21 julio, 2013

Ni Chávez fue un comunista radical, ni Maduro es un reformista moderado


Jesús Silva R.

Recordemos que en nuestro país, cuando el Comandante Hugo Chávez impulsaba cambios radicales en la sociedad como la recuperación de PDVSA, algunos le acusaban de ultra izquierdista y le pedían frenar sus acciones radicales para no incentivar conflictos entre ricos y pobres. Actualmente, cuando el Presidente Maduro activa un diálogo cordial con algunos empresarios, la contrarrevolución vocifera que existe un gran viraje del Gobierno Nacional hacia la derecha.

Sin embargo, viendo la realidad en su debida dimensión, luce conveniente precisar que la auténtica derecha está encabezada por una clase social minoritaria (burguesía) que es propietaria de empresas, tierras y bancos; pero como resultado de su poderosa propaganda, le acompañan electoralmente segmentos de la clase trabajadora y otras capas que solo son dueños de su fuerza humana, la cual venden a cambio de un salario.

El problema es que como clase explotada, los trabajadores deberían procurar igualdad, es decir, ser la izquierda. Pero la consciencia política y de clase no se decreta, sino que se construye a partir de la lucha revolucionaria. He allí el desafío de la Revolución Bolivariana para ampliar su mayoría y garantizar el no retorno al neoliberalismo depredador.

No tener físicamente a Chávez, genera un nuevo escenario de tremendas dificultades y reorganización del proceso bolivariano. En este panorama, vienen elecciones municipales y el resultado de las mismas dependerá del trabajo organizativo e ideológico para defender el prestigio de la revolución. Antes y ahora se han dicho mentiras contra el liderazgo revolucionario, siempre con afán de desprestigiarlo ante el pueblo.

Nicolás gobierna de acuerdo a la misión encomendada, así consta de su propia actuación hasta el presente. No cabe viraje ni traición. Esto es vital que lo hagamos saber en la lucha hacia el anhelado socialismo del siglo XXI. Es prioritario derrotar a los laboratorios de la propaganda burguesa.

En resumen, históricamente está comprobado que la burguesía usa las elecciones como un carnaval de disfraces para que el pueblo inocentemente vote a favor de demagogos preñados de buenas intenciones.

 Necesario es demostrar quienes de verdad representan la izquierda y la derecha, es decir, los que apoyan la inclusión social y aquellos que pretenden restaurar el viejo sistema de privilegios fabricando personajes de ficción como aquel caprichoso que tiene al pueblo de Miranda en situación de total abandono y se la pasa viajando más que un Papa representado al Vaticano.

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http://www.aporrea.org/actualidad/a170103.html