31 enero, 2015

Análisis constitucional sobre resolución 008610 y protestas

Jesús Silva R.

Nuestra postura histórica como revolucionarios ha sido siempre la defensa de los derechos humanos y la vigencia de un Estado garante de los mismos, preferimos equivocarnos promoviendo libertades en vez de acertar avalando mecanismos de control agresivo. 

En este contexto, examinamos la resolución 008610 del Ministerio de la Defensa (publicada en la Gaceta Oficial del 27 de enero de 2015), la cual establece en su artículo 22 el “uso de la fuerza potencialmente mortal, bien con el arma de fuego o con otra arma potencialmente mortal”, como último recurso para “evitar los desórdenes”. Esto no genera una situación jurídica nueva, por el contrario es una reiteración del ordenamiento jurídico preexistente que rige la materia.

En Venezuela, todas las leyes, decretos, resoluciones y demás instrumentos jurídicos deben subordinarse al imperio de la Constitución, por ello revisando el artículo 68 de la Carta Magna comprobamos que la protesta debe ser pacífica y sin armas, y que debe cumplir con los requisitos de ley. 

Por lo tanto el reciente decreto no sobrepasa los límites de la Constitución porque la fuerza militar se aplicaría exclusivamente como último recurso sobre quienes en desobediencia a la Carta Magna cometan violencia y usen armas, es decir no se reprimen las protestas constitucionales (pacíficas y sin armas) sino los desórdenes criminales (violentos o armados). 

No obstante, considerando que el fondo del decreto no genera un aporte sustantivo trascendental al marco jurídico ya existente en la Constitución y las leyes, estimamos concienzudamente que desde el punto de vista propagandístico y noticioso este decreto ha sido inoportuno y favorece las malas interpretaciones contra el gobierno nacional.

El carácter pacífico de la protesta es permanente desde su inicio hasta su fin, la misma no puede degenerar en excusa o medio para facilitar actos criminales. Entonces, atendiendo siempre al principio del uso diferenciado de la fuerza, el Estado debe evitar los desórdenes donde surgen violencia o armas de fuego u artefactos explosivos o incendiarios que obren en perjuicio de otras personas quienes tienen derecho que se les proteja la vida, la integridad personal,el ambiente sano y el libre tránsito, entre otros derechos.

Barricadas, guayas, etc., son medios criminales capaces de herir y matar. Su uso contradice el derecho a la protesta y termina siendo una conducta delictiva contra derechos de mayor rango como los anteriormente citados.

Si se ha detectado que se usa el derecho a la protesta como ocasión para crear violencia, y peor aún, de ella pueden resultar muertos y heridos; es evidente que el Estado debe prevenir los daños usando medios idóneos de acuerdo al tamaño de la alteración del orden público que acontezca. 

Por ejemplo si los manifestantes emplean sólo palos y piedras, la fuerza militar no responderá accionando fúsiles de asalto liviano contra ellos. Pero si aparece un encapuchado accionando un revolver, entonces la fuerza pública podrá responder con medios de nivel o potencia equiparable o similar que procuren el objetivo de neutralizar el fuego criminal generado por el delincuente. 

El componente armado deberá siempre actuar en función de reducir y capturar al criminal o grupo delictivo que genera fuego. Sólo en casos de legítima defensa o estado de necesidad como los previstos en la doctrina penal, un efectivo militar podría disparar a matar.

De allí que el reciente decreto emitido por el Ministerio de la Defensa, actualmente sometido a controversia por despiadados medios de comunicación, en realidad ha pretendido viabilizar más detalladamente el normal desarrollo de las protestas y fijar medidas tendientes a la seguridad, prevención, vigilancia y reducción de riesgos frente a las acciones violentas de grupos criminales que aprovechan los eventos de protesta como escenarios para generar caos, desórdenes, heridos y muertos.

Sobre la base del propio artículo 68, nace el mandato de cumplir con los requisitos de ley para la protesta a fin de proteger a las personas, y a la vez se consagra el deber del Estado en cuanto a garantizar que la colectividad no sea víctima de quienes en definitiva persiguen destruir la paz nacional y el régimen democrático.

Valdría la pena que la Sala Constitucional del TSJ emitiera sentencia de interpretación sobre la referida resolución y para aclarar su contenido, propósito y utilidad jurídica. Que el máximo tribunal dicte la nulidad de la resolución no sería descartable, no porque la misma sea inconstitucional sino por engorrosa. 

Un régimen jurídico claro sobre la materia coadyuvará a que los ciudadanos pacíficos desarrollen sus protestas según las normas constitucionales y legales, en un escenario de mayor protección, seguridad y convivencia sana para todos.

08 enero, 2015

Cómo pedirle millones de dólares a los chinos sin violar la Constitución Bolivariana

Jesús Silva R.

Hace más o menos 15 años, cuando quien suscribe no era un revolucionario a cuenta propia sino militante de 24 horas y traductor de los congresos del Partido Comunista de Venezuela y la jcv, tuve la oportunidad de conocer y conversar largamente con cientos de delegados internacionales de prácticamente todos los países donde existiera un partido comunista, incluyendo por supuesto a China. Como en todo grupo humano, hay gente buena y mala. Bastante conocí sobre diferentes camaradas en época de nuestra naciente Revolución Bolivariana, la primera en ocurrir dentro de un país con grandes riquezas petroleras.

Hay quien dice que tal riqueza (petrodólares) hizo a nuestra revolución la más atractiva de América Latina ante los ojos de muchos camaradas extranjeros que hablaban de solidaridad internacional e internacionalismo proletario pero nunca se afanaron en visitar las tierras de revoluciones no petroleras como Bolivia o Nicaragua.

Recordando mi juventud militante, retomo reflexiones que empecé a madurar desde aquella época. El siglo XX parió dos grandes potencias socialistas, una la Unión Soviética la cual se fue a la quiebra por su ilimitada e incomparable solidaridad económica a favor de países no industrializados que fallaron en retribuir productivamente hacia Moscú los caros favores recibidos durante décadas de donaciones.

La otra potencia socialista fue China, para muchos su pragmatismo económico la hace todavía viviente en el siglo XXI y enrumbada al primer lugar de las economías. A diferencia de los soviéticos, los chinos no regalan, sino que hacen negocios y obtienen ganancias. Para nadie es un secreto la incorporación de importantes elementos del libre mercado en la economía china como la flexibilidad de sus leyes laborales, libertades comerciales, así como la imposición de préstamos con intereses a países en dificultades (EEUU, Venezuela, etc.).

El pragmatismo chino es un fenómeno económico y filosófico posterior al fallecimiento del líder revolucionario Mao Tse Tung y el auge ideológico del socialismo en el siglo XX. Tal pragmatismo puede resumirse en palabras de su modernizador y líder Deng Xao Ping: "No importa si el gato es blanco o negro, lo importante es que cace ratones".

En este contexto el gobierno de Venezuela debe ser prudente en sus decisiones de endeudamiento para solventar la crisis creada por los bajos precios del petróleo criollo, toda vez que el Presidente Nicolás Maduro ha anunciado una extensión de los acuerdos económicos con la República Popular China. Este año el gigante asiático otorga 20 mil millones de dólares que serán pagados a plazo con barriles de petróleo venezolano. En la actualidad, alrededor de medio millón de barriles diarios son exportados a China.

No se conocen más detalles sobre el referido pacto chino venezolano, pero confiamos en que la intención del Gobierno Nacional es que el mismo sea ajustado al marco de la Constitución. Por ello advertimos que el artículo 311 constitucional señala: "(...) El Ejecutivo Nacional presentará a la Asamblea Nacional, para su sanción legal un marco plurianual para la formulación presupuestaria que establezca los límites máximos de gasto y endeudamiento que hayan de contemplarse en los presupuestos nacionales (...)".

Consideramos que en cumplimiento de la Carta Magna, es imprescindible que los acuerdos con China sean sujetos al debate y control de la variopinta y plural Asamblea Nacional, lo cual tiene su razón de ser en garantizar la transparencia administrativa sobre el manejo de los recursos, el examen de las decisiones, su conveniencia y el conocimiento público de los ciudadanos en este tema de relevancia nacional.

Asimismo cuando la precitada norma constitucional hace alusión a un "marco plurianual" ello significa que el Ejecutivo Nacional está obligado a presentarle al Poder Legislativo una planificación de varios años a futuro respecto a los procesos de endeudamiento y sus límites.

En tal sentido, si se hubiere obviado la aprobación del parlamento nacional así como el respectivo marco plurianual, puede causarse la apariencia de que el gobierno improvisa en materia económica, que el gabinete ministerial desconoce cuánto dinero se va a necesitar en los próximos años y que por lo tanto no planifica asuntos tan vitales como el endeudamiento con imperios extranjeros (ahora China, antes EEUU y su brazo financiero el FMI).


Como revolucionarios comprometidos con la soberanía popular e intransigentes defensores de la Constitución Bolivariana, sugerimos replantear el manejo de los acuerdos con China, más todavía cuando se trata decenas de miles de millones de dólares que se constituyen en gravamen sobre nuestro petróleo para los años y generaciones futuras.

01 enero, 2015

Chavistas que no quemarán sus visas americanas



Jesús Silva R.

Días atrás se le pidió al pueblo chavista que quemaran o tiraran a la basura sus visas americanas. La mayoría de nuestro pueblo vive del salario o de actividades por cuenta propia, lo cual (según mi libro de cabecera El Capital) significa que son proletariado o clase obrera.

Ocurre que quien trabaja para comer y cubrir gastos esenciales no tiene fondos para viajar al exterior, de modo que la destrucción de las fulanas visas es un pedimento que solo cabe a los altos burocratas predicadores de ideas socialistas que curiosamente se encuentran en otra clase social más elevada.

Pero la paradoja surge cuando los personajes de guayaberas rojas de lino que cuestan no menos de 20 mil bolivares y a la vez ocupan altos cargos en el Estado, confiesan su admiración por el modelo norteamericano mediante viajes frecuentes a EEUU, poniendo a sus hijos a estudiar en el norte así como abriendo cuentas bancarias y comprando inmuebles en ese país. 

Hemos dicho que el chavismo no es uno sólo, pues su verdadera división no es entre las supuestas corrientes de Maduro o de Diosdado, sino una basada en clases sociales: Hay un chavismo de smoking y otro que es proletario y anda en chancletas.

Una cosa es el gobierno gringo y sus hostilidades pero otra cosa es el pueblo de EEUU el cual no es enemigo Venezuela, de hecho el intercambio entre ambos países es de muchos años en materia cultural, social y económica. En mi caso viajando a ese país aprendí su idioma, lo cual me llevo a ser traductor del partido comunista de Venezuela durante varios congresos de aquella dogmática iglesia roja en la que milité 15 años y cuyo cónclave actual no se parece a lo que pregona. También en lo laboral, desde 1998 doy clases de inglés a nivel universitario. 

En fin, una vez el ex presidente de la URSS Mikhail Gorbachev dijo que escuchaba musica de los Rolling Stones, pues yo desde joven escuchaba con agrado la música de Michael Jackson luego de finalizar mis reuniones sobre marxismo en el PCV con los insignes Pedro Ortega Díaz y Jerónimo Carrera.

Si buen me fui de la iglesia roja, primero por su inefable pacto con Rafael Caldera y años después por petición de Hugo Chávez a los revolucionarios, hoy en version moderna soy más marxista que antes y sigo oyendo a Michael Jackson, lo cual para mi son elementos que pueden coexistir. Ya con madurez politica adquirida creo que el discurso del anti-americanismo es obsoleto en el siglo XXI y Venezuela debe verse en el espejo de Cuba donde verdaderos socialistas marxistas como los hermanos Castro buscan negociar la paz con EEUU. 

Soy uno mas de los venezolanos de clase media que no necesitan quemar su visa gringa para ser un revolucionario, mejor contribución doy a mi patria y el género humano mediante la lucha frontal contra el burocratismo, la corrupción, las roscas de altos funcionarios, el nepotismo y otros vicios que golpean severamente a la revolución desde adentro y al prestigio del socialismo científico.