Por: Jesús Silva R.
La victoria de Hugo
Chávez el 7 de octubre de 2012 lo eleva a una categoría histórica
extraordinaria al convertirlo en el primer Jefe de Estado que por elección
directa es ratificado por su pueblo para completar un ejercicio de 20 años al
frente del país. Al mismo tiempo lo fundamental ha sido salvar a la patria
venezolana de las garras del Imperialismo Yanqui y la burguesía nacional lacaya
que todavía hoy pretenden reinstaurar su régimen de explotación y saqueo.
Atrás quedan los
records de Felipe González y Françoise Miterrand, quienes siendo reelectos en
una ocasión, se aproximaron a la década y media en la conducción del Poder
Ejecutivo del Reino de España y de la República de Francia respectivamente.
En su primer triunfo
electoral (1998), Chávez logró un 56% de votos a su favor, y resulta un
acontecimiento tremendamente exitoso que 14 años después de haber iniciado su
gestión presidencial, el comandante sea reelecto precisamente con el 55% (tal como lo dijimos en nuestras predicciones. Jesús Silva en Diario Vea, página 9. Del 04 de octubre de 2012) de los votos
emitidos en el desafío democrático de 2012. Tales números evidencian que el
dirigente venezolano ha derrotado la tesis del desgaste político así como la
sistemática campaña mediática de descrédito promovida en su contra desde dentro
y fuera de Venezuela.
Toda victoria exige
un ejercicio de autocrítica, pero nunca de autoflagelación. Es cierto que la
meta de los diez millones de votos chavistas no pudo ser alcanzada y que la
oposición tuvo un significativo crecimiento en votación si se le compara
aisladamente con lo obtenido en el certamen presidencial del 2006; pero nada le
resta mérito a este importante triunfo revolucionario del proyecto socialista
bolivariano que pudo vencer la conspiración del arrogante Imperialismo Yanqui y
su burguesía lacaya en Venezuela.
En el siglo XXI
prácticamente ningún otro dirigente puede exhibir una ventaja de diez puntos
porcentuales en una elección presidencial. La brecha favorable a Chávez será
superior a la que obtenga el candidato vencedor en las elecciones de EEUU, de
tal predicción no puede caber la menor duda.
Mientras el
oposicionismo despechado por su contundente derrota, intenta instalar la
cretina matriz de opinión respecto a que ha crecido en votación más que el
chavismo y por lo tanto se encaminan inevitablemente a ganar las elecciones
presidenciales, lo fundamental para el pueblo chavista y sus dirigentes es
enfocarse en ratificar el poder de la mayoría popular revolucionaria en las
elecciones de gobernadores de diciembre de este año.
El chavismo debe
revisarse sin complejos, tomando como inspiración la crítica y autocrítica
demostrada por el gran revolucionario Ernesto Che Guevara. Ciertamente la
victoria pudo ser más holgada y los diez millones de votos debe ser nuestra
meta irrenunciable como revolucionarios venezolanos, pero no le hagamos nunca
el juego a la oposición mediática en su campaña de matrices insolentes y su
grosero intento de manipular la opinión pública.
Mientras el adeco
Henry Ramos Allup y sus compinches preparan su cruel venganza contra Henrique
Capriles Radonski y los jóvenes burgueses de Primero Justicia por su campaña de
arrogancia y sectarismo dentro de la MUD, somos los revolucionarios quienes
debemos aprovechar al máximo (política y electoralmente) la fragilidad y el
divisionismo del oposicionismo. Nuestro primer deber es fortalecer la unidad
revolucionaria y demostrar respaldo unánime a los candidatos del PSUV para las
gobernaciones en diciembre 2012. Hay que profundizar la victoria.
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