Jesús Silva R.
En un inesperado y triste video, el joven estudiante Yibram, hijo de Tarek William Saab, declara contra la actuación de su padre, el Defensor del Pueblo, y le exige actuar correctamente frente a la supuesta violación de derechos humanos que sufren los manifestantes "pacíficos" de la oposición.
En ese mismo video que ya cuenta con casi un millón de visitas, Yibram se refiere a la ruptura del hilo constitucional y al presunto uso brutal de gases de la GNB contra quienes protestan en la calle; dramáticamente advierte que él mismo pudo ser una víctima fatal porque está participando en esas protestas contra el gobierno.
No cabe duda que para la oposición es "un trofeo de guerra" este video del hijo del Defensor del Pueblo. Así lo manifestó el hijo del Presidente Nicolás Maduro en una carta que le dirigió públicamente a Yibran, con quien dice que compartió momentos de la infancia.
Ciertamente en una confrontación política radical como la que vive Venezuela, donde las bases de la convivencia nacional han sido severamente heridas por el terrorismo callejero y la instigación al odio, este video le dará la vuelta al mundo queriendo golpear la reputación de los revolucionarios frente a todo aquel que aprecia la institución de la familia como célula fundamental de la sociedad.
Como siempre, los propagandistas al servicio de la oposición pretenderán hacer ver que un caso aislado significa una verdad o símbolo universal y absoluta, es decir, si el hijo de un alto funcionario contradice a su padre eso quiere decir que toda la revolución es un fracaso, que el Estado de Derecho en Venezuela está podrido, que las familias chavistas están destruidas, que hay una dictadura extrema al punto de que hasta los hijos de los "enchufados" no aguantan más el desastre y elevan un grito de protesta pública aunque ello signifique perder privilegios personales y familiares.
Ante estos hechos, sólo me queda una reflexión final desde la sensibilidad que me permite mi doble condición, como hijo de un revolucionario y como padre revolucionario. Pero sobre todo hablo esencialmente como ser humano:
Los hijos no siempre tienen que pensar como los padres, en mi caso mi padre nunca me inculcó una ideología, fue su ejemplo de solidaridad infinita con la gente humilde lo que me motivó a descubrir que esa conducta amorosa para él se llamaba comunismo (llámenlo ahora socialismo del siglo XXI, para mi es una misma esencia).
Mi padre Jesús Silva Alfonzo (un maturinés comunista, guerrillero de las FALN y preso político por varios años en el cuartel San Carlos) sembró con el ejemplo un inmenso e irreversible amor en mi que hoy sobrevive a su desaparición física, en el presente yo como padre no inculco doctrinas a mis hijos, solamente doy ejemplo con mi vida pública y privada, y aspiro ver germinar libremente la semilla del humanismo revolucionario en mi descendencia.
Sin yo buscarlo hoy mi hijo de 4 años ya me habla emocionado de Chávez, de Maduro, de Fidel y de la Revolución. Me sorprende lo mucho que sabe y me recuerda que como él yo también fui un niño precoz interesado en la política. "Lo que se hereda no se hurta" decía mi abuela católica Kika. Mi hijo es mi seguidor número uno en la televisión y me comenta cada vez que me ve en pantalla.
Como marxista, soy muy protector y discreto sobre mi vida familiar pero hoy revelo estos detalles solamente para explicar que en la vida hay opciones, padres e hijos pueden encontrarse ideológicamente o no, que ello ocurra o deje de ocurrir, no nos califica o descalifica ni como padres ni como hijos. Ni culpas deben surgir por lo que en ese plano suceda pues la conciencia individual adulta es libre y vivimos en una democracia donde la gente escoge. (Conozco fascistas que son hijos de intachables padres comunistas).
Ahora bien, otra cosa es que entre padre e hijo, se produzca una contradicción interna y que uno de ellos la exponga al conocimiento público, a sabiendas que causa daño. Es notorio que el país vive una situación de pre guerra, y que dicho video dará armas a enemigos inescrupulosos para lastimar a la familia involucrada y a todo un país; por lo tanto tal declaración es un acto de ingenuidad peligrosa (en el mejor de los casos) o de intencional desprecio hacia la lealtad familiar.
Lo correcto es que si mi padre se equivoca, lo hablamos él y yo, más nadie. Basado en la segunda hipótesis es donde introspectivamente el padre como educador debe revisarse. Verse al espejo y preguntarse: Parezco yo un padre serio y ejemplar.
¿De dónde nace el desprecio de un hijo a la lealtad que debe brindar a su padre y la decisión de someterlo al escarnio público? Amor y control, dice una canción de Ruben Blades sobre la manera ideal de criar a nuestros hijos.
El siglo XXI está lleno de factores que corrompen a la familia como alto porcentaje de divorcio, maridos que golpean a sus mujeres, hijos resentidos porque crecen separados de sus padres; además una sociedad mercantilista que proyecta antivalores como metrosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, extravagancias estéticas, misoginia, alcoholismo, drogadicción y la lista sigue.
Ojalá Yibram y Tarek se reconcilien. Deseo lo mejor para ellos y para todos los padres e hijos del mundo, sin importar ideologías. Para mi la familia significa todo.
Siempre digo, cuando yo sea viejo, espero haber hecho méritos suficientes para que mi hijo me recuerde con el amor y la sonrisa con la que yo siempre recuerdo a mi afectuoso padre. Me critico y me evalúo diariamente, sabiendo que mi atención adecuada al niño de hoy formará al hombre de mañana.