Jesús Silva R.
Por primera vez Venezuela llegaba a la final de un torneo mundial de deporte por equipo. Y lo hacía en el fútbol, que aunque fuera en categoría sub 20, sigue siendo la disciplina con más fanáticos en el planeta.
Le tocó enfrentar a los que inventaron este juego: los ingleses. Desde el pitazo inicial nuestros rivales se mostraron explosivos y veloces con un ataque constante, mientras que nuestros chicos permanecieron muy cerca de su propio arco.
Un tiro libre vinotinto desde treinta metros que se estrelló en el palo de la portería británica no pudo ocultar quién dominó el primer tiempo. Luego de varios ataques, merecidamente Inglaterra marcó el primer gol. Sólo a pelota quieta pudo una vez Peñaranda inquietar al guardameta rival.
Dudamel y sus pupilos parecían disminuidos por la inmensidad histórica del escenario finalista y la excesiva timidez del equipo criollo nos alertaba de un desenlace no feliz.
Ya en el segundo tiempo, el mismo libreto, los ingleses con gran ventaja en la posesión del balón y creando ocasiones para anotar el segundo tanto. Esta vez ellos estrellaron la pelota contra nuestro arco buscando sentenciar el partido.
La sistemática ofensiva inglesa seguía implacable. Mientras que Dudamel parecía haber planificado un juego para el sufrimiento de una vinotinto muy replegada que sólo podría empatar con un milagroso tiro libre.
Los minutos avanzaban y nuestra falta de asociación para ir al ataque nos condenaba a un amargo resultado. Dudamel no hacía cambios desde la banca.
Llegó el milagro. Inesperadamente ocurrió un penalti a nuestro favor pero Peñaranda, que quiso pero no pudo ser el Maradona del 86, falló en la ejecución con tiro al centro. Para un equipo que había atacado poco, errar una opción así era la muerte.
Ya en los últimos minutos y con más ganas que fútbol, Venezuela desesperada se fue a un ataque totalmente desordenado. Los ingleses resistieron con disciplina hasta el minuto final.
No pudimos cerrar con broche de oro la heroica actuación en esta copa del balompié juvenil.
Llora la Patria pero se va con la cabeza en alto. Honor y gloria a nuestros muchachos.
Venezuela subcampeón mundial.