Jesús Silva R.
Denunciamos estos insultos en reciente debate que sostuvimos en la TV del Gobierno de EEUU, tal como se aprecia en el siguiente VIDEO: "Jesús Silva desenmascara a periodistas de Estados Unidos" https://youtu.be/faslQk-K1xA
Analicemos: Si un periodista compara con una mona, chimpancé, orangután, simio, macaco, gorila a la primera dama de la nación; seguramente podríamos decir que ha traspasado las fronteras de la libertad de expresión y ha cometido un delito como el de la injuria u ofensa grave teniendo como circunstancia agravante el uso de medios de comunicación, en este caso, la televisión, lo cual hace que el crimen lesione el honor y reputación de la víctima frente a millones de personas.
Pues no se trata de un caso imaginario, ocurrió en la vida real y ese periodista fue inmediatamente despedido de su puesto de trabajo y creo yo que con total justicia, porque tratándose de la primera dama o inclusive cualquier otra mujer sin ningún alto cargo, comparar a una dama con una mona es cuanto menos una terrible ofensa racista y descalificación personal contra la población afrodescendiente y con el agravante de que es una mujer la ofendida. En nuestro criterio, las mujeres, sean cuales fueren sus ideas políticas, etnia, religión, merecen absoluto respeto a su condición femenina. Ni siquiera una batalla política justifica violar esa norma.
Sucede que el periodista que cometió la grave ofensa fue el venezolano Rodner Figueroa quien tenía un segmento en el canal muy popular en Florida y todo EEUU, conocido como Univisión. Ver video: https://www.youtube.com/watch? v=KGpsVA009ew
Allí este representante de la comunidad latina sexodiversa en EEUU tenía un segmento propio dentro del programa El Gordo y la Flaca. Pues Rodner perdió la brújula y comparó a Michelle Obama, esposa del Presidente afordescendiente Obama con una mona. La osadía le costó el inmediato despido y hasta el presente ningún otro canal de tv le da trabajo.
Luego de la sanción (y no antes) Figueroa se disculpó por su grave falta, sin embargo parece que ello no ha sido suficiente para que el entorno de la tv en EEUU lo perdone y algún canal lo contrate nuevamente; razón por la cual se mantiene como un execrado o marginado de la TV. Este caso es suprema evidencia de que en EEUU (país que la oposición venezolana considera como ejemplo de democracia y derechos humanos) la libertad de expresión tiene sus límites y no puede ser usada para humillar, difamar ni injuriar a las personas, ni siquiera a los gobernantes.
Revisemos brevemente varios de los instrumentos jurídicos plurinacionales referidos a la protección del honor y la reputación, es preciso invocar la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), cuyo artículo 12 señala: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”. Son relevantes como normas afines: el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (Art. 17), la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (Art. V), la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Art. 11) y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (Art.60).
Ver más detalles en: http://jesusmanuelsilva. blogspot.com/2009/07/el- derecho-al-honor-y-la- reputacion.html
Ahora bien, para nadie es un secreto todo lo que la prensa dice contra la Primera Combatiente de Venezuela Cilia Flores, la lista de ofensas no caben en esta página, tal vez una de las peores sea que ella es la que manda realmente y su marido es quien obedece (cuestión que no ha sido comprobada pero que nació como leyenda nacional a partir de una grabación que se hizo muy famosa y que se le atribuye a un presentador de la TV chavista). Yo no sé que dirá el Presidente Maduro, pero en mi caso confieso abiertamente que en casa la que manda es mi esposa y eso no me da pena. Por naturaleza las mujeres son más organizadas y eficientes que los hombres
Pero volviendo a la solemnidad, debemos recalcar que frente a las infamias lanzadas contra la Primera Combatiente venezolana, todavía ningún comunicador ha sido despedido por tales acciones. No obstante tengo certeza que si alguna vez se planteara un pleito legal por esas permanentes agresiones que corren por los medios, al menos en Venezuela ese infractor de la ley tendrá derecho al debido proceso, a que se desarrolle un juicio, a tener un abogado, a que luego de un proceso oral y público se determine su culpabilidad o inocencia por tantas barbaridades sin pruebas que se han dicho y se siguen diciendo en redes sociales, páginas web, emisoras de radio, tv online, entre otros medios que dicen estar dedicados a informar pero más bien se esmeran diariamente a incitar al odio contra personajes del acontecer político.
Claro, en el caso del venezolano Rodner (quien se fue a Miami, como tantos otros de la clase media venezolana, incluyendo varios amigos míos) buscando realizar el "American Dream" cometió un grave error y se le aplicó una justicia extrajudicial, sin abogado, sin juez, sin derecho a la defensa y sin "ius pataleandi", es decir, sin derecho a pataleo.