31 mayo, 2011

SUEÑAN CON UN BLOQUEO CONTRA PDVSA


Jesús Silva R.

Encontrándonos en una etapa de estudio detallado sobre las repercusiones de la medida sancionatoria anunciada por el Gobierno Estadounidense contra la principal industria de Venezuela (PDVSA), desde ya preocupa la matriz de opinión generada por los adversarios al proceso político vigente. 

Ciertamente frente a un problema que abarca el interés colectivo de la nación a partir de una agresión comercial extranjera cuya magnitud económica es comprometedora, lo ético y razonable es que se produzca una unánime manifestación de alerta y rechazo de todo el estamento político nacional contra el mencionado ataque estadounidense. 

No obstante, esa legítima aspiración ha sido desafortunadamente desvirtuada por la fuerza de los acontecimientos: primero, mediante el disenso del bloque parlamentario oposicionista frente al pronunciamiento de la Asamblea Nacional en repudio a la sanción comercial norteamericana; y segundo: a través del tratamiento mediático banalizador que las agencias privadas de comunicación venezolanas le han conferido a este tema. 

Del escenario sometido a nuestra evaluación, integralmente estudiado, cualesquiera que fueren las especificaciones del eventual daño económico ocasionado por el ataque extranjero; resulta indiscutible el despliegue de una campaña ideopolítica oposicionista que en forma inescrupulosa pretende fracturar nuestra unidad nacional. En efecto cuando la dirigencia política opositora justifica, aplaude y trivializa este bloqueo gringo contra Venezuela es evidente que le brinda prioridad a su interés electoral propagandístico como grupo aspirante a la Presidencia de la República antes que atender su deber nacionalista de sumarse a la defensa categórica de nuestro pueblo frente a una grave agresión extranjera. 

No cabe duda que la construcción de un consenso nacional que valore debidamente la gravedad de la situación planteada, y que a partir de ello, eleve la conciencia nacionalista y patriótica en la abrumadora mayoría de nuestro pueblo, es una tarea que no se cumplirá de modo espontáneo, menos aun ante la acción tergisversadora de la propaganda oposicionista. 

Por lo tanto, ese anhelado y necesario consenso será principalmente el producto dialéctico de la acción ideopolítica amplia, inclusiva y unitaria de la dirigencia revolucionaria en benefico de la integridad nacional, el fortalecimiento del estratégico polo patriótico y del llamado a todos los sectores sociales para crear conciencia contra los peligros que enfrentamos, solo así se logrará consolidar el prestigio y la popularidad de nuestra digna Revolución Bolivariana con miras al trascendental desafío electoral del próximo año.

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21 mayo, 2011

COLOMBIA Y NUESTRA RUTA ELECTORAL


Por: Jesús Silva R.

Promover relaciones de respeto con los gobiernos del mundo, incluso los ideologicamente distintos, es el deber elemental de cualquier Jefe de Estado que actúe responsablemente en defensa del interés de paz del pueblo que lo eligió. Sin embargo, desde 1999 ha sido Washington quien más desestima la doctrina pacifista y estimula discrepancias diplomáticas entre Colombia y Venezuela para desestabilizar nuestra democracia popular, tal como se evidenció en la declarada intención de instalar bases militares en aquel país. 

La Casa Blanca sabe que su apoyo a la burguesía de nuestro vecino es el principal instrumento de injerencia gringa en América del Sur, además de favorecer la continuación del Estado burgués colombiano, el ataque despiadado a los camaradas insurgentes y el debilitamiento del Polo Democrático que en 2010 logró la mitad de la votación alcanzada en los comicios presidenciales de 2006. 

Por ello, la democracia criolla, menos estable que la colombiana (dado el asedio de factores internos y externos que operan con aquiescencia del State Department) debe demostrar a la comunidad mundial que el Gobierno Bolivariano es el máximo promotor de la paz y que el belicismo no forma parte de su agenda. Hoy cualquier concesión al radicalismo dogmático, a la ortodoxia o al aventurerismo de izquierda sería caer en la trampa de una confrontación internacional que malograría fatalmente la ruta pacífica hacia las reñidas elecciones (2012) que decidirán el porvenir de la patria. 

14 mayo, 2011

LEY PARA LA ELIMINACIÓN DE LA IMPUNIDAD DEL PERÍODO 1958-1998


Jesús Silva R. 

Porque vivimos la primera revolución popular de nuestra historia, obligatorio es defenderla, depurarla y gestionar honestamente la unidad política que nos garantice el estratégico triunfo electoral para el año 2012 en función de mantener las garantías constitucionales y el avance de la igualdad social.

Como abogado de la comisión especial designada por el Presidente de la Asamblea Nacional Fernando Soto Rojas, para la elaboración de una ley para la eliminación de la impunidad por la violación de derechos humanos en el período 1958-1998, doy testimonio sobre la tremenda importancia de impedir el regreso de ese régimen fascista que, además de empobrecer al pueblo, aplicó el Terrorismo de Estado contra los disidentes políticos mediante miles de asesinatos, torturas, desapariciones forzadas, privación de libertad sin debido proceso y segregación.

Colocados en un tránsito histórico y decisivo de la vida nacional, nuestros aliados deben entender que toda revolución tiene fallas y aunque la crítica sea fundamental, jamás puede olvidarse la prudencia sobre la forma de lo que se plantea, ya que de lo contrario se contribuye con el enemigo burgués para que menoscabe la reputación de nuestro movimiento y se facilita el retorno del brutal sistema represivo que ya conocemos.

Cuando se visitan medios de comunicación de la burguesía golpista para enrostrarle a la Revolución Bolivariana sus probables errores, el sólo hecho de manifestarse desde esa tribuna antipopular niega la autenticidad del alegato. En efecto, creyendo aprovecharse de los medios, algunos aliados han sido utilizados por la oposición.


08 mayo, 2011

LOS FAVORES DE OSAMA BIN LADEN


Por: Jesús Silva R.

Un once de septiembre de 2001 el mundo presenció atónito el derrumbe de las torres del World Trade Center en Nueva York y horas más tarde George W. Bush convirtió al presunto autor del hecho, Osama Bin Laden, en el hombre más famoso y buscado del planeta.

Tuvo que pasar casi una década para que el gobierno estadounidense proclamara la eliminación del autor del mayor crimen contra ese país en toda su historia (peor que el ataque a Pearl Harbor), sin embargo para quienes desconfían de Washington, subsisten dudas sobre lo sucedido.

No pocos especializados analistas han afirmado que todo se debió a una demolición controlada mediante explosivos colocados al interior de las torres, es decir, un auto-ataque para justificar la campaña antiterrorista global y el saqueo a pueblos del Oriente Medio cuyo único pecado ha sido su riqueza petrolera.

Con menos votos populares que su rival Albert Gore y luego de semanas de disputa judicial, el recién nombrado Presidente Bush experimentaba bajísima popularidad, no obstante su célebre declaración: “Están con nosotros o están con los terroristas” lo elevó a la condición de gran líder chauvinista capaz de manipular a un sufrido pueblo hacia el odio y la venganza contra enemigos ficticios: Antes los comunistas, luego los árabes.

Este año el asesinato de Bin Laden es para el histriónico mandatario ganador del Premio Nobel (Obama) un trofeo para revivirlo electoralmente y el pretexto para extender su guerra contra “autócratas y terroristas” aunque ello siga ocasionando la muerte de millones de indefensos civiles.


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http://www.aporrea.org/tiburon/a123304.html