Por: Jesús Silva R.
En la construcción de un nuevo régimen social siempre habrá avances y retrocesos, tal como consta en el historial de procesos políticos alrededor del mundo. No puede ser la excepción Venezuela, sobretodo cuando experimenta una etapa de transformación pacífica, democrática y sujeta a comicios electorales.
Por sus características propias, la Revolución Bolivariana requiere conquistar la voluntad mayoritaria del pueblo para así impulsar los cambios que nos encaminen a la plena justicia social, del mismo modo es un acontecimiento dialéctico que surjan fuerzas retrógradas que se opongan al cumplimiento de las nuevas metas y hagan todo por preservar el viejo orden.
El asunto versa en una confrontacion entre clase explotadora y clase explotada, independientemente de que en el plano electoral haya migraciones de explotados que voten por sus verdugos por obra de la propaganda ideológica.
En tal sentido, detectar a infiltrados, reformistas y demás conspiradores que, al interior de nuestras filas, intentan malograr las estrategias revolucionarias, constituye una necesidad indiscutible. La correcta política de alianza es de la vanguardia con las masas, del partido revolucionario con el Polo Patriótico y las bases populares, nunca con autoproclamados caudillos (regionales o nacionales) que pretenden chantajear a la revolución mediante maniobras de la vieja política clientelar.
No hay votos ni apoyos automáticos, ni Flautista de Hamelin que arrastre consigo a una multitud de votantes hacia el peor de los abismos (la contrarrevolución). Los disidentes de la Revolución Bolivariana han terminado perdiendo el apoyo popular que una vez obtuvieron mediante la figura de Hugo Chávez, una larga lista de ex funcionarios de alto nivel así lo comprueba (ex ministros, ex gobernadores, ex diputados, ex aliados partidistas).
En todos esos casos, la mayorîa popular relegó al olvido a todos los tránsfugas, porque la vanguardia alertó debidamente sobre las traiciones y los pactos de los renegados con la burguesía y sus agencias (partidos). Precisamente haber denunciado y desenmascarado a estos personajes garantizó que todos fracasaran en su propósito de constituir nuevas fracciones, corrientes divisionistas o movimientos separatistas que debilitaran la popularidad del chavismo.
VER PUBLICACIÓN EN: