Jesús Silva R.
El
esperanzador regreso del Presidente Hugo Chávez a territorio venezolano marca
el final de la polémica leguleya creada artificialmente por los medios de
comunicación y los constitucionalistas oposicionistas respecto al contenido
real de la Carta Magna. Con el Comandante Chávez en Venezuela, se cierra
definitivamente el ciclo de especulaciones pseudo jurídicas sobre la
posibilidad de decretar la falta temporal del Primer Mandatario Nacional, y
mucho menos su falta absoluta.
En
consecuencia, teniendo a nuestro máximo gobernante en su proceso progresivo de
recuperación, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia pudiera
trasladarse al hospital militar donde se encuentra el Presidente de Venezuela a
fin de cumplir con la formalidad del artículo 231 de la Constitución, el cual
expresa que cuando hubiere motivo sobrevenido la juramentación podrá hacerse
ante el TSJ.
Considerando
que la Sala Constitucional ha emitido una reciente sentencia de interpretación
(08-01-13) respecto al caso de la juramentación presidencial y que a todas
luces la Carta Magna le confiere el carácter de máxima sala del TSJ, esta
pudiera constituirse en el recinto hospitalario a los fines de consumar ese
acto solemne, que como se sabe por la misma jurisprudencia que emana de ese
veredicto judicial, no contradice que ha operado el principio de continuidad
administrativa en el caso del Presidente reelecto.
Con la misma
potestad que le confiere la Constitución y las leyes a los demás tribunales de
la república (municipales, primera instancia, superiores, etc.) para
trasladarse a sitios fuera de la sede tribunalicia y practicar sus actos
procesales, el digno Tribunal Supremo de Justicia puede proceder del mismo sin
más preámbulos en el momento que así resuelva hacerlo.
Fuera de los
estrictamente jurídico, no es menos relevante resaltar que en lo político, se
sabe que el oposicionismo persistirá enfermizamente en desvirtuar este acto
solemne y podrá inventar cualquier hipótesis fantasiosa como que Chávez no está
su habitación; pero sea cual fuere la modalidad para juramentar al Presidente,
en ningún caso estaríamos librados de estas malsanas matrices mediáticas.
Lo
recomendable es derrotar dichas matrices con acciones e informaciones
oportunas, categóricas y veraces que diariamente demuestren al país que hay un
gobierno estable y legítimo en Venezuela, apegado a la Constitución y a la
soberanía popular que invariablemente con su voto ha consagrado a Hugo Chávez
como Presidente de la República, ininterrumpidamente, durante estos 14 años de
extraordinaria Revolución Bolivariana.