30 abril, 2011

EL SOCIALISMO HA TENIDO HIPÓCRITAS


Por: Jesús Silva R.

La toma del poder sobre los medios de producción por parte de la clase trabajadora ha sido siempre el eje central del socialismo científico. La historia del mundo atestigua que la omisión de esta estratégica tarea, consagró como pseudorevolucionarios a tantos partidos que con el adjetivo "socialista" en sus siglas (algunos ejerciendo el gobierno de sus países), han hecho el triste papel de sostenes del capitalismo.

Desde naciones profundamente disímiles entre sí, como España y Suecia, pasando por el polémico Estado de Israel, hasta llegar a las no menos dispares Italia y Francia, ya alguna vez se ha invocado el socialismo como doctrina orientadora de sus regímenes; sin embargo no en pocos casos, esto ha resultado una declaración de nobles intenciones antes que la construcción de la sociedad de Marx.

Ni la ciencia revolucionaria, ni los intelectuales progresistas y menos aun los pueblos, somos culpables de que durante décadas (sobre todo después de la Perestroika) muchas vanguardias reformistas hayan manoseado la bandera del socialismo para ganarse el favoritismo de las multitudes y más tarde traicionarlas.

 La joven Revolución Bolivariana, proceso que valientemente lucha por erradicar el pasado e instaurar lo nuevo, nos reclama confrontar a oportunistas y conservadores que dentro de nuestras filas impiden la unidad sindical, la industrialización como modelo económico principal, la abolición del burocratismo y la consolidación de un auténtico partido de masas cuya generación de nuevos cuadros haga irreversible la transición socialista.


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http://www.aporrea.org/actualidad/a122795.html

23 abril, 2011

La Historia de Los Conejos para entender la Economía


Autor: Jesús Silva R.

..."La leyenda de los conejos" como introducción al estudio de la plusvalía, la industrialización y la propiedad privada en el capitalismo.

...He querido desentrañar para mis estudiantes (politólogos, internacionalistas, etc), un asunto fundamental en la economía política y motivo primordial de las desigualdades sociales que por miles de años han perturbado a la humanidad. 


Por esto, desde la cátedra universitaria y procurando una forma pedagógica para explicar el tema de cómo el empresario se apodera de los valores generados por los trabajadores, fue que recurrí al relato de los conejos y de este modo ilustrar con ejemplos muy claros que los grandes problemas de la sociedad comenzaron a partir de que las personas dejaron de vivir del producto del trabajo propio y desarrollaron relaciones que les permitieron apropiarse del trabajo de los demás. 


Desde la perspectiva de la historia de las doctrinas económicas, asignatura que involucra a abogados, internacionalistas, sociólogos, politólogos, economistas e investigadores en general, habida cuenta que su fin principal es identificar los modos y relaciones de producción que han existido en el mundo; todo comienza con el comunismo primitivo, vale decir, aquella sociedad precaria donde cada quien resolvía su subsistencia mediante la caza, la pesca y la recolección de frutas. 


Años más tarde, como resultado del razonamiento y la experimentación, la especie humana comprendió que aquellas actividades podían efectuarse con mayor eficacia y eficiencia si se adoptaba un esquema de asociación, verbigracia, un grupo de treinta cazadores que actuando en unión, lograban capturar más animales en el bosque, en comparación a la caza individual, donde más de una vez un cazador terminaba su faena con las manos vacías. 


De esta primera fase de la historia se deduce la explicación científica de la industrialización, como el mejor modelo posible para la producción de bienes; pues entre más fuerza humana de trabajo se incorpore a un mismo proceso productivo, mayor será la cuantía de lo generado, menor será el esfuerzo que requerirá desplegar cada individuo en el proceso, se reducirán los gastos de tiempo y de recursos en la realización de los productos, y se fortalecerá la destreza de la técnica industrial pues siempre la concertación entre muchos es más provechosa que el despliegue individual de sujetos dispersos o separados. 


Hasta este punto, la concertación, mancomunidad y asociación entre cazadores elevó la calidad de vida de la comunidad de aquella remota época; y los conflictos sociales irrumpen en la escena a partir de la modificación de las relaciones de propiedad. Es entonces cuando aparece la leyenda de los conejos, cuando en una comunidad de cazadores donde en principio regía una fraternal asociación entre seres humanos con iguales derechos y obligaciones, ocurrió que un cazador procedente de una comunidad vecina ofreció a sus colegas el uso de unas lanzas que les facilitarían la caza de conejos muy escurridizos.


Lo más perverso de esta historia se devela en la propuesta del cazador forastero a los miembros de la comunidad: "Yo presto 30 lanzas a 30 cazadores, mis lanzas les garantizarán que cada vez que salgan a cazar, cada uno de ustedes vendrá con su conejo y nunca más pasarán un día sin comer ni malgastarán esfuerzos en el bosque durante horas persiguiendo a esos escurridizos y veloces animales". Al instante todos aplaudieron de alegría, agradeciendo el "favor" que este forastero aparentemente le hacía a la comunidad. Durante los primeros meses de la cacería con lanzas, todos fueron felices, todos lograban satisfacer sus necesidades de manera relativamente fácil debido a este valioso aporte tecnológico. 


Sin embargo en una tarde imprevisible, un "desadaptado social" (bajo el nombre de revolucionarios, socialistas o comunistas, los hubo y los habrá siempre en la historia humana) protestó: "Ustedes andan felices porque ahora trabajan menos y comen más desde que este hombre forastero les trajo estas lanzas, sin embargo no se dan cuenta que diariamente por cada conejo cazado, ustedes aceptan entregarle la mitad de cada conejo (medio conejo). Dicen que esto está bien porque las lanzas le pertenecen a él y se han comprometido a agradecerle por el resto de sus vidas el supuesto favor que este hombre les ha hecho. 


Lo que ocurre es que vuestros estómagos estando llenos les impiden razonar que ustedes mantienen a este hombre que no trabaja, no practica nunca la cacería, y mediante el engaño de las lanzas él se ha vuelto el eterno dueño de ustedes y de su fuerza de trabajo. Les pregunto: ¿Es que acaso solamente las lanzas de este reyezuelo tienen valor y vuestro trabajo en la diaria cacería no vale nada; Cuántos centenares más de conejos deberán ustedes cazar para pagar el valor de las lanzas que este hombre les ha dado, es que ese precio es infinito. Están ustedes dispuestos a renunciar para siempre a vuestro derecho de ser los propietarios de la suma total de sus esfuerzos?" 


Al final de mi narración, aconteció lo más interesante. Uno de mis estudiantes cuyo nombre no revelaré (por petición de él mismo) se me acercó para decirme: "Profesor, no me gusta el gobierno de Chávez, sin embargo creo que la historia de los conejos es aplicable a la situación actual, esto que usted narra sucede en las empresas, porque los dueños son los jefes y los empleados son sólo asalariados. ¿Es esto lo que usted llama la explotación del hombre por el hombre? ¿Es esto lo que ha calificado como el abuso de la propiedad privada?


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16 abril, 2011

AUMENTO SALARIAL Y DERECHO LABORAL


Por: Jesús Silva R.

Defender consecuentemente a la clase trabajadora implica la comprensión general de sus intereses, fortalezas y debilidades ante la contradicción del capital y el trabajo en el contexto histórico de una revolución popular que apunta hacia la inclusión social y el establecimiento del socialismo bolivariano.

 Por ello, en avance hacia una economía cuyo eje sea la propiedad social, urge promover una amplia política de empoderamiento proletario cuyo contenido esencial se distinga de las reivindicaciones aisladas que en corto plazo terminan siendo devoradas por el régimen capitalista. A la vez que estimamos el carácter loable de los aumentos salariales, advertimos que estos deben ser acompañados por un plan de protección integral de los derechos económicos y sociales de los trabajadores. 

Dicho plan implica el deber de legislar y ejecutar acciones gubernamentales que obliguen al empresariado privado (que hoy juega al populismo) a que destine un porcentaje de sus ganancias a un nuevo sistema público de fondos para vivienda, seguridad social, salud, alimentación y educación de este importante segmento de la sociedad. 

Sépase que los intentos de tabuladores mágicos para el aumento salarial han sido inútiles para enfrentar la inflación fomentada por la especulación capitalista. De allí que se justifique extraer parte de la plusvalía acumulada por la burguesía explotadora y reconducirla como contribución económica al plan general de políticas sociales del "buen vivir", para garantizarle al pueblo la progresividad de sus derechos y una vida digna.

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09 abril, 2011

EL SOCIALISMO ES NUESTRA CIENCIA

 

Por: Jesús Silva R.

Según la Real Academia Española, ciencia es:  "Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales".
 

 Sostenemos que el socialismo es una teoría científica porque demuestra que las relaciones de las personas en la economía, determina su clase social e impone la conciencia y la conducta en la lucha (de clases) para la supervivencia histórica.
 

Sirviéndonos de la metáfora, afirmamos que el socialismo no representa la medicina de todas las enfermedades, sino el laboratorio que genera infinitas fórmulas de sanación a partir de rigurosos diagnósticos sobre el heterogéneo universo de las patologías humanas; y es esta cosmovisión dialéctica la diferencia entre los científicos marxistas y otros epistemólogos.
 

La frecuente asunción de "verdades" sin respaldo material ni método definido que las explique en un contexto global, es un antiquísimo vicio de empiristas (palpan pero no razonan) y dogmáticos (creen razonar más allá de lo palpado) que en el pasado condujo a importantes destacamentos revolucionarios a los abismos del subjetivismo, la intuición y retórica laxa.


Prágmaticos, metafísicos y eclécticos del pensamiento (anticomunistas todos) aun pregonan en el siglo XXI que un acuerdo entre explotadores y explotados restituirá la serenidad de la nación y por esto conviene aplicar un "bypass" a la contradicción social del capital y el trabajo. Quizá sea su divorcio de la ciencia lo que les impida darnos el por qué de su frenética postura.

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02 abril, 2011

DERECHO CONSTITUCIONAL PARA EL SOCIALISMO


Por: Jesús Silva R.

América Latina experimenta en la actualidad el favorable desarrollo de una doctrina constitucional basada en la supremacía de la soberanía popular. Ella ha inspirado procesos constituyentes en repúblicas hermanas donde la modificación del Texto Jurídico Fundamental ha permitido sentar las bases para el modelo de Estado Social en el que Venezuela es vanguardia.

Sin embargo, el Eurocentrismo que aun reina en casi todas nuestras facultades de Derecho, induce a profesores e investigadores a mirar sólo hacia Occidente (EE.UU y las potencias europeas) como fuente de los más importantes avances constitucionales inherentes a la democracia liberal.

Para su triunfo, la Revolución Bolivariana debe derrotar el mito de las maravillas del "primer mundo" y desempolvar valiosos principios como los que residen en el Derecho Constitucional Soviético (antes de la decadente Perestroika) pues estos aun en el presente, expresan un carácter sorprendentemente revolucionario.

Inmersos en el estudio científico exhaustivo de este bloque del Constitucionalismo, que a su vez representa un requisito obligatorio para la formación jurídica y política de los socialistas del siglo XXI, apreciamos el desarrollo de las cuatro Constituciones de la URSS (principalmente la de 1936). De allí resalta la propiedad personal, la igualdad de género, la diversidad cultural, la plurinacionalidad y en cuanto al hecho social del Trabajo: la jornada de 6 y 7 horas, así como el buen precepto (Art. 12) que en nuestro país los adecos pervirtieron: "el que no trabaja no come".