Jesús Silva R.
Una adulta mayor
fue sorprendida en su residencia el 13 de abril de 2014, tres hombres armados y
una mujer entraron, la amarraron y por 3 horas la interrogaron. "Dónde
está es tu hijo. Se la pasa en tv defendiendo al gobierno. Dice que en
Venezuela no hay hambre".
A quienes creen
que toda la oposición es democrática, les advierto que hay un sector que no lo
es. El país sufre desde hace tiempo un peligroso proceso de naturalización de violencia
política, es decir, quieren que parezca natural que pasen asesinatos, lesiones
graves y terribles agresiones por razones políticas. Muchos se resignan y procuran
cuidarse más.
Entraron al
apartamento de la sexagenaria jubilada que aún ilusionada conserva en su cuarto
un diploma de buena militante del MVR año 2001 firmado por una tal diputada
Morales. Su único pecado es ver religiosamente VTV y ese día le gritaron con
desprecio: "Apaga la Tv, maldita chavista. Venimos por tu hijo". Yo pregunto
¿Será que ellos no tienen madre?
Enfermos de odio
político aspiran callar a millones de venezolanos que no piensan como ellos. ¿Entonces
dónde queda la libertad de expresión que predican sus dirigentes? Chavistas y
no chavistas somos seres humanos.
Por iniciativa
propia asumimos la tarea revolucionaria de brindar nuestros humildes
conocimientos en Derecho Constitucional al servicio del proceso bolivariano y
la defensa de la democracia y lo seguiremos haciendo. Buscamos para nuestros
hijos una Patria de igualdad y paz como la soñada por mi padre que fue preso
político durante esos gobiernos adecos y copeyanos.
Sin ánimo de terminar
como mártir o aquel fiscal Anderson ni facilitar la tarea de quienes torturaron
a mi vieja o quienes nos persiguen por diversas vías como profesor universitario,
les decimos como Chávez en abril 2002: ¡Por el pueblo, no vamos a renunciar!