciones mediáticas siempre que ellas estén justificadas por el servicio al pueblo. 2) Continuar afanosamente la buena gerencia administrativa que le caracteriza como gobernador, sin remordimientos, porque luciérnaga que brilla no opaca a las demás. 3) Poner sus barbas en remojo frente a conspiradores, traidores internos y mentirosos que tanto envenenan a la dirigencia. 4) Seguir oyendo temas de Bad Bunny porque un revolucionario jamás puede privarse de tener personalidad propia. Otros oyen a Alí Primera, otros oímos a Michael Jackson. 

Se despide respetuosamente, un amigo ex famoso a quien el sanedrín no lo empujará a la derecha.