29 julio, 2011

VIRGINIDAD, PROMISCUIDAD Y DOBLE MORAL


Por: Jesús Silva R.

Luego de identificar desde nuestra óptica insurgente que la estructura económica de la sociedad es el factor que determina la política, la cultura, la familia y demás instituciones que la humanidad ha creado, es evidente que la sexualidad no escapa de esta situación histórica. 

Entonces, si bien es cierto que durante el último medio siglo, las mujeres han acortado distancias con los hombres como resultado de su creciente participación en la educación y el trabajo, ello no supone la superación automática de la ancestral cosmovisión patriarcal que concibe la sexualidad de la mujer como "fuerza de trabajo" que genera "riquezas" susceptibles a la apropiación del macho.Esto explica que aun en este siglo la sexualidad femenina siga bajo el asedio de la explotación patriarcal con dos funciones esenciales como servidumbre al hombre, la primera de naturaleza reproductiva (procrear hijos e hijas) y la segunda en la creación de placer sexual (satisfacer necesidad fisiológica). 

Tal explotación implica que esas funciones impuestas a la mujer sean cumplidas en los términos y condiciones dictados por los intereses del macho en su contexto de supremacía social y se relegue a la hembra al subalterno papel de productora sin ninguna autoridad sobre la administración de esos valores que genera. Claramente esa productora, a quien la sociedad patriarcal le expropia materialmente los aportes que ha creado con la actividad de su propio cuerpo, es víctima de un proceso de alienación psicológica, pues se le despoja de la facultad de dirigir soberanamente (y de acuerdo a su propio bienestar) sus conductas de reproducción biológica y de satisfacción fisiológica. 

De modo que en el marco del patriarcado, tanto hombres machistas como mujeres (alienadas) contribuyen con la propaganda fetichista (prensa, radio, televisión, internet, modas, estereotipos, clubes sociales, etc) que deshumaniza a las personas y las convierte en objetos sexuales para la promiscuidad y la invisibilización de los afectos genuinos. Paradojicamente el patriarcado fomenta al mismo tiempo una discriminación sistemática que imagina mujeres de primera categoría (vírgenes) destinadas a cumplir exclusivamente la tarea matrimonial-reproductiva-maternal y otras de segunda categoría (promiscuas) cuya misión primordial es ser "usadas" estrictamente para el placer sexual de los hombres patriarcales. 

Es así como se concreta la perversa doble moral del sistema patriarcal, que siendo el máximo promotor de esas dos categorías de mujeres buenas y malas (de quienes se sirve y se aprovecha por igual), comete la gigantesca hipocresía de glorificar a las mujeres que se conserven "santas e inmaculadas" y por otro lado degradar (moral y socialmente) a todas las otras damas que en legítimo ejercicio de sus experiencias vitales hayan dejado de ser vírgenes.

VER PUBLICACIÓN EN:

28 julio, 2011

EUROFASCISMO EN NORUEGA


Por: Jesús Silva R.

La agresión terrorista cometida en Noruega (22-07-2011) nos obliga a encontrar explicación sobre el por qué en una región como la Escandinavia, admirada por su alta calidad de vida y avanzada  organización sociopolítica, fue posible que ocurriera un acto totalmente abominable frente a los principios elementales de la convivencia humana.

Ciertamente, el resentimiento ideológico y racial mostrado por el criminal Anders Behring Breivik en su documento digital "2083. Una Declaración Europea de Independencia", que le sirvió como basamento doctrinal para el asesinato de casi un centenar de jóvenes militantes del Partido Laborista noruego, plantea la interrogante de si este suceso constituye un hecho aislado o si por el contrario obedece a un clima de neofascismo generalizado en el viejo continente.

Todo indica la validez de la más grave de las hipótesis, ya que el avance electoral de los partidos de ultraderecha así como su presencia en los parlamentos escandinavos y de países como Alemania, España y Francia, son prueba inobjetable de la expansión de la xenofobia y el fundamentalismo religioso en un amplio segmento de la sociedad europea, que culpa a los regímenes socialdemócratas por el hundimiento de sus economías.

Dramáticamente, han sido los grupos ultraderechistas quienes han ganado popularidad a través del llamado a construir “una Europa sólo para los europeos” y señalando que el fracaso de la Unión Europea es consecuencia de la supuesta flexibilidad con los inmigrantes, el multiculturalismo y la contribución de los países prósperos con los menos favorecidos.

Hoy más que nunca, preocupan los odios fundados en el ultranacionalismo, la mezquindad económica e incluso la religión como sucede con  la islamofobia que hasta ahora ha impedido el ingreso formal de Turquía a la estructura de la Unión Europea luego de la manipulación del Tratado de Lisboa.

En tiempos donde los radicalismos también acechan a Venezuela, promover una red internacional antifascista es vital para generar conciencia sobre el valor innegociable de la democracia y los derechos humanos.

VER PUBLICACIÓN EN: 

17 julio, 2011

MARÍA CORINA MACHADO SUFRE EL MACHISMO DE SU PROPIA GENTE


Por: Jesús Silva R.

Como estudioso del feminismo y militante de la igualdad de género no haré distingo en mi tratamiento respetuoso y constructivo hacia la mujer, cualesquiera que fueren sus ideas políticas a favor o en contra de una sociedad igualitaria.

Con mi postura pretendo generar una reacción de racionalidad en las mujeres y hombres que perteneciendo a las filas de la oposición, hoy cuestionan la inteligencia o capacidad de María Corina Machado Parisca por motivos basados en su condición de mujer, en vez de formularle observaciones decentes en el ámbito de las ideologías o de la eficiencia gerencial (para quienes así lo prefieran).

Ocurre que la salida al ruedo como precandidata presidencial de esta diputada a la Asamblea Nacional no debería ser sorpresa para opositores ni chavistas, si se tiene en cuenta que un requisito fundamental para aspirar a tan alto cargo es poseer suficiente notoriedad a nivel nacional y no cabe duda que desde que la organización SUMATE apareció en el escenario político electoral, la figura de María Corina adquirió un papel protagónico en el oposicionismo venezolano.

Desde entonces, para el ala más radical del antichavismo, ella ha sido una referencia obligatoria, pues en su discurso sobresalen las estridentes y polémicas denuncias anticomunistas, las presuntas prácticas totalitaristas, la falta de división de poderes y por si fuera poco: la existencia de presos, perseguidos y segregados políticos. Ciertamente al identificar a quien, para bien o para mal, jamás hará favores al diálogo conciliador o la despolarización política, sin duda María Corina es el máximo símbolo.

En ese contexto de radicalismo, ninguna conducta pudiera resultar inesperada en una figura que jamás ha ocultado sus pretensiones de volar muy alto en la política nacional, sobre todo desde que se convirtió en la primera dirigente oposicionista en reunirse oficialmente con un presidente estadounidense (George W. Bush) y que parece exhibir como principales credenciales: juventud, talento y arraigo en la nueva derecha venezolana.

Sin embargo, para nadie es un secreto que los representantes de la vieja elite de la llamada Cuarta República harán cualquier cosa por eternizarse como la única alternativa electoral de la oposición venezolana, de allí que personajes con más de medio siglo de vida partidista como Eduardo Fernández (ya una vez candidato hace 23 años), Henry Ramos Allup, César Pérez Vivas y Antonio Ledezma hayan revelado sus actuales deseos de alcanzar el Palacio de Miraflores.


Para el triunfo de los viejos dirigentes, necesario ha sido bloquear a los talentos emergentes, entre los que notablemente destaca María Corina, de allí que en una primera evaluación a las reacciones de la denominada sociedad civil a su lanzamiento como competidora a las primarias de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la infeliz sorpresa sea la gran cantidad de mensajes machistas y sexistas que irrespetan a esta dama.

De modo preocupante, María Corina Machado no estaría siendo calificada por su carisma, su formación profesional o su coraje, tal como aparentemente se ha hecho con sus contrincantes masculinos en la MUD, sino que se le ataca con una serie de chistes y burlas patriarcales (todas verificables en Twitter) que la exhiben simplemente como la nueva Irene Sáez (la atractiva y bella dama de alta sociedad pero supuestamente nula en inteligencia), todo lo cual encuadra en una visión organocéntrica y cosificadora del universo que luce demasiado primitiva y salvaje para la avanzada Teoría de la Igualdad de Género y el Feminismo en el siglo XXI.

Hoy los y las machistas en la oposición le dan un pésimo ejemplo al pueblo de Venezuela.

VER PUBLICACIÓN EN:


07 julio, 2011

POLÍTICA CIENTÍFICA PARA IMPEDIR UNA GUERRA CIVIL EN VENEZUELA


Por: Jesús Silva R.


La política científica como instrumento para impedir una guerra civil en Venezuela


Sobre el fascismo de derecha

Existe una conducta fascista cuando el individuo pretende imponer sus ideas personales o grupales por cualquier vía, incluso el desprecio o la violación de los derechos humanos de las personas que piensan distinto. En este marco se aprecian el pensamiento facista y la acción fascista, pues hay quienes en uso indebido de las ventajas de la revolución tecnológica comunicacional, difunden masivamente ideas de odio y crueldad como por ejemplo celebraciones en Twitter ante la penosa enfermedad actualmente padecida por el Presidente Hugo Chávez.  

No me cabe la menor duda que muchos de esos escritores de twitter, que han expresado que la enfermedad de Chávez es un acto de "merecida justicia divina", han perdido desde hace tiempo la más mínima noción de convivencia humana, respeto o tolerancia hacia quienes legítimamente opinamos distinto. He allí la peligrosidad de la ideología fascista, capaz de festejar (y en una etapa agravada, propiciar) contra el adversario, la muerte, la lesión, la enfermedad, el agravio, el infortunio o cualquier suerte de calamidad, con el pretexto de una confrontación política (mañana puede ser también racial, religiosa, social o de género).

Simplemente, el fascista es un individuo al que gradualmente se le ha ido separando de su elemental conciencia como ser social que requiere de la convivencia en la diversidad; ya que precisamente el adoctrinamiento y la propaganda sistemáticos le han convencido de que vive bajo la amenaza de un enemigo violento y alevoso (que en realidad no existe), razón por la cual es fundamental matenerse alerta y preparado para defenderse contra la inminente agresión; y mucho mejor si se ataca primero (justificación de la agresión preventiva). 

Tristemente el adoctrinamiento fascista ha sido irradiado sobre nuestra población, especialmente la clase media de la cual forma parte quien suscribe, desde los influyentes medios de comunicación privados. Ellos, valiéndose de artilugios infinitamente diversos (imágenes, sonidos, narrativas sensacionalistas, guiones impactantes, etc), han fomentado el surgimiento de una Venezuela bipolar (divida en dos polos), ya no la clase patronal y la clase trabajadora, sino los chavistas y los antichavistas. 

La locura que contiene esa división se demuestra en su carácter meramente psicoemocional, ya que ser antichavista no implica pertenecer a una determinada clase social con intereses propios (por ejemplo los obreros o los campesinos, etc), sino que la televisión fascistoide y aspirante a designar a un nuevo Presidente de la República, le hace creer a un albañil (explotado) que sus intereses son iguales a los del empresario (explotador) de la construcción, sólo por el hecho de que ambos tienen antipatía hacia Hugo Chávez (el presunto culpable de todas las desgracias nacionales).  

Es evidente que semejante ficción le conviene a la clase empresarial explotadora, pues con el juego de "chavistas versus antichavistas" es posible invisibilizar las reales confrontaciones de la sociedad, y entre tales, la principal contradicción es: Capital versus Trabajo. Sin embargo, en el libreto que los predicadores del fascismo han aplicado a Venezuela, la conflictividad se limita a una especie de juego de beisbol, es decir, caraquistas contra magallaneros; evidentemente una división fantasiosa basada en antipatías desquiciadas y no en las reales desigualdades socioeconómicas que enferman a nuestra población. 


Sobre el fascismo de izquierda

Preocupante es también que exista un fascismo de izquierda, el cual pretende chantajearnos como promotores del diálogo nacional, pues confundiendo la lucha democrática (nuestro tiempo presente) con una guerra civil (indeseable posibilidad futura), se nos amenaza y se nos condena si nos atrevemos a cruzar palabra con factores oposicionistas. Increíblemente se nos pretende prohibir hasta sociabilizar desde la fría, impersonal, distante y antiséptica ubicación del Twitter; además de que no exagero al afirmar que se nos advierte que seremos degradados, crucificados, cuanto menos llevados al Xanedrin de los impíos del siglo XXI por la supuesta grave falta. Entonces estoy condenado porque ya alguna vez me retuiteó María Corina. 


Tres líneas de obligatoria reflexión

Ante la irracionalidad que invade a mucha gente (no toda) en los dos polos que se han instalado en Venezuela, necesario es advertir: 

1) A la oposición: Es necesario construir un país suficientemente ético y responsable para asumir que los gobiernos solamente se modifican a través de la fuerza de los votos, y ello hace moralmente inaceptable (e inclusive criminal) el deseo de que un Presidente contraiga una enfermedad fatal como mecanismo para abreviar su mandato. Si se instituye la muerte como salida válida para apartar a los adversarios, es seguro que estos empezarán a experimentar el mismo deseo criminal; entonces (cumplida la antesala del pensamiento fascista) rápidamente llegaremos a la fase de la acción fascista, lo cual se traduce en: desintegración de la sociedad, guerra civil y destrucción de la república.  

2) Al chavismo: Si admitimos que una demostración de "radicalismo revolucionario" es cortar cualquier comunicación con la "oposición fascista",  estaríamos incurriendo en un grave acto de incapacidad (inmadurez) política. Primero, por la errónea interpretación de la realidad (equívoca caracterización del escenario), ya que al imaginar que todo opositor es un fascista, estamos apreciando un panorama en "blanco y negro", ignorando los matices de las preferencias políticas y que si bien es cierto que se ha comprobado la existencia de más de cinco millones de electores opositores, en Venezuela no hay cinco millones de fascistas. 

Adicionalmente, tengo la convicción plena de que un escenario de irracional polarización (aquel de un país artificialmente divido por la mitad) donde no exista mínima comunicación entre los polos, es lo que más le conviene a quienes hoy en Venezuela apuestan por el estallido de una guerra civil. Desde ya advierto que sin diálogo, sin espacios de debate ciudadano, si mecanismos para crear entendimiento ni instrumentos para promover la tolerancia por encima de las discrepancias, es obvio que estaríamos cerrando el camino para la solución pacífica de los conflictos.  

En tal sentido, la historia inequívocamente ha demostrado que al cerrarse las vías pacíficas, se abren las vías violentas; de modo que no contribuiremos con las ambiciones de los falsos radicales ni seremos cómplices de una política incorrecta e irresponsable que nos conduzca al exterminio entre venezolanos. Si para criterio de algunos autoproclamados "radicales", la visión aquí descrita pareciera un reformismo, entonces abandónese el actual esquema electoral y regrésese al formato de las revoluciones violentas del siglo pasado; suspéndase la cohabitación y diálogo con Colombia (y demás gobiernos pro imperialistas) y reanúdense las anteriores hostilidades... Entonces veremos los resultados de esa "política" radical. 


3) Nuestro papel en la historia: No somos imparciales, nuestra tesis es explícita y frontal, quien suscribe desde siempre ha abrazado la causa de la sociedad sin clases y la liberación del trabajo frente al capital. Por ello condenamos categoricamente la falsedad de quienes señalan que la actuación reflexiva, dialéctica, concienzuda y divorciada de dogmas o actitudes frenéticas, implica de alguna manera una inconsistencia en nuestras convicciones sociales y de justicia.  

Consideramos que la madurez política implica saber distinguir entre los intereses y las posiciones. La debida subsunción de la realidad social en nuestra teoría marxista nos revela que vivimos la época de construir "nuevas mayorías", de allí que ejercitemos rigurosamente una política científica, basada en neuronas y no en hormonas; pues sólo el acierto garantizará la victoria. 

"Las personas se distinguen por sus capacidades y las capacidades por sus obras".


VER PUBLICACIÓN EN: