Existe una crisis del poder legislativo que requiere una solución política antes que una acción jurídica penal. Hay una directiva de la Asamblea Nacional encabezada por el diputado Luis Parra y otra por el opositor Juan Guaidó.
Ambas son políticamente controversiales y dificultan el nombramiento armónico de un Consejo Nacional Electoral. Venezuela necesita urgentemente un nuevo CNE y no sólo para elecciones parlamentarias, hay otras muy importantes que se pudieran pactar. Mi propuesta es que se hagan elecciones parlamentarias cuanto antes.
Nótese que la junta directiva de Parra, con sede en el palacio legislativo, tiene en su contra un importante número de diputados que dicen ser mayoría parlamentaria. La prensa opositora manifiesta que son cien legisladores los que apoyan la reelección de Guaidó, una cifra que deberá aclararse porque votos a través de Skype no son válidos y así lo confirmó el TSJ.
Por otro lado, la directiva ambulante encabezada por Guaidó no fue designada dentro del mencionado palacio, por lo cual le falta cumplir con la Constitución en este punto, habida cuenta que el acto efectuado en la sede del periódico El Nacional no subsana la irregularidad.
Están por verse las posibilidades de que Guaidó pueda cambiar la situación a su favor pues si entra a una sesión legislativa y propone repetir la conformación de la Junta Directiva, el Presidente parlamentario en funciones, Luis Parra, lo puede declarar fuera de orden y rechazar su petición. Esto es perfectamente legal.
Además, se percibe resignación en el entorno de Guaidó, tanto así que se ha anunciado públicamente su separación del partido que lo formó, Voluntad Popular. Esto acontece en un escenario no aclarado suficientemente y que más bien hace pensar que Leopoldo López, máximo jefe de VP, ya no necesita políticamente a Guaidó. En cambio que el desplazado Juan ahora es cuando más necesita a Leo.
Ahora bien, independientemente de cuál de los dos bloques parlamentarios tiene la auténtica mayoría numérica, lo urgente es crear condiciones mínimas para designar el nuevo CNE que enrumbe al país hacia un mejor escenario de convivencia entre chavismo y oposición, con distribución democrática del poder político, consenso político para negociar el cese de las devastadoras sanciones de Estados Unidos y paz que propicie un golpe de timón en lo económico a fin de favorecer a todos los venezolanos.
Con nuevo CNE y nueva Asamblea Nacional elegida libremente por el pueblo, ya en la condición de exdiputados, Guaidó y otros enfrentarán procesos legales por presuntos delitos de traición a la Patria, rebelión, corrupción, entre otros, siempre garantizando a los imputados el debido proceso, el derecho a la defensa y todas las garantías previstas en la Constitución.
Esto será un conveniente mensaje para la comunidad internacional, para expresar que en Venezuela no se usan los procesos penales como herramienta de retaliación política.
Con este artículo me deslindo de sujetos radicales que reclaman encarcelar inmediatamente al presidente de la Asamblea Nacional del año 2019, por lo tanto, basado en mi convicción democrática, digo: hoy no metan preso a Guaidó.