17 junio, 2012

LEGENDARIO GUERRILLERO REGRESA A LA UCV


Por: Jesús Silva R.

Máximo Canales, fue el seudónimo que recorrió el mundo entero en la década de los sesenta del siglo pasado, cuando siendo uno de los actores fundamentales de la guerrilla venezolana, este hombre mantuvo retenido al máximo futbolista de la época, Alfredo Di Stéfano (Real Madrid) como alerta para que la comunidad internacional conociera que en Venezuela se desarrollaba una rebelión contra un régimen represivo y violador de los derechos humanos.



Muchos otros pasajes de su experiencia como militante de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), hacen de Paúl Del Río (nombre auténtico) un personaje verdaderamente fascinante en la historia de las luchas revolucionarias en nuestra patria y América Latina. Es así que en el marco de una actividad de sensibilización en derechos humanos, con el título "Lo político y lo jurídico de la lucha armada en Venezuela", le formulé invitación a mi amigo y camarada Paúl, para que protagonizara un conversatorio (11-06-12) con estudiantes de la cátedra de Introducción al Derecho, la cual imparto en la Escuela de Estudios Políticos y Administrativos (EEPA) de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

 
Ante una numerosa participación de jóvenes universitarios, expusimos que una de las razones principales para el estallido de la lucha armada fue la suspensión de las garantías constitucionales cometida por el nefasto presidente Rómulo Betancourt, cuyo gobierno, a pesar de tener Legitimidad de Origen (porque nació de la elección popular), perdió Legitimidad de Ejercicio (al gobernar al margen de la Carta Magna de 1961).

Por su parte, Del Río fue enfático respecto a las libertades que fueron afectadas durante los distintos gobiernos que ultrajaron a la república durante el período 1958-1998. Empezando por la suspensión de la libertad de expresión, libre asociación, libre tránsito, el debido proceso, la prohibición de detención sin previa orden judicial salvo en situación de flagrancia, entre otras. Asimismo se refirió a la popularmente llamada Ley contra el Silencio y el Olvido, que procura eliminar la impunidad respecto a los asesinatos, torturas, desapariciones forzadas y demás delitos cometidos por razones políticas durante la mencionada etapa de falsa democracia.

Del intercambio libre y fraternal, con estudiantes que profesan diferentes simpatías políticas y partidistas en la coyuntura histórica actual; surgió la reflexión de como en aquellos años de combate armado, la UCV era el epicentro de una mayoritaria izquierda que encabezó importantes protestas contra los atropellos sistemáticos del gobierno en perjuicio de la ciudadanía.

Fue comentado que aquella UCV revolucionaria tuvo muchos manifestantes que fueron asesinados por fuerzas del orden público, además se practicó allanamiento contra las residencias estudiantiles y la propia sede fue tomada por tanques militares en el gobierno del democristiano Rafael Caldera.

En un ambiente, de profundo respeto, a pesar de la diversidad de preferencias políticas entre los presentes en el salón universitario, Paúl destacó que las FALN (a diferencia de los organismos represivos de AD y COPEI) jamás violentó el Derecho Internacional Humanitario, pues jamás fusiló detenidos, no agredió a los civiles, no secuestró con petición de recompensa, no torturó ni desapareció personas. Y puntualizó a los oyentes, que si en el régimen venezolano actual se violentará la Constitución de la República y se asesinaran estudiantes como se hizo en el tiempo pasado, él se pondría nuevamente al lado de las víctimas y retomaría todas las formas de lucha necesarias para restaurar la democracia y el respeto a la vida humana.

Como reflexión final sobre la inusual visita de este mítico guerrillero, nos queda la conciencia de que la Venezuela Bolivariana de hoy, tiene como antecedente las luchas ideológicas, políticas y militares de personajes como Paúl Del Río, alias Máximo Canales. Ha sido precisamente la acumulación de victorias y derrotas, de teorías, experiencias, de ensayos y errores, lo que ha hecho factible el proceso que actualmente se vive en nuestra patria.

Quien suscribe, como hijo de uno de esos guerrilleros (Jesús Manuel Silva Alfonso, 1943-2009) que dedicó su vida a "la liberación nacional y el socialismo", rindo testimonio a mi joven generación sobre la importancia de proseguir el legado humanista de esos combatientes que sentaron un valiente precedente de sacrificio por la dignidad del pueblo y la definitiva instauración de una sociedad sin clases. Ojalá los factores radicales actuales, aliados de la burguesía, el capital transnacional y el Imperialismo yanqui, no le obstaculicen al pueblo manifestarse siempre en democracia, por la vía constitucional, pacífica y electoral.
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