Jesús Silva R.
Nuevas evidencias revelan que dentro de la oposición venezolana no ha desaparecido la tentación del golpismo. Por ello, el problema principal no radica en que anticomunistas radicales como María Corina Machado y Leopoldo López llamen a protestas de calle y asambleas de ciudadanos para fabricar “la salida” contra el gobierno nacional, sino que pocos líderes opositores han condenado este acontecimiento conspirativo.
La Constitución es clara sobre la soberanía como fundamento de la legitimidad de origen para gobernar, así lo establece el artículo 5 de la Carta Magna. Sin embargo la cúpula de la MUD o al menos importantes miembros de esa secta, parecen ignorar que ha sido el pueblo en elecciones quien soberanamente ha ratificado la supremacía de la Revolución, con un presidente, gobernadores y alcaldes.
Entonces, reaparece esta necia e impertinente idea de la derecha aventurera respecto a calentar la calle y hacerle creer a sus seguidores más ingenuos, que es viable una salida breve y no prevista en la Constitución para alcanzar la Presidencia de Venezuela.
Ciertamente el ala extremista de la MUD no representa una mayoría cuantitativa en el contexto de la oposición nacional y de allí el descalabro de esta corriente en aquellas elecciones primarias de la MUD. Pero no es menos verdadero que en el ámbito del apoyo internacional, el poder económico y las técnicas para conspirar, son precisamente los ultraderechistas quienes tienen la mayor ventaja.
En este contexto es oportuno advertir, que los radicales y sus semejantes seguirán siendo una permanente fuente de de peligro contra la paz democrática del país, hasta que se les derrote definitivamente con las herramientas de la política, sin caer en la provocación de aplicarles sanciones judiciales que les victimicen ante la opinión pública.